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Por medio de esta ley se fijan normas que abren camino a la administración de las cámaras de comercio. | Foto: Juan Pablo Bello - SIG

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Gobierno sanciona ley en contra de la corrupción en las Cámaras de Comercio

El presidente Juan Manuel Santos ratifica la medida a través de la Ley 1727 de 2014 que fortalecerá la gobernabilidad de las entidades y las blindará de prácticas irregulares.

11 de julio de 2014

Esta ley reforma el Código de Comercio, y por medio de esta se fijan normas que abran camino a la administración y funcionamiento de las cámaras de comercio.

“Con esta nueva Ley garantizamos el buen gobierno y blindamos a las Cámaras de Comercio. Es una especie de receta para evitar prácticas indeseadas, inclusive corruptas, en la elección de las juntas directivas, para que no vuelva a suceder lo que sucedió y que golpea el prestigio de todas las Cámaras”, manifestó el Jefe del Estado tras sancionar la norma.

El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, la Superintendencia de Industria y Comercio, y las 57 cámaras de comercio del país representadas por Confecámaras, durante más de seis meses elaboraron el Proyecto de Ley que el Gobierno Nacional presentó a consideración del Congreso de la República en el segundo semestre del año 2013 y que hoy fue sancionada.

La nueva Ley contiene varias innovaciones para las entidades enfocadas en el cambio de la elección de los miembros de las juntas directivas y el fortalecimiento de los poderes de inspección, vigilancia y control de la Superintendencia de Industria y Comercio.

El Superintendente de Industria y Comercio, Pablo Felipe Robledo Del Castillo dijo que “con esta nueva Ley, hemos hecho realidad las modificaciones que el sistema electoral necesitaba y de esa forma, hemos blindado las nuevas elecciones de junta directiva en las cámaras de comercio. Nunca más volverá a ocurrir lo que pasó en el año 2012 en varias cámaras”.

Por su parte, Julián Domínguez, Presidente de Confecámaras, indicó que “la nueva ley garantiza el ejercicio democrático en las cámaras de comercio donde el voto de los empresarios afiliados será igual sin importar su tamaño. Los afiliados serán empresarios de carne y hueso, desprovistos de antecedentes que tachen su moralidad comercial y social. El buen gobierno debe ser bandera de las instituciones privadas y públicas”.