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Phil Jackson Ibargüen

Caso de Jackson Ibarguen

En manos de la Cancillería

El Ministerio de Trabajo solicitó a la Cancillería de Colombia intermediar con el Gobierno de Bosnia Herzegobina para que se haga lo necesario para reunir al futbolista Phill Jackson Ibarguen con su familia, que aún continúa en dicho país.

21 de octubre de 2013

Así mismo pidió articular esfuerzos para emprender acciones y medidas que permitan prevenir futuros casos de trata de personas con fines de explotación laboral con colombianos en el exterior.

En carta enviada a la ministra de Relaciones Exteriores, María Ángela Holguín, el titular de la Cartera Laboral, Rafael Pardo, afirmó que hace dicha solicitud teniendo en cuenta que su Despacho “tiene la obligación de garantizar la defensa y protección de los derechos fundamentales del trabajo, promover el principio del trabajo digno, decente y de calidad, así como ejercer las acciones necesarias que permitan atender las violaciones a los derechos humanos y las posibles infracciones al Derecho Internacional Humanitario de los trabajadores colombianos”. 

Phil Jackson Ibargüen, es protagonista de una de las más dramáticas historias de trata de personas en el mundo y su vida en los últimos cinco años lo llevó a vivir un calvario del que aún no se recupera.

Jugó en Pacos Ferreira de Portugal y otro equipo de segunda división de ese país. Tras cinco años en ese país, un empresario lo vinculó al futbol de Bosnia Herzegovina donde atraído por unos dólares y la posibilidad de jugar en un equipo de primera, comenzó su drama.

"Jugaba en el Laktasi Fk en Bosnia, luego fui traspasado al Celik, donde sólo me pagaron cuatro meses de salario, pese a tener un contrato firmado por año y medio. Luego me trasladaron al Sloboda, donde la situación fue peor, pues no recibía salario sino reconocimientos parciales que no me permitían asumir gastos de mantenimiento de mi hogar".

Jackson se casó en Bosnia y actualmente es padre de dos hijos de cuatro y dos años. Durante su tiempo de permanencia (agosto de 2008 a febrero de 2013) ninguno de los clubes profesionales de fútbol le cumplió con la totalidad de los salarios, perdió una oportunidad de jugar en Croacia porque el equipo titular de sus derechos, a pesar de que no tendría ninguna vinculación con el mismo, pidió una suma exorbitante para su traspaso, y durante más de un año los dirigentes le retuvieron su pasaporte.