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Director General del Instituto Nacional de Vías, Leonidas Narváez.

Infraestructura

En defensa de la red terciaria

Los recursos para estas vías se han incrementado sustancialmente por parte del Gobierno, pese a que es una responsabilidad de las alcaldías locales.

1 de abril de 2014

Desde el inicio del Gobierno del presidente Álvaro Uribe se diseño una estrategia vial tras el atraso de este sector y que ponía a Colombia en los peores lugares a nivel mundial en este frente.

Se inició con el Plan 2500 el cual no arrojó los resultados esperados pese a que se concluyeron varios kilómetros de varios corredores viales pero con un sin sabor de no haberse cumplido con todo el programa de ese gobierno.

A los grandes proyectos les surgió una arandela por partes de los entes territoriales que buscaron voz en el Congreso para exigir recursos no sólo para las megaobras sino también para la red terciaria del país.

Hasta entonces el tema pasaba desapercibido y las apropiaciones en este frente eran pocas y realmente la competitividad vial era nula.

El Plan 2500 que tenía como fin la conexión de grandes troncales con vías secundarias y la red terciaria, quedó en el limbo y la necesidad de carreteras de calidad quedó en evidencia luego de los acuerdos comerciales que suscribió Colombia, entre muchas cosas.

Ahora bien, al inicio de otra administración, esta vez con Juan Manuel Santos, la cosa no varió mucho y el presupuesto para las terciarias era muy bajo.

Pero llegaría la crisis de la ola invernal por dos años consecutivos que afectó diferentes sectores y más grave aún, a millones de colombianos.

El tema obligó al Gobierno a trabajar en todos los frentes con recursos propios y con ayudas de los gobierno internacionales.

Sólo hasta ahí, cobró un cierto interés la red terciaria del país recordando que uno de los argumentos para no viabilizar recursos de la Nación, era por una responsabilidad de las alcaldías locales.

El ex ministro de Transporte, Germán Cardona, ahora embajador, señaló en su momento que constitucionalmente la responsabilidad de las vías nacionales está segmentada en tres.

Las principales o primarias, responsabilidad del Gobierno, secundarias obligación de las gobernaciones, mientras las terciarias son compromiso de las alcaldías.

No obstante, la difícil situación y la presión política cambio el rumbo y entro la defensa por las vías terciarias colombianas.

Cambio de rumbo

En 2011 el presidente de la República, Juan Manuel Santos, anunció el giro de $500.000 millones a Fedemunicipios para el mantenimiento de las vías terciarias, los cuales se dieron para administrar a cada municipio.

De igual forma, el jefe de Estado señaló para esa época que para concretar el giro de los recursos a partir del año 2012, se descentralizará el manejo de los 120 mil kilómetros de vías terciarias que existen en el país.

Igualmente indicó que existen 27 mil kilómetros de éstas, que el Gobierno Nacional está asumiendo y que deben quedar a manos de los entes territoriales.

Por otro lado, explicó el presidente, Santos que se expedirá un decreto para autorizar a los alcaldes en el manejo de ciertos gastos de menor cuantía, medida que será tomada hasta cuando el Congreso apruebe el texto definitivo del Plan Nacional de Desarrollo 2010-2014, y en el que incluyó un artículo expreso para solucionar problemas como la compra de gasolina.

Según Santos "que una alcaldía pequeña no pueda contratar la compra de gasolina para contratar un bus que lleve a los niños a la escuela, es algo inaceptable". 

Esa fue una de las primeras medidas en materia de red terciaria y que empezó con una suma de $500.000 millones.

Cuestionamientos y defensa

Durante un recorrido realizado por las vías del departamento del Atlántico, en el marco de la décima octava Ruta de la Ejecución, el director general del Invías, Leonidas Narváez Morales, se refirió a las críticas de algunos sectores a las inversiones que realiza el Gobierno en la red terciaria y expresó no entender por qué se demeritan inversiones que benefician a las comunidades con menores recursos del país.

“No podemos entender por qué hay gente en el país que quiere demeritar este tipo de inversiones realizadas, con obras ejecutadas, medidas, pagadas, para el beneficio de la comunidad”, afirmó el director General.

Así mismo precisó que las inversiones que se realizan no están “contaminadas” como se ha querido hacer ver porque éstas se ejecutan con la supervisión de las interventorías y de la misma comunidad que sirve de veedora.

En el Invías tenemos un procedimiento claro de control y de ejecución de las vías. En red terciaria hacemos un convenio con los municipios, vigilamos e invitamos a las comunidades para que vigilen esos procesos de contratación, para que lleven a cabo una veeduría“, explicó. 

Así mismo dijo que “además colocamos una interventoría para que vigile que las obras contratadas se realicen, que se paguen las cantidades de obra realmente ejecutadas y que éstas tengan el alcance que estaba previsto inicialmente“. 

“Es por eso que no podemos aceptar que se considere que aquí se está despilfarrando dinero, que se están entregando recursos sin ningún control porque con estas afirmaciones se le está haciendo un daño a la gente más pobre del país, a la gente que tiene las mayores necesidades y eso es lo que no podemos aceptar, por eso que estoy saliendo a preguntar ¿por qué hay sectores que está demeritando estas inversiones de red terciaria cuando estamos favoreciendo a la gente más pobre de nuestra comunidad, gente que ha estado olvidada por más de 20 años? “, preguntó.

El director destacó la inversión histórica que realiza este gobierno en las vías de red terciaria que contribuyen al desarrollo de los pequeños productores y que hoy alcanzan los $2.9 billones. 

De las que dijo son recursos “tres veces mayores a los invertidos y ejecutados en el gobierno anterior, que hay que cuidar, vigilar y por su puesto denunciar si hay irregularidades”, pero insistió en que “no se puede demeritar un programa que está favoreciendo a las comunidades”.