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El presidente electo de Colombia Juan Manuel Santos conversa con el Presidente Álvaro Uribe, en Bogotá luego de la victoria de Santos en la segunda jornada electoral que lo eligió como presidente.

Santos la tiene difìcil en relaciones Colombia-Venezuela

El presidente electo de Colombia, Juan Manuel Santos, heredará un enfrentamiento con Venezuela cuando asuma el cargo en agosto, así que deberá trabajar para mejorar las relaciones y salvar el estratégico comercio bilateral.

24 de julio de 2010

Santos, visto como más pragmático que el saliente presidente Alvaro Uribe, intentará balancear la política de seguridad de Colombia -que desató la decisión del venezolano Hugo Chávez del jueves de cortar las relaciones-, con la necesidad de restaurar el vital comercio bilateral, según analistas.

El Gobierno de Uribe propició una nueva pelea con su adversario izquierdista Chávez cuando acusó a Caracas de tolerar la presencia de guerrilleros colombianos en su territorio. El militar retirado contestó cortando las relaciones diplomáticas entre los países y declarando una alerta militar en la frontera.

Santos, quien fue ministro de Defensa en el Gobierno de Uribe, asumirá la presidencia el 7 de agosto. El futuro mandatario es igual de conservador que su ex jefe y una vez se describió a sí mismo como un "halcón de guerra" y señaló que él y Chávez eran como "el agua y el aceite". Pero, consciente de que la alianza con Estados Unidos amenaza con aislar al país en una región de gobiernos de tendencia izquierdista, ha convocado a un diálogo con sus vecinos mientras Uribe lanza su última ofensiva diplomática contra Chávez.

Uribe basó su período de Gobierno en la lucha contra la guerrilla que mató a su padre en un intento de secuestro en la década de 1980. Por su parte, Santos, nacido en una familia de la elite de Bogotá, es conocido por tener un estilo mucho más cerebral.

"Santos es un político pragmático que sabe que será muy importante restablecer las relaciones con Venezuela por razones económicas", dijo Jimena Blanco, analista de temas sobre Colombia en The Latin American Newsletters en Londres. "También es de su interés cambiar la situación de aislamiento que Colombia ha experimentado bajo el mandato de Uribe", señaló.

El Gobierno Uribe afirma tener evidencia que muestra que integrantes de la guerrilla, que se alimenta económicamente del narcotráfico, de tener campamentos en las selvas de Venezuela, donde Bogotá señala que tienen libertad para reagruparse y planificar ataques.

Su postura en sus ocho años en el Gobierno ha sido poner a las preocupaciones por la seguridad en primer plano como una condición para intentar mejorar los vínculos con Chávez. Santos tiene un enfoque contrario, en el que tratará de mejorar las relaciones como manera de abordar el tema de la seguridad. "Será un proceso lento, pero el próximo Gobierno hará del restablecimiento de las relaciones con Colombia una prioridad", dijo el analista sobre seguridad Alfredo Rangel en Bogotá.

Santos, quien ganó la elección presidencial con el respaldo de la alta popularidad de Uribe, hereda un país más seguro que el que su antecesor encontró a su llegada al poder en el 2002. Los esfuerzos de seguridad respaldados por Estados Unidos han logrado minar el poder de la insurgencia.

Nuevo comienzo

Venezuela solía ser el segundo mayor destino comercial de Colombia luego de Estados Unidos. Pero Chávez congeló el comercio en 2009 en protesta por un acuerdo entre Washington y Bogotá que permitió a soldados estadounidenses usar bases colombianas para el combate a la guerrilla y el narcotráfico.

Los primeros cinco meses del 2010 las exportaciones de Colombia a Venezuela se hundieron un 71 por ciento y la Unión Europea pasó a ser el segundo mayor socio comercial de Bogotá. El estancamiento de los negocios comerciales -que totalizaron más de 7.000 millones de dólares en el 2008- ha retrasado la recuperación económica de Colombia de la crisis del año pasado e incrementó el desempleo.

"Santos intentará buscar un nuevo comienzo, pero se verá afectado por la última bomba de Uribe y quizás, más importante, por el deseo de Chávez a seguir jugando la carta de la amenaza a Colombia cuando afronta crecientes críticas en su casa", dijo Patrick Esteruelas, analista del Grupo Eurasia en Nueva York.

La economía de Venezuela se ha visto impactada luego de 11 años de Gobierno de Chávez. La inflación local alcanza el 30 por ciento, la mayor cifra de América. Mientras se acercan las elecciones legislativas de septiembre, críticos acusan a Chávez de centrar su atención en supuestas amenazas externas a fin de distraer a los votantes de las preocupaciones domésticas.

Se mantiernen tensiones
El Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia se expandió en un 4,4 por ciento en el primer trimestre de este año, pese a la caída del intercambio comercial con Venezuela.

"La decisión de romper relaciones significa que posiblemente veremos un mayor deterioro en el comercio con Venezuela, pero eso ya ha sido descontado en la mayoría de pronósticos de economistas", afirmó Camilo Pérez, economista jefe en el Banco de Bogotá.

El economista estimó el comercio bilateral en 1.000 millones de dólares para este año.

Chávez ha dicho que espera mejorar los lazos con Colombia durante el Gobierno de Santos. Pero, a pesar del estilo diplomático menos severo del presidente electo, no podrá ignorar la amenaza de los guerrilleros instalados en la frontera, por más que desee reanudar la actividad comercial con su vecino.

"Santos tratará de reiniciar las relaciones", dijo Alberto Ramos, analista de mercados emergentes en Goldman Sachs.

"Pero habrá profundas diferencias entre éstos dos regímenes en términos de la forma en que vemos al mundo, políticamente, filosóficamente y económicamente", dijo. "Esperamos que las relaciones se mantengan tensas en el futuro inmediato", declaró.

 

Reuters