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Ante un cúmulo de parlamentarios británicos, Rupert Murdoch presentó disculpas por las cuestionables maniobras que usó su periódico para obtener información.

Coyuntura Internacional

La caída de un imperio

El escándalo de las chuzadas amenaza con derrumbar el emporio mediático del magnate Rupert Murdoch. Es posible que tenga que abandonar sus negocios en el Reino Unido y concentrarse en los de Estados Unidos.

21 de julio de 2011

Como si se tratara de una coincidencia cabalística, los momentos más importantes de la vida de Rupert Murdoch han estado marcados por el número uno. Nació en Melbourne, Australia, el 11 de marzo de 1931. En 1981 compró el grupo editorial Times Newspapers Limited, propietario, entre otros, de The Times y The Sunday Times. Ese mismo año entró al negocio de la producción de cine con la película australiana Gallipoli. En 2001 nació su hija Grace y hoy, en 2011, se enfrenta al vendaval más turbulento que jamás haya tenido que capotear durante sus 80 años de vida.

Quienes conocen a Murdoch lo definen como un hombre de armas tomar y de estirpe guerrera. Dos virtudes que ahora, más que nunca, tendrá que sacar a flote para ponerles el pecho a las consecuencias que ya le está trayendo el cierre del periódico sensacionalista News of the World, el tabloide más representativo de su emporio News Corp. –cada domingo vendía más de 2,8 millones de ejemplares– y una institución con 168 años de historia.

Más de un siglo y medio de trayectoria que se vino a pique por cuenta de una denuncia de The Guardian, según la cual algunos periodistas de la publicación de Murdoch venían interceptando de manera ilegal mensajes telefónicos de miembros de la realeza, actores y hasta familiares de militares fallecidos, desde hace diez años. La gota que derramó la copa fue el caso de Milly Dowler, una niña de 13 años que murió asesinada y cuyo teléfono fue intervenido con el ánimo de encontrar algún mensaje de desesperación de sus familiares para publicarlo en el controvertido diario.

La noticia no solo desencadenó una tormenta política dentro del Reino Unido sino que cambió radicalmente los planes que aparecían en el primer renglón de la agenda de Murdoch para robustecer su imperio. El magnate tenía sus baterías enfiladas hacia la compra de 60% del canal de televisión satelital British Sky Broadcasting Grau, BSkyB, una transacción estimada en US$12.000 millones. El escándalo, no obstante, obligó a los directivos de la compañía a desistir del negocio.

Ahora la pregunta es qué tanto se van a ver afectados los otros negocios de Murdoch. Mientras el tema siga al orden del día, sin duda todos sentirán el golpe. “En esta primera etapa del escándalo, sus negocios que estén cotizando en bolsa van a afectarse y las acciones se van a desplomar. Sin embargo, su imperio es muy grande y tiene presencia en diferentes sectores, así que en la medida que vaya bajando la temperatura, este revés se irá diluyendo, sobre todo en los sectores que no están relacionados con prensa escrita”, le dijo a Dinero Andrés Mejía Vergnaud, investigador del Instituto de Ciencia Política.

Según los expertos, el verdadero coletazo se va a sentir en sus otros periódicos, sobre todo los que están en Inglaterra. Tanto así que muchos se atreven a pronosticar que la ofensiva política en su contra será tan voraz que va a tener que abandonar sus negocios en el Reino Unido. Entonces, de cumplirse esa predicción, la alternativa será concentrarse en su coloso norteamericano, donde aparecen canales de televisión como Fox y el estudio de cine Twentieth Century Fox, y periódicos como el New York Post (ver recuadro).

En términos legales, el panorama también luce nublado para Murdoch. Por un lado, el FBI avanza en una investigación para determinar si dentro de las interceptaciones del News of the World estaban los teléfonos de algunos de los familiares de las víctimas del atentado del 11 de septiembre de 2011 en el World Trade Center. Y, por el otro, tendrá que explicarle a la justicia británica si reporteros de News International, filial que agrupa los diarios ingleses de News Corp. obtuvieron datos del ex primer Ministro británico Gordon Brown de forma ilícita. Scotland Yard está trabajando en el asunto.

Y aunque es muy probable que al final de esta historia Murdoch solo tenga que pagar una multimillonaria fianza, las cabezas de su organización ya están cayendo como fichas de dominó. A esta alturas, las autoridades habían detenido nueve personas dentro de las que aparece Rebeca Brooks (en libertad bajo fianza), la directora del tabloide cuando ocurrieron los hechos, y Les Hinton, director de The Wall Street Journal y quien le hablaba al oído al magnate.

El cambio que le espera a Murdoch es radical. Su poder político ya no será el mismo. Así que los tiempos en los que estaba acostumbrado a las adulaciones y a ser el padrino político de más de un parlamentario británico serán cosa del pasado. Por lo pronto, el número uno sigue presente en su vida: el pasado 19 de julio, se convirtió en el extranjero número uno en declarar ante el Parlamento inglés.