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Mercados, de golpe en golpe

Ante la recurrencia de malas noticias relacionadas con las hipotecas subprime, los mercados no logran levantar cabeza. Todo indica que pasará un tiempo antes de que la confianza se restablezca plenamente. El impacto sobre Colombia será más revalución.

1 de febrero de 2008

Nada parece ser suficiente para calmar los temores de los mercados frente a la posibilidad de una recesión en Estados Unidos y las consecuencias de la misma. En menos de cuatro meses, la Reserva Federal de este país ha reducido las tasas de interés en cuatro ocasiones, de 5,25% a 3,5%, es decir en 200 puntos básicos, y el gobierno del presidente Bush está trabajando con el Congreso en un paquete de estímulos fiscales a nivel individual y corporativo con el fin de aliviar los efectos de la desaceleración económica. Sin embargo, los mercados no se calman y siguen previendo lo peor, lo cual no es sorprendente. Hasta el momento, es mucho lo que se ha destapado en términos de las pérdidas de los bancos, asociadas con la crisis hipotecaria subprime, pero también, de acuerdo con los expertos, es mucho lo que aún falta por destapar. Bajo estas condiciones es difícil esperar que la confianza se restablezca rápidamente.

A los problemas de las entidades financieras de las semanas recientes y las millonarias provisiones que han tenido que hacer los bancos para cubrir las pérdidas, se suma ahora el cuestionamiento sobre la capacidad de las aseguradoras de bonos para garantizar el pago de los miles de millones de dólares representados en estos papeles. La duda surgió ante el anuncio de la calificadora de riesgo Moody´s en el sentido de que veía como muy probable que las dos aseguradoras de bonos más grandes del mundo, Ambac Financial y MBIA perdieran la calificación AAA, de la cual depende el buen funcionamiento de su negocio. De hecho, la calificadora Fitch, posterior a este anuncio, redujo la calificación de Ambac de AAA a AA.

Una baja de la calificación de las aseguradoras lleva, a su vez, a la reducción de las calificaciones de los bonos municipales y los bonos estructurados respaldados por estas entidades, que alcanzan un valor de US$2.400 millardos. En la semana siguiente al anuncio, el superintendente de Seguros con base en Nueva York, Eric Dinallo, inició una fuerte campaña para que los bancos fondeen estas entidades y evitar una catástrofe.

Ante el temor de que frente a la inminencia de una recesión no hubiera quien respondiera en caso de que las compañías incumplieran el pago de sus deudas respaldadas en bonos, el lunes 21 de enero se produjo una caída masiva de los precios de las acciones en el mundo entero, justamente, cuando el mercado de Estados Unidos se encontraba cerrado por ser festivo en ese país

Ben Bernake, presidente de la Reserva Federal decidió actuar rápidamente y anticiparse a los movimientos del mercado del día siguiente. Decidió, ese mismo lunes, en una reunión totalmente improvisada, reducir los intereses en 75 puntos básicos. La siguiente reunión de la Fed debe llevarse a cabo el 29 y 30 de enero (al cierre de esta edición) y será en esa ocasión que los mercados esperan que los intereses se reduzcan 50 puntos básicos. No obstante, la reunión del 29 y 30 de todas maneras se iba a realizar y los mercados ya hablan de una nueva reducción de intereses de 25 puntos básicos.

Aunque los temores de los mercados sí ameritaban una movida tan agresiva como la que se hizo, la inmediatez de la medida sorprendió los mercados, en al medida que para nadie es muy claro por qué la Fed no podía esperarse una semana para actuar. Incluso se llegó a especular que la rapidez con la que se había actuado se debía a que Bernanke probablemente sabía algo que los demás desconocían. Nunca se había tomado la decisión de mover los intereses más allá de 50 puntos básicos de una vez, ni siquiera en la época de Alan Greenspan, en la que los intereses se redujeron de 6,5% a 1%.

Otro tema que sorprende es que la Fed parece haber puesto de lado los temores de inflación. Sin embargo, para esta entidad, el tema da espera ya que la estabilidad del dólar de las últimas semanas, sumada a la de los precios del petróleo y el aumento de desempleo deberían ayudar a evitar aumentos en los precios.

La gran preocupación de la Fed es que los menores precios de las acciones reducen la riqueza de los hogares en un momento en el que también los precios de la vivienda están cayendo. Se preocupa igualmente del círculo vicioso que podría generarse en caso de que las entidades financieras decidan dejar de prestar por temor a mayores pérdidas, lo que a su vez, le quitaría fuerza a la economía y daría lugar a nuevas pérdidas. Con la medida se espera que aumente la confianza de los mercados.

Adicionalmente, la reducción de los intereses, al bajar el costo de los recursos, debería inducir una refinanciación de hipotecas. Mientras que la reducción de intereses afecta la economía con un rezago, lo que pretende la Fed es impactar los mercados financieros en tiempo real.

El impacto de esta nueva reducción de intereses fue moderado y de poca duración. De hecho, el índice industrial Dow Jones cayó más de 400 puntos cuando abrió, similar a lo que se había anticipado para ese día, antes de que se hubiera tomado la medida. Luego subió tímidamente y volvió a caer. Algo similar sucedió con el resto de bolsas en el mundo.

El Banco Central Europeo, por su parte, fue enfático al asegurar que no cedería a la presión de los mercados para reducir los intereses en la zona euro, a pesar de que ya hay señales de que el crecimiento en esta región se está reduciendo. Jean-Claude Trichet, presidente del Banco, reiteró su compromiso de luchar contra la inflación. La inflación está en 3,1%, muy por encima de la meta de 2%.



Efectos sobre Colombia

Los mercados en Colombia no han sido ajenos a los movimientos a las medidas de la Fed ni de las bolsas del exterior. La Bolsa de Valores de Colombia perdió 7% el lunes 21, al tiempo que el precio del dólar subió 60 pesos en ese mismo día. Posteriormente, reaccionó la BVC favorablemente, una vez se conoció la noticia de la reducción de los intereses en Estados Unidos y el dólar por su parte volvió a caer.

Los movimientos en los mercados internos, particularmente en la BVC y el mercado de deuda pública están íntimamente relacionados con lo que pase en el exterior. El dólar, por su parte, parece tener su propia dinámica.

El Banco de la República, en una decisión muy bien recibida por el mercado y los analistas, decidió mantener inalterada la tasa de intervención en 9,5%.

Hacia adelante, lo más probable es que la Reserva Federal reduzca aún más los intereses. Incluso, en su esfuerzo por evitar a toda costa la recesión y aumentar la confianza de los mercados, podría llevarlos a cero por ciento. Muy posiblemente, luego tendría que volverlos a subir, también rápidamente, para evitar irse al otro extremo.

Para Colombia, reducciones adicionales en los intereses de Estados Unidos significan aumentos de los flujos de capital hacia el país en busca de mayores rendimientos con un impacto importante en el precio del dólar. Si las tasas caen a cero, no sería raro ver un tipo de cambio muy revaluado, muy por debajo del valor actual. Esta es una posibilidad que no puede descartarse. Por el otro lado, sin embargo, un precio más bajo del dólar resulta benéfico para la inflación, al reducir el precio de los transables.