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Néstor Rodríguez, Director de Compensar.

Salud

Las debilidades de la reforma

Uno de los puntos álgidos de la Reforma a la Salud es la conveniencia de la integración vertical de los servicios, a lo que las cajas de compensación responden que es necesario.

23 de septiembre de 2013

Hay zonas grises en la reforma a la salud como el hecho de que no esté definido el papel de los gestores de salud. Así mismo, el concepto y la operatividad de la excesiva centralización de los flujos financieros no es conveniente para la marcha del sistema”, dice el director de Compensar, Néstor Rodríguez Ardila.

Agrega que a los actores del sector les falta más acercamiento, dialogar, hablar con tranquilidad para resolver diferencias, pero “se ha vuelto un diálogo de sordos, nadie escucha los argumentos de los demás”.

Sin embargo, Rodríguez destaca que para las cajas de compensación se ha definido un rol en la prestación y administración de redes y también como gestor. “Me parece que las cajas de compensación son una institucionalidad muy pertinente para el manejo de salud porque, a pesar de ser privadas, al no tener fines lucrativos no son movidas por el negocio como tal, sino que se preocupan más por la prestación del servicio”.

Expone que para las cajas de compensación está implícita en su vocación la salud, inclusive antes de la Ley 100.

El directivo se refiere específicamente a uno de los temas más álgidos de la reforma, la integración vertical, señalando que no se trata de un principio sino de un tema de control, “no creo que sea necesario excluir a nadie de la integración vertical. En el caso de las cajas de compensación ya existe una red para la prestación del servicio, razón por la cual no es conveniente hacer la separación”, dice el director de Compensar.

Sostiene que la integración está muy asociada al modelo de prestación de servicios, razón por la cual hay que permitírsela a todos los actores, pero bajo un control.

En eso coincide el presidente de la Asociación Nacional de Cajas de Compensación Familiar (Asocajas), Álvaro José Cobo Soto, explicando que la integración vertical como un modelo centrado en los ciudadanos y en la gestión de riesgo en Salud tiene innumerables ventajas, porque:

•         Permite la operación en modelos de economía de escala y por auditoría, facilita la obtención de los costos reales del mercado y actúa como regulador del mismo, con lo cual hace más eficiente el sistema.

•         La función de representación del afiliado se hace expedita.

•      Permite estandarizar la puerta de entrada al sistema, facilita la garantía de la calidad y la idoneidad profesional, con mejora significativa en la satisfacción de los usuarios.

•         Contribuye a que el Estado cumpla con su obligación de garantizar la existencia suficiente de servicios.

•         Mejora la accesibilidad, la racionalidad técnico-científica y el control.

•         Facilita la continuidad y la oportunidad en la prestación de los servicios de salud y mejora sustancialmente la calidad e idoneidad profesional y los resultados en salud se hacen más controlables.

Sin embargo, reconoce que bajo la figura que deja a salvo la integración vertical, es necesario regular adecuadamente su operación para evitar el abuso de la posición dominante.

Cobo también dice que es una figura necesaria para la operación del sistema de salud sin distingos de actores. “Hemos respaldado la medida adoptada por el Senado de la República, porque la consideramos necesaria, pero sin abogar por su exclusividad como algunos perversamente han querido señalarlo”.

Le preocupan los cambios en las reglas de juego, pues argumenta que los sucesivos gobiernos han solicitado el acompañamiento, importantes inversiones y rescates de agentes de la salud y, ahora con una decisión desprovista de análisis técnico, se cuestiona.

Cobo termina señalando debilidades de la reforma: considera inadecuada la naturaleza, objeto y buena parte de las funciones de Salud Mía, la inequidad en el acceso de los afiliados al régimen subsidiado a la oferta de servicios como en el régimen contributivo, la insuficiencia  en la definición del modelo de aseguramiento social, la ausencia de un plan de fortalecimiento de la red pública hospitalaria y  el tiempo para transición e implementación de la reforma.