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Anif cree que la magnitud de los mismos son bastante marginales para enfrentar las bajas coberturas netas (41% en educación media y 13.6% a nivel superior).

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¿Podrá Colombia ser la más educada?

Anif evalúa los retos que tiene Colombia para poder cumplir con sus planes de ser el país más educado de la región de aquí al 2025.

19 de febrero de 2015

Se ha iniciado ya la discusión sobre las bases del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018 del segundo gobierno de Juan Manuel Santos. Uno de sus pilares tiene que ver con la mejora educativa, anunciándose que “Colombia sería la nación más educada de América Latina en 2025”.

Anif decidió analizar a fondo si los instrumentos, la financiación y la intervención transversal del sistema educativo nos darán para soñar tan alto. Dicho PND se ha trazado los siguientes objetivos en materia educativa: i) cerrar las brechas en acceso y calidad educativa (a nivel de estratos y regiones); ii) incrementar la población bilingüe español-inglés; y iii) profundizar el acceso a internet y a la educación virtual.

Para alcanzar estos ambiciosos objetivos, se propusieron las siguiente líneas de acción: i) aumentar cobertura (al 100% en básica y media y a 20% en educación superior) y permanencia en el sistema educativo; ii) construir el Sistema de Educación Terciaria (oferta educativa a la cual se accede tras finalizar los ciclos de educación básica y media); iii) desarrollar el Sistema Educativo Indígena Propio (Decreto 1953 de 2014); y iv) impulsar el bilingüismo, entre otros.

En consistencia con lo anterior, se viene impulsando ya el programa de 10.000 becas “Ser Pilo Paga”, focalizadas en darle acceso a los mejores estudiantes a programas en 33 Instituciones de Educación Superior (IES). De estas 33 instituciones, 17 ofrecen programas en docencia y/o licenciatura, lo cual abre un espacio para la futura formación de docentes de alto nivel.

La segunda iniciativa tiene que ver con la acreditación institucional de la oferta de las IES. Este programa surge de la necesidad de mejorar la oferta académica disponible, premiando a aquellas IES de alta calidad. Cabe anotar que solo 38, de las 288 IES inscritas en el MEN, están acreditadas (un 13.2% del total).

La idea es que solo seguirán en funcionamiento IES que reinviertan los excedentes financieros en su actividad misional; estas deben tener al menos 25% de sus programas acreditados y contar con cinco años de funcionamiento bajo la Ley. La idea es acotar la oferta en volumen, pero mejorar su calidad.

Una tercera iniciativa ha sido la de “Becas para la excelencia docente”. Este programa entregará 3.000 becas a docentes que pertenezcan a colegios que estén cubiertos por alguna de las 94 entidades territoriales certificadas y muestren avances comparativos en las pruebas de Saber.

La condonación del préstamo-beca estará en función de los siguientes criterios: i) el profesor deberá retornar al colegio por lo menos por dos años; y ii) deberá implementar un programa, a partir de los conocimientos adquiridos, de tal manera que este mejore el desempeño estudiantil.

En síntesis, para Anif los esfuerzos recientes del gobierno para mejorar la calidad educativa van en la dirección correcta y resultan consistentes con lo esbozado en el PND. Sin embargo, Anif cree que la magnitud de los mismos son bastante marginales para enfrentar las bajas coberturas netas (41% en educación media y 13.6% a nivel superior). Tampoco está claro, desde el punto de vista presupuestal, cómo es que se va a encarar la meta de elevar la jornada única, de tal manera que esta se eleve del actual 10% al 30% para 2018 a nivel nacional. Esto sin hablar aun del gran desafío que representará salir de los escaños más bajos en calidad educativa que muestra a nivel internacional (pruebas PISA).

El punto de Anif apunto a que no nos continúe ocurriendo lo de siempre: Colombia ha sido un país “estrella” en la formulación de programas piloto (“Nueva Escuela” o “Retorno de cerebros fugados”), pero su implementación es errática y la persistencia fiscal mínima. De allí los pobres resultados en cobertura y educación que muestra hoy el país. El objetivo no debe ser continuar mostrando programas “novedades”, sino persistencia en su aplicación por décadas, para así obtener resultados como los de Corea del Sur o los países Nórdicos.