Home

País

Artículo

El rango de negociación que vemos en el muy corto plazo (octubre-noviembre) está entre $1.800 y $1.900.

Proyecciones estables y oro al alza

El consenso de los analistas no presenta grandes modificaciones, con excepción del precio del dólar. El oro acapara la atención de los mercados.

15 de octubre de 2009

Superada la mayor aversión al riesgo que desató la crisis financiera global, el dólar ha regresado a su tendencia de mediano plazo (ver Dinero No. 333, Revaluación: una realidad). La debilidad de esta moneda frente a todas las divisas del mundo ha llevado a los inversionistas a recurrir al oro, el metal que fuera por más de 50 años el eje del sistema monetario global y considerado por muchos como un escudo contra la inflación.

"El dólar sigue debilitándose continuamente como consecuencia del fortalecimiento de la economía estadounidense y de las expectativas positivas que se tienen a futuro. Es preciso decir que este no es un fenómeno interno sino un hecho presente en gran parte de las monedas a nivel mundial. Los altos niveles de dólares en nuestra economía y las fuertes monetizaciones fortalecen el proceso apreciativo de nuestra moneda", comenta Carlos Fernando Torres, director de estudios económicos de Asesores en Valores.

Por su parte, Ricardo Pérez, director de riesgo de Alianza Valores, afirma que "la recuperación de las acciones en Estados Unidos y en los países emergentes, y un petróleo rompiendo al alza los US$75, mantendrían el dólar por debajo de los $2.000".

Entretanto, Camila Quevedo, analista del Grupo Bancolombia, sostiene que "es evidente que la apreciación no se explica exclusivamente en un mayor diferencial de tasas de interés. Por ejemplo, en el caso de Chile, el tener una tasa de política monetaria en 0,50%, cifra cercana a la vigente en Estados Unidos (0,00%-0,25%), no deja al peso chileno al margen de una apreciación cercana al 13% en lo corrido de 2009".

Otro de los analistas consultados, Munir Jalil, vicepresidente de investigaciones económicas de Citibank Colombia, señala: "para 2009 esperamos un tipo de cambio que termine en $1.900. El rango de negociación que vemos en el muy corto plazo (octubre-noviembre) está entre $1.800 y $1.900. Para el año entrante creemos que el comportamiento del tipo de cambio se verá afectado por dos fuerzas contrarias. Por un lado, tendremos flujos muy importantes de inversión extranjera directa hacia sectores de minería y petróleo, flujos que serán usados para financiar importaciones de bienes de capital. Los ingresos por exportaciones y remesas serán mejores que en 2009, pero a su vez tendremos importantes giros al exterior por parte de las compañías internacionales que operan en Colombia".

El oro gana protagonismo

De la mano de una pronunciada depreciación del dólar a lo largo y ancho del planeta, los inversionistas han encontrado en el oro una salida a su búsqueda de una inversión de reserva que los proteja de los vaivenes que aún se presentan en los mercados accionarios del mundo entero.

Porque, a juzgar por los fundamentales del metal precioso, no hay razón para la acelerada apreciación que presentó durante la primera semana de octubre (US$1.050 onza). La producción de oro ha aumentado levemente durante el último año y la demanda del metal por parte del sector de joyas a caído 13,8%, desde septiembre de 2008.

Por lo tanto, la mayor demanda responde netamente a los inversionistas, quienes están comprando oro a través de fondos privados que les permiten acumular lingotes en sus reservas, una práctica usada para evitar el riesgo de las acciones de compañías mineras o del mercado de futuros. Así lo muestra el incremento del 110%, durante los últimos dos años, de las reservas de oro de ETF Securities, un fondo de intercambio de commodities estadounidense, que hoy alcanzan las 8,4 millones de onzas, más de US$8.700 millones.

De continuar la especulación en el precio del oro, la tendencia podría volverse permanente y el precio del metal tendería a inflarse en el futuro cercano de la misma forma en que lo hicieron el precio del petróleo y de las viviendas en Estados Unidos durante la reciente burbuja financiera. Sin embargo, el oro no produce las consecuencias nefastas de otros commodities y bienes inmuebles para la economía de un hogar promedio.