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Nir Adam Sella, agregado económico y jefe de la misión económica de Israel en Colombia, destacó las ventajas de este nuevo TLC. | Foto: Archivo Particular

COMERCIO

Carne y piña, los primeros ganadores del TLC con Israel

En agosto entró en vigor este acuerdo comercial que tiene la ventaja de acercar comercialmente a dos economías complementarias. La transferencia tecnológica es otra ventaja.

8 de septiembre de 2020

Pese a que la pandemia ha desatado una ola de nacionalismos y campañas contra el libre comercio y la globalización, Colombia ha continuado con su política de firmar pactos para facilitar la venta y compra de productos y servicios de distintos países. El más reciente en entrar en vigor es el que se negoció con Israel.

Aunque ese Tratado de Libre Comercio (TLC) fue firmado en 2013, solo hasta agosto pasado se volvió efectivo, debido a los largos tiempos que tomó su aprobación y ratificación en el país. Mientras en Israel quedó listo en 2014, acá se demoró el proceso en el Congreso y en su revisión de constitucionalidad casi 7 años.

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Sin embargo, más allá de lo demorado del trámite, Nir Adam Sella, agregado económico y jefe de la misión económica de Israel en Colombia, dice que lo importante es que ya las empresas de ambos países se pueden beneficiar del TLC.

“La principal ventaja de este acuerdo es que se hace entre dos economías que son complementarias, es decir, que no producen el mismo tipo de productos o servicios. Hay muchas oportunidades para ambos países. Por ejemplo, del lado de Israel se da acceso a un mercado de 9 millones de habitantes que, si bien no es muy grande, tiene una capacidad de compra alta”, explica Sella pues su PIB per cápita corriente (US$42.823) es similar al de Francia y Reino Unido.

En su concepto, las oportunidades para Colombia están en alimentos, tanto frescos como procesados. También hay opciones en textiles y flores. El abanico es amplio, pues 95% de los productos quedan sin arancel.  Así mismo, Israel es conocida como una Startup Nation, es decir, una nación que promueve el emprendimiento de base tecnológica y allí también las empresas colombianas tienen la posibilidad de integrarse a las cadenas de valor que operan desde Israel. Ese es el caso de la gigante tecnológica Intel que tiene en ese país de Medio Oriente una gran producción manufacturera, así como de investigación y desarrollo.

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Sella dice que en alimentos ya está aprobada la exportación de carne fresca colombiana y está en proceso la de piña, una fruta que es muy costosa en ese país. Por el lado industrial, las cadenas de valor de alta tecnología representan una oportunidad para los fabricantes de partes de plástico.

Para los empresarios israelitas cuyo fuerte está en la exportación de tecnologías se abren puertas en Colombia en digital health (salud digital), agrotech (tecnología agrícola), tratamiento de agua (watertech). Este último ha sido un tema en el que han realizado bastantes desarrollos, ya que al estar en zona desértica han implementado técnicas que ya se usan acá como el riego de goteo.

“Este TLC es muy avanzado y uno de los más amplios que tiene Israel con cualquier país en el mundo. Se liberan servicios, inversiones y compras públicas”, precisa Sella.

Al cierre del año pasado, el comercio binacional mostraba un saldo positivo para Colombia, con exportaciones por US$386 millones e importaciones por US$86,5 millones desde Israel.

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El país tiene vigentes 16 TLC con 62 países y Sella agrega que los pactos comerciales llegan en una época de transformaciones, donde se le puede sacar más provecho a la complementariedad de las economías. “Hoy se requieren cada vez más soluciones sin contacto para retail, para fintech y para la agroindustria, incluso para el turismo y en ese proceso ambos países pueden trabajar de la mano”, puntualiza.