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Los males que han puesto en coma a la salud

Para algunos la crisis en la estructura de la salud en el país obedece a la falta de voluntad política para tomar decisiones de fondo, para otros simplemente la fórmula para que el sistema sea sostenible no es fácil de encontrar.

25 de noviembre de 2013

Desde que se creó el Sistema de Seguridad Social en Salud, según la Ley 100 de 1993, ha sido reformado por las leyes 1122 de 2007 y 1438 de 2011, y por decretos y disposiciones diversas que no han solucionado el problema de fondo.

Así lo exponen los directivos del programa Saluda de la Universidad de Antioquia, quienes afirman que la crisis en salud se ha profundizado por la falta de voluntad política para tomar decisiones de fondo como: considerar a la salud como un derecho fundamental, generar una reforma estructural del sistema, mejorar la vigilancia y control del mismo, y sancionar a los corruptos. 

“El problema del sistema no es de plata, aunque frecuentemente se presente de esta manera, y aunque en este momento, el país cuente con dos ministros de hacienda, uno de ellos en el Ministerio de Salud. El gasto total en salud en el país se ha incrementado de manera importante desde la entrada en vigencia de la Ley 100, se pasó de 9.49 billones de pesos en 1993 a 30 billones de pesos en el 2012, según las cifras del Ministerio de Salud, que distan mucho de las reales, pero que son las oficiales” explican directivos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia.

Argumentan que el modelo de salud está basado en la “competencia regulada”, que considera a la salud como un negocio y no como un derecho fundamental, por esta razón las utilidades priman frente a la equidad, la atención oportuna y con calidad a las necesidades de la población.

En eso coincide el senador Mauricio Ospina, quien afirma que  “la reforma a la salud no debió ser solo conservar y ahondar el negocio de los intermediadores del sector, sino afianzar y cimentar en Colombia la cultura de la prevención. El 78% de los casos y enfermedades atendidas por el caótico sistema, se generan de problemas que podían ser prevenibles y que se generan de nuestro modo de vida”.

También, hace énfasis en los denominados recobros, es decir lo que cobran las EPS al Estado, sobre los servicios que tuvieron que atender y que estaban por fuera del Plan Obligatorio de Salud, o POS.
Explica lo que él llama el  “pacto macabro”, es decir el pacto que las EPS más grandes del país y que afilian al 90% de la población, para recobrar, el doble, triple y hasta más veces, esos servicios que en apariencia prestaron, pero que en muchos casos nunca lo hicieron.

Así desfalcaron al Estado. “La reforma a la salud no fomenta la cultura de la prevención, oficializa la integración vertical y permite el monopolio de las EPS, con la distribución de su presencia regional, repartiéndose las zonas donde operarán sin competencia”, dice el senador.

Se refiere además a la mafia de los medicamentos en Colombia y los precios inflados que seguirán en aumento, prohibiendo el uso de genéricos, solo para favorecer a dichos grupos poderosos económicos. “Colombia es el país más costoso del mundo en medicamentos”, dice.

Las enfermedades más graves del sistema:

Saludcoop es la prueba de que el sistema es rentable, pues Carlos Palacino, director ejecutivo de esta EPS, logró que el patrimonio de esta compañía -de 2.500 millones- se multiplicará, pues actualmente equivale a cerca de 170 veces el patrimonio inicial. 

En noviembre de 2011 se abrió investigación contra 77 directivos y contratistas de la EPS por detrimento patrimonial por $1,36 billones, por la desviación de recursos parafiscales y los sobrecostos en medicamentos. La semana pasada, tras dos años de investigaciones, la Contraloría sancionó  a Palacino y otros 14 directivos, obligándolos a devolver ese dinero, que habrían desviado de la salud entre 2002 y 2010.

El caso del Instituto de Seguros Sociales (ISS) también obedeció a una  crisis financiera, consecuencia de que los ingresos no alcanzaban para cubrir todos los gastos laborales, los cuales eran desproporcionalmente altos.

Las inconsistencias se centraban en el alto costo salarial y prestacional de la Instituciones Prestadoras de Salud (IPS) y el alto costo administrativo, que tiene también relación con el manejo de personal y suministros de las IPS. Para muchos, la causa era la falta de separación de los negocios.