Inversionistas ven cautos el futuro de las Farc

Colombia ha visto renacer la inversión extranjera en los últimos años, amparada en la política de seguridad que ha implementado el Gobierno desde el 2002 y obligó a la guerrilla a replegarse a las zonas selváticas. No obstante, uno de los riesgos sobre la inversión sigue siendo el accionar de los rebeldes, especialmente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), cuyo líder murió el viernes en un ataque militar.

En el último año el grupo guerrillero incrementó sus ataques contra la industria petrolera, con la voladura de oleoductos y secuestros de trabajadores, como el de tres contratistas chinos de la británica Emerald Energy retenidos desde hace cinco meses. "Este no es el fin de los problemas de seguridad para nosotros, pero le da al sector mucha más tranquilidad", dijo César Díaz, director ejecutivo de la Cámara de Minería de Colombia.

En una señal del impulso inversor registrado en Colombia, sólo entre enero y octubre ingresaron al país andino 11.775 millones de dólares en inversión extranjera directa, según datos oficiales.

La mayoría de los recursos son destinados a la explotación de petróleo y minería, en medio del auge de los dos sectores, por la recuperación de extensas zonas que antes ocupaban los guerrilleros y por reformas fiscales claves.

Aunque el presidente Juan Manuel Santos dijo que la caída de Cano es el golpe más contundente contra las FARC y llamó a los guerrilleros a desmovilizarse, el grupo rebelde respondió que continuará su lucha armada tras la muerte de su líder. "No es que como mataron a Cano se vaya a pensar que se acabaron las FARC, muy pocos inversionistas internacionales que conocen la historia van a argumentar eso", dijo Alberto Bernal, director de investigaciones de la consultora Bulltick Capital Markets, desde Miami.

Incluso algunos expertos expresaron su preocupación ante la posibilidad de que el deceso de Cano provoque una intensificación de la violencia por parte de las FARC, ante una falta de liderazgo. "Con Cano afuera, las FARC no tienen el mismo control sobre los combatientes", dijo Alejandro Martínez, presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo. "Pero cuanto más débil se vuelvan, más van a atacar. Las FARC han llegado a un punto de inflexión", afirmó.

Seguridad, ¿un factor secundario?
La situación empresarial es muy distinta a la que vivía el país en la década de 1990, cuando pocas firmas se atrevían a invertir por la fuerte presencia de la organización que alcanzó a tener 17.000 combatientes, casi el doble de los actuales. El Gobierno, con el apoyo de Estados Unidos, ha destinado multimillonarios recursos para proteger militarmente las zonas en donde se ubican los principales yacimientos petroleros y mineros.

No obstante, algunos analistas opinan que la seguridad podría ser un factor secundario en este momento. "Los inversionistas extranjeros vienen a Colombia por las mejoras de seguridad, pero nunca he oído hablar de que una empresa retrase o cancele una inversión por el tema de la seguridad", explicó Díaz.

La lista de riesgos que los inversores miran está liderada por la estabilidad jurídica, una reforma tributaria que podría implicar la eliminación de algunas exenciones a los inversionistas y un débil pero existente proyecto de ley para elevar las regalías al sector minero y petrolero. También observan una ola de protestas sociales desatada en los últimos meses en demanda de mayor cantidad de empleos y de una mejora en la infraestructura destinada a servicios como salud o educación.

Pero sobre todo, los analistas coinciden en que la inversión seguirá rigiéndose por factores ligados a la economía externa en medio de la crisis mundial. "Desafortunadamente para Colombia y para Santos la estabilidad de precios de los commodities (materias primas) a nivel internacional continúa siendo el factor más relevante", indicó Bernal.