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El productor en mención quien es gerente de la empresa San Juan BosCafé, asegura que hasta el momento sus exportaciones no se han visto afectadas por la volatilidad del dólar | Foto: Pedro Escamilla

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El buen café que no está atado a precios internacionales

Un humilde cafetero que comenzó cosechando café en el departamento del Huila, le contó a Dinero cómo llegó a convertirse en un exportador de cafés especiales para Japón.

27 de diciembre de 2014

Tras un recorrido realizado por la región sur del departamento del Huila en búsqueda de casos de empresarios de éxito, Dinero encontró a de Javier San Juan, un productor mediano de cafés especiales con diversas cualidades que actualmente exporta 3.000 kilos de sus productos a Japón.

Después de 38 años de trabajo y de haber sembrado la primer planta de café en el terreno que le heredo su padre, también agricultor, este hombre que genera entre las diferentes temporadas de siembre, cosecha y hasta venta directa de su producto, 80 empleos directos, atiende sus tiendas en compañía de su esposa, ofreciendo productos derivados del grano, pasando por el tradicional tinto, hasta bebidas refrescantes como cervezas elaboradas por el mismo.

Esta región que se ha convertido en una de las más importantes para la economía cafetera del país, se destaca no solo por producir café en grandes cantidades, sino por hacerlo a niveles de altísima calidad, pues en los últimos años se ha quedado con el puesto de la mejor taza a nivel nacional y además recibe mes a mes a múltiples inversionistas asiáticos, ingleses y alemanes interesados en este segmento de la agricultura local.

El productor en mención quien es gerente de la empresa San Juan BosCafé, asegura que hasta el momento sus exportaciones no se han visto afectadas por la volatilidad del dólar, pues sus productos son altamente reconocidos por los compradores quienes sabiendo que una carga de café con el precio de la Bolsa de Nueva York esta $850.000, le llegan a pagar a él hasta $ 1.500.000 por dos bultos de su producto.

Actualmente el caficultor cuenta con 24.000 plantas de las que habla con el mismo amor con el que atiende sus tiendas de café, y afirma que lo importante no es la extensión del cultivo, sino la dedicación que se tenga para lograr la acidez, suavidad y dulzura que se impregne en los granos para obtener cafés frutosos, vinosos y con excelente fermentación.

El productor que se ha beneficiado de los cursos de actualización y modernización dictados por el Centro Nacional de Investigación del Café -Cenicafé- explicó que la implementación de la genética en sus cultivos le ha permitido mejorar la calidad de cafés ya muy especiales como el Colombia, Castillo y Caturra, obteniendo reconocimiento en su producción.

Finalmente el directivo aseguró que recientemente fue favorecido con recursos por $105 millones provenientes del Fondo Financiero de Desarrollo – Fonade - para poder adquirir la máquina de torrefacción, con la que completará su aparato productivo en el cual podrá velar por la calidad del producto desde su siembra, hasta el momento en que llegue a manos del consumidor final.