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Alberto Rojas Ríos | Foto: Archivo Semana

TERNA

Juez severo de Londoño, principal candidato a la Corte

Alberto Rojas Ríos, el principal de los tres aspirantes que acaba de postular el Consejo de Estado para llenar una vacante en la Corte Constitucional, es el hombre detrás del fallo disciplinario que le decretó la “muerte política” al ex ministro Fernando Londoño.

8 de marzo de 2013

Su nombre tiene figuración en los círculos jurídicos, pero no es muy conocido por la gente.

Aunque la decisión que dispuso la destitución y una inhabilidad por dieciocho años al ex ministro fue firmado por el entonces procurador general Edgardo Maya Villazón, lo cierto es que el equipo jurídico que lo proyectó estuvo encabezado por Rojas, quien a su paso por el Ministerio Público ocupó los cargos de procurador delegado en lo civil y viceprocurador y procurador encargado.

Fue él quién recabó las pruebas sobre la manera como el primer ministro del Interior de Álvaro Uribe se hizo a un paquete de acciones de la firma Invercolsa en Ecopetrol, que más tarde tuvo que devolver por decisión judicial.

Si bien la opinión no conoce suficientemente la actuación de Rojas Ríos en este caso, es posible que las huestes uribistas del Senado sí. Y como el Senado en pleno es el responsable de la elección del nuevo magistrado para la Corte Constitucional, también es probable que pueda haber algunos parlamentarios interesados en ponerle palos a la rueda de una votación que, según todos los pronósticos, favorecería al pupilo de Maya.

Durante este proceso se sabrá si los uribistas se mantienen firmes alrededor de quienes fueron los escuderos de su jefe durante sus dos gobiernos, o si ahora prefieren ser pragmáticos y plegarse a las mayorías.

Los otros aspirantes no son de poca monta. Martha Lucía Zamora, actual jefe de la unidad de fiscales delegados ante la Corte Suprema de Justicia, registra bien ante la opinión, según lo revelan las últimas encuestas. Alejandro Linares Cantillo tiene una buena acogida en las altas cortes por sus calidades jurídicas, aunque ese hecho por sí solo no le garantiza el apoyo político que necesita en el Capitolio.