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Otro año regular

El fin del proceso de paz no cambió las proyecciones de la mayoría de los analistas. Este año será de bajo crecimiento y menor esfuerzo de reducción del déficit fiscal. La devaluación se puede acelerar.

5 de abril de 2002

La característica sobresaliente de las recientes proyecciones de los analistas nacionales y extranjeros, a quienes Dinero consulta cada tres meses, es que la economía continuará mostrando signos vitales leves en el transcurso de este año. Hay una gran coincidencia entre las proyecciones de los analistas en cuanto a crecimiento y el promedio apunta a un 2,1% para el 2002, cifra levemente inferior a la proyectada en enero. De hecho, la mayoría mantuvo su proyección de hace tres meses y solamente Goldman Sachs y Santander Central Hispano Investment atribuyeron algún papel a la ruptura del proceso de paz en su revisión a la baja. Para el resto de los expertos, este evento no cambió significativamente el panorama de crecimiento, aunque sí se espera que incida sobre el desempeño fiscal del país.



La razón de este bajo crecimiento es una conjunción de factores, entre los cuales se destacan los siguientes: primero, en el caso de los hogares, persiste una falta de confianza que se manifiesta en un nivel de consumo deprimido (crece a menos de 1,6%) por la difícil situación laboral y las elevadas tasas de interés de consumo. En segundo lugar, la demanda por exportaciones colombianas enfrenta problemas derivados de la desaceleración de Estados Unidos y de la devaluación y el deterioro general de la situación de Venezuela, los mercados destino de 42,7% y 14,1% de las exportaciones totales el año pasado, respectivamente. Sin embargo, se espera que la recuperación antes de lo previsto de la economía de Estados Unidos permita alguna recuperación de las exportaciones y de los precios de los commodities, particularmente del petróleo. Por su parte, se espera que la ganancia cambiaria venezolana se erosione en la medida en que aumente la inflación.



Tensa calma



Los expertos encuentran que la mayoría de las variables mostrarán relativa estabilidad durante este año. De hecho, los analistas esperan pocos sobresaltos en cuanto a la inflación y las tasas de interés. Hay consenso entre nacionales y extranjeros en que la inflación se situará entre 6,8 y 7,2%, por encima de la meta de 6% del gobierno. En cuanto a la DTF, los extranjeros esperan que cierre el año en 12,8%, mientras los nacionales proyectan que se ubicará en 11,2%.



En cuanto al tema cambiario, tampoco hay grandes divergencias entre los expertos, pues la proyección de extranjeros y nacionales está muy cerca, $2.476 frente a $2.483 por dólar a finales del 2002. Sin embargo, podrían generarse expectativas de devaluación en la medida en que el ministro Santos o el nuevo ministro de Hacienda no logren prefinanciar al gobierno para el año 2003. También podría acrecentarse la incertidumbre respecto a la política económica del nuevo gobierno si esta no se anuncia tan pronto sea elegido el nuevo mandatario.



En materia de desempleo es alarmante que los pronósticos sigan siendo muy elevados. La proyección de los extranjeros es que el desempleo urbano cerrará el año en 16,4%, mientras los nacionales esperan una tasa de 17%. Para todos los analistas, este tema sigue siendo el más complicado de solucionar en el corto plazo y esperan el anuncio de planes de choque gubernamentales para aliviar este flagelo.



El lío fiscal



Los mayores cambios en las proyecciones se refieren al desempeño fiscal del país, porque reconocen una mayor presión fiscal que obedece a la intensificación del conflicto armado que vive el país y la expectativa de incrementos en el gasto militar para enfrentar a la guerrilla. Así mismo, en la medida en que se perciben mayores necesidades de gasto y la Nación se encuentra en un período electoral, es bastante improbable que se consiga una mayor consolidación de la posición fiscal mediante las reformas estructurales pendientes, como la pensional.



Por tanto, el promedio de déficit fiscal consolidado proyectado por los analistas es -3,2% del PIB. Las divergencias son mínimas, puesto que el promedio de los analistas nacionales es de -3,3% del PIB y de -3% del PIB en el caso de los extranjeros. En cualquier caso, este nivel de déficit constituiría un incumplimiento de la meta pactada con el FMI para este año (-2,8%) y de cumplirse la predicción de los expertos en el transcurso del año, el gobierno seguramente la renegociará como ocurrió el año pasado.



Los analistas reconocen que la financiación del déficit fiscal de este año no es problema, debido a la exitosa estrategia de prefinanciamiento por US$1.900 millones del Ministerio de Hacienda. Sin embargo, por el cambio de gobierno y el poco margen de maniobra que le queda a la administración Pastrana, este año no se espera un esfuerzo importante tendiente a reducir el déficit fiscal y, en consecuencia, desde ya preocupan las necesidades de financiamiento del gobierno central del 2003. Dinero habló sobre este tema con Juan Mario Laserna, director de Crédito Público del Ministerio de Hacienda.







Arturo Porzecanski ABN-AMRO

Déficit fiscal 2002: -2,6%




"No hemos cambiado los pronósticos frente a enero de este año. Dado que el enfrentamiento con las FARC requiere mayores recursos fiscales, el gobierno deberá jerarquizar la asignación de sus gastos y hacer un esfuerzo por recaudar mucho más. Nosotros esperamos cambiar las proyecciones fiscales, pero aguardaremos a ver quién gana las elecciones para tener una mejor idea de la dirección de la política fiscal. En todo caso, se espera que el Congreso apruebe la reforma a las pensiones"



Fabio Sánchez Universidad de los Andes

Déficit fiscal 2002: -3,8%




"El cambio en el proceso de paz no modifica sustancialmente las proyecciones de crecimiento, porque este evento ya estaba incorporado en las expectativas de los agentes. Los cambios adicionales serán un aumento en el déficit fiscal entre 0,5% y 1% del PIB y un aumento en la carga impositiva, aunque solamente a partir del 2003. Para enfrentar un escalamiento del conflicto, el próximo gobierno debe incrementar el gasto militar (entre 0,8 y 1% del PIB) para aumentar el pie de fuerza en 50.000 soldados y hacer una reforma tributaria para recaudar 2% del PIB adicional en impuestos".