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¿A qué jugamos con el Dane?

Tras las críticas del director del Dane, Juan Daniel Oviedo al gobierno de Santos por los errores en los censos realizados, surgieron una serie de dudas sobre la idoneidad de las cifras de la entidad, se cuestionó si la estadística del país está en riesgo y surgió el interrogante de cómo se debe dar la discusión acerca de estos temas.

10 de mayo de 2019

El debate de control político al Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), realizado el pasado martes en el Congreso de la República que buscaba analizar la problemática en la metodología, tiempo del proceso, así como los resultados entregados en el Censo Nacional de Población y Vivienda 2018, terminó en señalamientos al gobierno anterior por los errores que, según el director de la entidad, Juan Daniel Oviedo, cometió en los estudios que realizó en esta materia.

En su momento, Oviedo sostuvo que el Censo Nacional de Población y el Censo Nacional Agropecuario “estuvieron asociados con el ciclo político del país y tuvieron unas dificultades de planeación presupuestal y planeación operativa”, lo que originó serios interrogantes sobre la actividad estadística de la administración del expresidente Juan Manuel Santos, que para ese entonces, estaba a cargo del economista Mauricio Perfetti.

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Tras el debate y las críticas de Oviedo, se generaron una serie de dudas sobre la idoneidad de las cifras de la entidad que son fundamentales para el desarrollo de las estrategias sociales y de inversión en Colombia. Se cuestionó además si la estadística del país está en riesgo y surgió el interrogante de cómo se debe dar entonces una discusión acerca del tema.

En este punto, el exdirector del Dane para el periodo 2002-2004, César Caballero le dijo a Dinero que no debe haber ningún conducto regular para discutir este tema y a pesar de la polémica que generaron sus palabras, celebró que Oviedo, en las últimas horas, haya cambiado el tono de sus declaraciones.

“Ya ha pasado de calificar las operaciones como errores y está hablando más de ajustes. Ya no está hablando de grandes pozos o charcos sino de correcciones necesarias. Yo sí siento que el director se ha dado cuenta que mantener el espejo retrovisor no es conveniente”, precisó.

Sostuvo además que este cambio demuestra que Oviedo reconoce que sus palabras se tienen que ir ajustando para ser más consecuente con la responsabilidad que tiene como director del Dane y con los colombianos en cuanto a la calidad y la transparencia de la información.

Por su parte, el socio fundador de la firma inclusión, Roberto Angulo, sostuvo que la narrativa que se creó es más de polarización, cuando es trabajo y parte del oficio de una oficina estadística hacer una revisión de la administración anterior. “Mal haría el Dane en no revisar la comparabilidad de la serie”, por lo que señaló que no se debe satanizar que la entidad haga esa verificación.

Aunque reconoció que es inevitable que las estadísticas tengan un impacto político, manifestó que otra cosa es pensar que la motivación es política, por lo que indicó que se está abusando de la polarización, pues de manera errada se cree que con eso se pueden solucionar todos los fenómenos.

“Lo que hay que hacer es ejercer el oficio con rigor. Hace bien el Dane en publicar lo que encuentra, en ser transparente”, agregó.

Frente al posible riesgo que podría sufrir la estadística en el país, Angulo sostuvo que esto podría pasar “el día en que se vuelva una caja negra”, pues piensa que mientras se avance con comités técnicos diversos y con transparencia en los conceptos técnicos por errores que hayan, “siempre vamos a avanzar hacia la mejora de los indicadores y de los instrumentos estadísticos”.

Lo cierto es que, el fondo de esta situación radica en las inconsistencias estructurales que enfrenta hoy el director del Dane, el cual ha tenido más bajos que altos durante su periodo y más con el fallido censo electrónico en la plataforma eCenso que hasta el momento ha dejado solo datos preliminares. Estos factores dan como resultado una duda constante sobre la idoneidad de las cifras entregadas por la entidad.

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Este escenario no es una novedad, pues ya se presentó en otros gobiernos, como el de Santos, quien terminó por obligar a renunciar al entonces director de la entidad, Jorge Bustamante (2010-2013), tras la exigencia del mandatario de hacer un censo agropecuario en época electoral, tal y como sucedió con el censo 2018.

Frente a esta reincidencia, la citante del debate de control político, la senadora María del Rosario Guerra señaló que no es posible que se vuelva a hacer un censo en periodo electoral, el cual tuvo 3 elecciones, así como en épocas del año en las que puede haber dificultades por causa de fenómenos climáticos. “Debe haber un proceso serio de planeación, con una metodología oportuna, programación y capacitación de las personas que lo van a realizar”, dijo.

Por ahora, lo que hay que esperar es que los resultados del Censo Nacional de Población y Vivienda 2018, salgan a finales de junio próximo, tal y como lo aseguró Oviedo el pasado martes en el Legislativo. El debate sobre las cifras es fundamental para una sociedad. No obstante, hacerlo en plena temporada electoral le puede conferir un carácter político-electoral a las cifras. Sería conveniente definir un protocolo para avanzar en esta discusión de manera constructiva.

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