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Gloria Alonso, directora del Departamento Nacional de Planeación.

PLANEACIÓN

¿Qué tan cerca está Colombia de crecer al 4,5%?

El gobierno del presidente Duque se encuentra socializando las bases de lo que será su propuesta de Plan de Desarrollo que entrará al discusión legislativa en febrero próximo.

7 de diciembre de 2018

Se destacan varias de las metas planteadas, pues muestran una intención por poner al país a otro nivel en materia de productividad, crecimiento, empleo y equidad.

Este jueves, durante un encuentro con editores de medios económicos, la directora del Departamento Nacional de Planeación, Gloria Alonso, explicó algunas de las metas. El panorama es positivo. Lo que vale la pena destacar es que en las bases del plan está un principio: el país ha obtenido logros considerables durante las últimas décadas, entre ellos la reducción de la pobreza, el fortalecimiento de su clase media que pasó a representar la mayor porción de la población colombiana y muchos otros avances en materia de salud, educación e, inclusive, infraestructura.

Sin embargo, es importante plantearse algunos interrogantes sobre unas metas en particular, pues ponen sobre la mesa temas claves acerca del futuro económico de los colombianos.

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Los desafíos que se han planteado, entre muchos otros, son tres: mayores niveles de productividad de 0,65% a 1,1%, mayor inversión de 22% del PIB a 25,7% del PIB y lograr que el PIB potencial crezca desde 3,3% a 4,1%.

Esto irá articulado con una estrategia para ir más allá en los logros sociales como la reducción de la pobreza y el desempleo.

De acuerdo con la directora del DNP, este plan de desarrollo, denominado “Pacto por la equidad” busca igualdad de oportunidades para todos.

Desde esta perspectiva, que el país siga avanzando en los evidentes logros sociales exige, sin más dilaciones, ‘modernizar’ la economía. En eso no podemos incurrir en equívocos.

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Durante las últimas vigencias y justo después del gran choque externo que recibió el país, Colombia se ha acostumbrado a crecimientos mediocres no superiores a 2%. Apenas este año se espera volver por niveles de 2,7% y en 2019 se podría llegar al actual nivel de PIB potencial. Eso técnicamente es un estancamiento.

En ello han jugado sin lugar a dudas choques coyunturales como el Fenómeno de El Niño de 2016, el paro camionero y el proceso electoral. Pero también es cierto que han jugado en contra de este avance, las continuas reformas tributarias que modifican las reglas del juego todos los años, la demora en abordar otros ajustes, no solo a las finanzas públicas sino también a la estructura económica de Colombia, como los beneficios de subsidios a sectores específicos que implican que el consumidor asume los sobrecostos en sectores clave como arroz, leche, azúcar y algunos otros, por poner solo unos ejemplos.

Esto tiene un aspecto negativo y otro positivo. El negativo es que el país solo ha podido abordar a cuentagotas las reformas necesarias. La más reciente ley de financiamiento es un ejemplo de ello: se perdió otra oportunidad para hacer cambios que le den a los contribuyentes un estatuto tributario moderno y que facilite la vida de los emprendedores y hombres de negocio.

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Cuando se plantea mejorar la productividad casi que duplicándola en cuatro años y aumentando el PIB potencial en prácticamente 25% es claro que estamos hablando de hacer reformas de fondo. Eso parece tenerlo claro la directora del DNP y el gobierno nacional.

Sin embargo, del dicho al hecho hay mucho trecho: las enormes cargas de subsidio para sectores productivos, el rediseño de los programas sociales como Familias en Acción, el impulso de la productividad son tareas que van a exigir de un enorme músculo político.

Aquí llegamos al aspecto positivo de esta coyuntura: le llegó la hora al país de meterle el diente a estos temas. Cada vez queda más claro que si Colombia quiere seguirles llevando más servicios a los sectores menos favorecidos y lograr mayor equidad tiene que poner sobre la mesa las discusiones sobre las pensiones, el gasto en salud, el gasto en educación, las regalías, etc.

El Plan de Desarrollo del Gobierno Duque está estructurado en torno de seis áreas clave: mejora regulatoria; bienes públicos para el sector productivo; Tecnologías de la información y transformación digital; conexión de territorios, gobiernos y poblaciones; política social moderna y gestión pública efectiva.

Tal vez en la discusión de este plan, el país tenga una grata sorpresa: que logrará abordar sin dilaciones todos los ajustes necesarios que ha venido aplazando por décadas.

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