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El sector de belleza está encadenado con varias industrias, desde la de muebles para las peluquerías hasta las que les venden insumos, lo que implica que allí devengan su sustento casi 1 millón de personas en el país. | Foto: Getty Images

SERVICIOS

Peluquerías presentan propuestas para volver a abrir

Le propusieron al Ministerio de Salud un estricto protocolo de bioseguridad, con el que esperan que las 180.000 personas que trabajan en el sector puedan volver a devengar.

22 de abril de 2020

El sector de peluquerías y salones de belleza pasa hoy por un momento crítico debido a la cuarentena. Están cerrados los 100.000 establecimientos que ofrecen estos servicios en el país y que emplean a más de 180.000 personas. La peor parte es que por la naturaleza de su actividad, en la que normalmente trabajan muy cerca de sus clientes, es probable que sean uno de los últimos sectores en reabrir.

Ante esta situación, en conjunto con L‘Oréal Colombia y Fenalco, presentaron una propuesta ante el Ministerio de Salud con un protocolo de bioseguridad, que esperan poder implementar una vez les permitan volver a operar.

  • Colombia es un país de tiendas de barrio y peluquerías
  • Alberto Mario Rincón, gerente general de L‘Oréal Colombia, dice que este uno de los sectores que está más avanzado en bioseguridad, dado que numerosas peluquerías usan tapabocas y guantes al atender a sus clientes. A esto se sumaría la toma de temperatura en la entrada, espacios de 2 metros entre silla y silla, plataformas de reservación de turnos y el uso gafas o visores.

    En eso coincide John Navas, propietario de John Navas Studio, quien asegura que planean usar kits de bioseguridad por cliente y reducir la cantidad de gente que entra a diario a su establecimiento (en una fecha no especial son en promedio 60 al día, lo que sube mucho más cuando son fechas como día de la madre o amor y amistad), pero lo que quieren es prepararse y que les permitan volver a trabajar.

    Este es un negocio que registra una alta informalidad, pues solo 35% de los establecimientos son formales. La mayoría de sus empleados trabajan como independientes y están encadenado con varias industrias, desde la de muebles para las peluquerías hasta las que les venden insumos, lo que implica que allí devengan su sustento casi 1 millón de personas en el país.

    Nosotros implementamos un plan de solidaridad, que consistió en congelar lo que nos adeudaban las peluquerías mientras termina la cuarentena. También los estamos capacitando, ya no slo en cómo tinturar, sino en cómo vender por redes sociales y cómo cumplir con normas de bioseguridad”, explica Rincón.

    Justamente, esa ha sido la estrategia de Navas, quien venden shampoos y tratamientos en su página de Instagram, con lo que han podido pagar la nómina de los empleados de planta. No obstante, son conscientes de que entre más tarde la cuarentena, será más difícil para sus clientes mantener este tipo de gastos.

    Otro de los planes de las peluquerías para sobrevivir consiste en un programa que van a lanzar con Rappi, al que llamarán “Belleza amiga”. La idea es que los clientes realicen un prepago que les da servicios con descuento una vez el sector reabra. Se busca que con esos ingresos se pueda aliviar la situación de muchos estilistas y manicuristas, que no tienen plataformas de e-commerce y que en este momento no tienen entradas económicas.

    No obstante, todo el sector de belleza no pasa por un mal momento, pues han aumentado las ventas de tinturas en supermercados y droguerías. Rincón explica que esto es principalmente para raíces o tapar canas, pues procedimientos más elaborados requieren necesariamente de los peluqueros.  

    Se estima que, al menos, una persona por hogar en el país usa frecuentemente estos servicios, cuyo gasto a nivel nacional alcanza $2,6 billones al año.