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Negocios de verdadera altura

Para quien sepa usarlos, los aeropuertos y los aviones, son unos lugares excelentes para hacer negocios. Cada vez más, hay personas que le sacan partido a los días de viajes en avión.

30 de octubre de 2009

Los campos de golf, dicen los golfistas, son lugares perfectos para hacer negocios. Tal vez, lo dicen porque no son viajeros frecuentes. Los aeropuertos y los aviones se han convertido en uno de los lugares en los que las personas hablan de negocios con mayor frecuencia y muchas veces, con el mejor éxito para las partes.

En las salas de espera de los aeropuertos hay un pequeño ejército de ejecutivos que van armados de celulares y portátiles, que tienen su oficina literalmente con ellos y que no dejan de avanzar en sus trabajos del día.

Por el contrario, como lo señala Francisco Urbina, viajero frecuente a Chile, los aeropuertos son lugares en los que no hay interrupciones y la agenda es completamente la propia. “No hay reuniones imprevistas ni llamadas que no se puedan dejar para más adelante”, dice.

Con él concuerda José Manuel Acosta, presidente de Human Capital, la firma especializada en recursos humanos, quién también considera que ha hecho importantes contactos y negocios en los vuelos. “Las nuevas generaciones, que son quienes lideran hoy las organizaciones, están 100% conectados y es en este tipo de ambientes, entre muchos otros como el gimnasio, restaurantes y hoteles, donde se sienten más cómodos para hablar tranquilamente, sin las continuas interrupciones que se pueden presentar en el día a día de la oficina”, señala.

Los grupos de ejecutivos son otros viajeros que indiscutiblemente aprovechan su tiempo en el aire. Se les oye preparar la siguiente presentación, o afinar la estrategia para vender en la ciudad de destino.

Y es que las cosas cada vez se facilitan más. Hoy es sencillo encontrar formas de conectar el computador a un tomacorrientes o encontrar una conexión inalámbrica para Internet, aunque a veces hay sorpresas como que en aeropuertos tan importantes como Guarulhos en Sao Paulo, haya que comprar una tarjeta para acceder a este servicio. Pero en general, mantenerse en contacto es cada vez más fácil.

Pero hacer negocios en los aviones tiene su ciencia. “Hoy en día los negocios no tienen tiempo ni lugar. Sin embargo hay que ser muy cuidadoso para que en la medida en que el espacio o la hora de encuentro no sean las habituales, no seamos inoportunos y lo que logremos es el fracaso de nuestra intención”, dice José Manuel Acosta.

Para el experto, hay que tener en cuenta al menos tres aspectos que pueden conducir al éxito o al fracaso de una conversación de trabajo en un vuelo.

Finalidad del vuelo. Es posible que sin planearlo nos encontremos con la personas a quien hemos buscado por largo tiempo y con quien ha sido imposible concretar una cita. Sin embargo, si el propósito del viaje del personaje es descanso, será totalmente inoportuno abordarlo con la finalidad de cerrar algún trato. Es por esto que es muy importante indagar en este aspecto para no cometer un complicado error.

Hora del vuelo. Otro aspecto a considerar, teniendo en cuenta, que como en la oficina, las mejores decisiones se toman con la mente despejada. Por eso esta variable es determinante para tomar la decisión de hacer negocios en los vuelos.

Relacionamiento. Es posible que cuando existe un mayor nivel de confianza se facilite la negociación bajo este ambiente. Pero sin duda, cuando no hay un conocimiento previo o se han visto una o dos veces, las cosas se pueden tornar un poco más complejas.

En otras ocasiones los vuelos son el camino necesario para conseguir resultados óptimos. Del ex presidente de Cadenalco y hoy alto ejecutivo de Almacenes Éxito, Darío Jaramillo, se dice que el desempeño extraordinario de su gestión en materia de mantener el margen de utilidad del hipermercado en épocas de recesión, obedece a que vive montado en un avión, visitando los puntos de venta para adecuar el surtido en cada lugar. “Eso no se hace desde un escritorio”, señala Andrés Jiménez, director de investigaciones económicas de Interbolsa, refiriéndose a su caso.

Por estas, entre otras razones, para quien sepa usarlos, los aeropuertos y los aviones, bulliciosos y divertidos, podrían competir fácilmente con los pulidos y silenciosos campos de golf, como uno de los mejores lugares para hacer negocios.