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| Foto: Presidencia de la República

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Proceso de paz, el impulso que le faltaba a la economía

Varios estudios indican que la economía recuperará dos puntos del PIB y las empresas podrían aumentar su productividad 1%. Todo el gasto que se va para la guerra podría aprovecharse para infraestructura e inversión social.

6 de septiembre de 2012

En el anuario de paz elaborado por Vincenc Fisas, y analizado a profundidad por Salomón Kalmanovitz indica que del 6.5% del PIB que se destina a la guerra, se podría asignar 4% al gasto público en infraestructura y en inversión social. “lo cual lubricaría el desarrollo económico aún más y prestaría un mayor apoyo político al Estado por parte de una ciudadanía que cuente con mayores coberturas de educación, salud y vivienda; (..) mayor producción agropecuaria y en un mercado interior más dinámico”, precisó Kalmanovitz en el análisis elaborado hace un año.

El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, dijo en entrevista con Revista Semana que un proceso de paz permitirá al país crecer 2 puntos adicionales del PIB. Pues un estudio hecho por él en el 2007 demostraba como el crecimiento económico en Colombia se había reducido 2% entre 1980 y 2005, comparado con el obtenido entre 1950 y 1980. Un terreno que se puede recuperar.

Si Juan Manuel Santos cumple sus promesa de campaña de crecer un 6% sostenido, el país llegaría al 8%, esto sin incluir los beneficios que traerán los TLC con Estados Unidos y Europa, pues cada uno significará un aumento de este indicador del 0,5%.

Si todo sale como se ha previsto para el 2015 o 2016 Colombia registrará un crecimiento económico entre el 8% y 9%, un nivel promedio al que registran las encomias asiáticas.

Los empresarios han manifestado que cualquier esfuerzo para buscar la solución al conflicto armado debe ser apoyado por todos los colombianos y que este nuevo intento por la paz debe recoger las anteriores experiencias para asegurar el éxito.

Hoy más del 8% de la riqueza que produce anualmente en combatir la insurgencia, el crimen organizado y la criminalidad común, aspectos que se tendrían que seguir combatiendo.

Villegas, hombre clave


El presidente de la Andi es el equivalente al ministro de las empresas. Su larga trayectoria en este gremio se ha forjado en los 16 años que lleva en este cargo, pero además es la persona que conoce a fondo los problemas de la industria y el vocero para defender los intereses en un proceso tan crucial como una negociación con las Farc.

Participó en la comisión de diálogo en San Vicente del Caguán. Antes de que comenzaran las conversaciones en 1997 Villegas viajó a México para hablar con los delegados de las Farc, con el visto bueno que recibió regresó a Colombia para darle la noticia al candidato presidencial, Andrés Pastrana.

El 7 de enero de 1999 se dio se famoso caso de la silla vacía. Como guerrilla nunca confió en el proceso de paz siguió delinquiendo. En 2000, cuando Juliana Villegas, la hija de Presidente de la Andi, tenía solo 18 años de edad fue secuestrada saliendo de la Universidad Javeriana. La tortura duró 3 meses y cuando fue liberada ella y su padre reiteraron que “hay perdón pero no olvido”.

Para empresarias como Luz Correa, presidente de Construcciones El Cóndor, la trayectoria de Luis Carlos Villegas le permite ser un excelente representante, del sector privado, en las mesas de negociación.

Villegas ha sido Consejero Económico de la Embajada de Colombia en Francia; Secretario General, Viceministro y Ministro Encargado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia; Secretario General de la Federación Nacional de Cafeteros; Gobernador y Senador de la República por el Departamento de Risaralda.

Desde 1996, ocupa la Presidencia de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia, es Presidente del Consejo Gremial Nacional y miembro de la Junta, en calidad de Vicepresidente para América Latina de la Organización Internacional de Empleadores con sede en Ginebra, Suiza. y, Presidente y miembro de las juntas directivas de empresas del sector financiero, industrial, energético, comercial y agrícola.

Ha sido Presidente del Consejo Directivo del Fondo para la Reconstrucción y Desarrollo Social del Eje Cafetero FOREC, creado para atender la reconstrucción de la región devastada por el terremoto de 1999.

Hoy es miembro de la Junta Directiva de los dos Fondos para la atención y adaptación de las zonas afectadas por la emergencia invernal de 2011.

Es abogado y socioeconomista de la Universidad Javeriana de Bogotá e inscrito para un Máster en Administración Pública de la Universidad de París II.