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La reactivación del turismo nacional es el primer paso para lograr la recuperación de este sector. | Foto: Karen Salamanca

TURISMO

Sector turismo, en alerta porque se perdió la temporada vacacional

Las empresas de turismo esperaban poder reactivar los destinos nacionales en junio. Pero el cierre está largo.

1 de julio de 2020

En manos de los alcaldes del país está la recuperación del turismo nacional, cuya pausa lleva casi 100 días. Al fin y al cabo, el gobierno nacional les delegó la primera semana de junio la facultad de autorizar la reapertura de los aeropuertos y permitir los vuelos nacionales. Pero este proceso está demorado y los tiempos están coincidiendo con los picos de la pandemia. Esto hace que las consecuencias para el empleo y el futuro de las empresas del sector sean inciertas.

Lo que se esperaba fuera un proceso centrado en verificar las condiciones de bioseguridad para reactivar los vuelos se ha convertido en una larga y compleja negociación de empresas, gremios y aerolíneas con cada alcalde, para reabrir los aeropuertos. Y hasta ahora no hay resultados concretos. Para muchos empresarios de turismo, eso anticipa que la temporada de mitad de año está a punto de perderse.

La esperada redención económica para el sector, integrado por 46.000 empresas, que generan más de 1,9 millones de empleos (9% del empleo nacional) está en un grave riesgo.

Gremios como Anato, que representa a las agencias de viajes; Cotelco, en nombre de los hoteles, y la Asociación Internacional de Aerolíneas, Iata, han puesto el dedo en la llaga sobre la urgencia de reactivar el transporte aéreo nacional, implementando las respectivas medidas de salud.

Recuperar la actividad turística nacional y garantizar las medidas de bioseguridad y distancia social es la principal apuesta, pues el turismo internacional todavía demorará en reactivarse. De hecho, los vuelos al exterior solo se reanudarán a partir de septiembre. Mientras tanto, crece el riesgo de que se pierdan miles de empresas y empleos.

La presidente de Anato, Paula Cortés, ha dicho que se deben agilizar los procesos de evaluación en las alcaldías, para tener vuelos piloto en junio, de tal manera que en julio se reactive el transporte aéreo nacional. “Es momento de trabajar articulados para que los trámites ante las entidades pertinentes se hagan en el menor tiempo posible. Somos conscientes de que el trabajo debemos hacerlo bien desde el principio para brindarle tranquilidad y seguridad al pasajero. Colombia puede dar ejemplo internacional en materia de organización para retomar actividades”, dice.

Sin embargo, no es un proceso sencillo. Implica coordinar simultáneamente con muchas autoridades locales, que tienen diferentes visiones frente al manejo de la pandemia. Para el presidente de Iata en Colombia, Andrés Uribe, es necesario que los alcaldes se animen a probar los pilotos para dinamizar la economía de sus respectivas regiones y reconectar a las personas, dado que de ello depende que toda la cadena pueda arrancar.

Primeros y últimos

La buena estrella que acompañó en la última década el desarrollo del turismo brilló hasta febrero pasado. Cuando todo indicaba que los astros se habían alineado para fortalecer un sector en el que están puestas las esperanzas de transformación productiva, apareció la pandemia y revolcó al planeta.

En marzo el turismo fue de los primeros sectores que tuvo que cerrar las puertas tras el ingreso del virus a Colombia. Y todo indica que será de los últimos en retomar, pese a que países vecinos como Ecuador y Perú reabrieron en junio.

La importancia del sector la confirman sus cifras. El año pasado el PIB de alojamientos y servicios de comida en Colombia creció 4,7% y alcanzó $34,1 billones. Esto ocurrió porque al país entraron más de 4,5 millones de visitantes –2,8 millones de ellos no residentes–, y generaron divisas por US$6.786 millones. Además, en la última década logró atraer inversión extranjera por US$12.000 millones en empresas de comercio, restaurantes y hoteles.

El presidente de Cotelco, Gustavo Toro, dice que la ocupación hotelera en abril fue de 2,7%. El gremio prevé que si el sector puede reabrir en julio, para diciembre de este año alcanzaría una ocupación de 31% todavía lejos del 56,96% de 2019. Se estima que, con suerte, en el segundo semestre de 2021 volvería a niveles parecidos a los del año pasado.

La crisis ha puesto en evidencia la fragilidad del sector ante la parálisis por la pandemia no solo en el país. A nivel global, la Organización Mundial de Turismo (OMT) anticipa que el turismo del planeta, en el mejor escenario, tendrá una caída de 58%, en un escenario medio sería de 78% y, en uno pesimista, de 90%. El achicamiento sería enorme.

Por su parte, el Consejo Mundial de Viajes y Turismo, WTT por su sigla en inglés, prevé que las pérdidas globales podrían llegar a US$5.543 millones, esto implica una caída de 62% frente a 2019, lo que, según la presidente de este gremio, Gloria Guevara, pondría en riesgo entre 100 y 197 millones de empleos.

Gremios y empresarios tienen claro que la reactivación debe ir de la mano de la protección de la salud y, para lograrlo, vienen trabajando en los protocolos de seguridad en toda la cadena, para recuperar la confianza.

Hace dos meses el sector trabaja en 95 lineamientos de protocolos de la mano de la Onudi (Asociación de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial), Koica (Agencia de Cooperación Internacional de Corea) y con gremios productivos, como Cotelco, Anato y Acolap.

La exministra de Comercio y actual directora de la Cámara de Comercio Colombo Americana, María Claudia Lacouture, coincide en que variables como "seguridad, sostenibilidad financiera, confianza en las compañías y en los destinos turísticos serán elementos clave”.

Hay otras tareas pendientes, como lograr una mayor articulación entre los diferentes jugadores de la cadena turística. Cada gremio defiende su sector, como es natural; pero todos dependen entre sí y una posición más integrada podría tener mejores resultados frente a decisiones locales.

Finalmente, la gran pregunta es si el país está en capacidad de comenzar un proceso de apertura inteligente y rápida para aprovechar lo que resta de las vacaciones de mitad de año. Al menos en el transporte aéreo la posibilidad es limitada, pues solo en julio se podrían retomar los vuelos locales y las negociaciones de reabrir aeropuertos van muy lentas.

Por la pandemia, buena parte de la esperada redención económica del turismo está en riesgo. Pero está en manos de los alcaldes hacer que este riesgo disminuya.