Home

País

Artículo

Ollanta Humala. Con un discurso moderado y centrado en temas sociales, el líder nacionalista busca por segunda ocasión llegar a la Presidencia de Perú. Aunque insiste en mantener el modelo económico, su nombre genera temores entre los inversionistas.

Coyuntura

Giro a la Izquierda

Los ganadores de la primera vuelta presidencial en Perú, Ollanta Humala y Keiko Fujimori, tienen una visión ideológica radicalmente diferente a la de Alan García. Un nuevo escenario para Colombia.

13 de abril de 2011

Los resultados de la primera vuelta presidencial en Perú tienen 'con los nervios de punta' a los mercados de valores e inversionistas de todo el planeta. Prueba de ello es que el lunes 11, después de las elecciones, la Bolsa de Valores de Lima tuvo una caída de 3,1% y el martes 12 descendió 3,6%. El desplome fue atribuido al triunfo de los dos candidatos que sacaron la mayor votación en las urnas: el líder nacionalista Ollanta Humala y la candidata de derecha Keiko Fujimori. Ambos irán en dos meses a la segunda vuelta.

Los ganadores son calificados como populistas, con concepciones ideológicas diametralmente opuestas a las del presidente Alan García y que podrían cambiar el exitoso rumbo de la economía peruana, que viene creciendo al 8%. Un giro que pocos quieren ver.

A pesar de los temores de los inversionistas, el presidente Alan García ha salido a pedir tranquilidad a los mercados asegurando que "el país es suficientemente sólido para mantener el rumbo" y que sea quien sea el elegido, "estará sujeto a los compromisos que ya existen, a los lineamientos racionales del sistema económico mundial".

La preocupación de los empresarios es compartida por personalidades como el nobel Mario Vargas Llosa, quien comparó a los dos candidatos con elegir entre "el cáncer y el sida".

Para inversionistas y empresarios, fue toda una sorpresa que quedaran por fuera de la contienda candidatos serios y de experiencia como el ex ministro de economía Pedro Pablo Kuczynszki, el ex presidente Alejandro Toledo y el ex alcalde de Lima, Luis Castañeda.

En Perú, sin embargo, los analistas están acostumbrados a resultados impredecibles por cuenta de electores cada vez menos identificados con los partidos y que a última hora se dejan guiar por la empatía con un candidato.

Este fue el escenario de 1990, cuando llegó a la presidencia un agrónomo desconocido, Alberto Fujimori quien derrotó al escritor Mario Vargas Llosa; en 2001 le permitió a Alejandro Toledo ganarle al ex presidente Alan García e, incluso, en 2006 dejó por fuera del poder a Ollanta Humala -entonces identificado ideológicamente con el polémico presidente venezolano Hugo Chávez- quien le cedió el boleto ganador a Alan García.

Ahora la presidencia quedará entre Ollanta Humala y Keiko Fujimori. ¿Quién es realmente cada uno y qué le espera a Colombia en este escenario?

El candidato Ollanta Humala saltó al plano político en 2000, cuando lideró una revuelta contra el entonces presidente Alberto Fujimori. Viene de la izquierda y aunque ha moderado su discurso nacionalista, nadie olvida que hace cinco años tenía una fuerte empatía con el 'socialismo del siglo XXI' del presidente Chávez.

Para esta campaña ha utilizado un discurso más social pero tomando distancia de Chávez. Asesores del ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva lo han acompañado y le han ayudado a proyectar un discurso centrado en "crecimiento con rostro social". Ollanta dice que busca mejorar la distribución de la riqueza.

Keiko Fujimori, por su parte, ha expresado su intención de mantener las políticas de libre comercio y apoyo a la inversión que defendió su padre en los 90, pero ha tenido que hacerles el quite a las críticas de sus opositores que rechazan la violación de derechos humanos y corrupción que se le endilgan al gobierno de Alberto Fujimori.

Aunque vienen de orillas distintas, los candidatos coinciden en dos temas: aumentar los recursos para la inversión social -destinados a disminuir la pobreza, que en Perú alcanza el 34% y afecta a unos 10 millones de habitantes- e incrementar los impuestos a la renta minera para utilizarlos en proyectos sociales. Este último es el tema que genera tanto nerviosismo.

Hernando Otero, presidente de la Cámara Colombo-Peruana, cree que independiente de quién sea elegido el 6 de junio, los temas comerciales, políticos y de integración se mantendrán con Colombia. "Tenemos un acuerdo de protección de inversiones que garantiza los derechos de los empresarios colombianos en Perú y una integración comercial que favorece a los dos países", dice Otero.

Para el abogado Marcel Tangarife, un eventual ascenso al poder de Ollanta Humala pone a Perú en riesgo de cambiar su exitoso modelo hacia una economía centralmente planificada. "Para Colombia sería un escenario poco atractivo, porque hoy Perú es un aliado en temas de libre comercio y promoción de la inversión extranjera", dice Tangarife.

De hecho, recuerda un dato curioso de la jornada electoral del 10 de abril, cuando se conoció que Humala iba punteando en el resultado y el primer jefe de Estado que llamó a felicitarlo fue el presidente de Bolivia, Evo Morales.

En caso de que Keiko Fujimori sea la ganadora, Tangarife considera que se mantendría el modelo de libre mercado, pero los temores podrían surgir por el manejo de temas como el gasto público, que podrían verse afectados por una política fiscal poco rigurosa. Sin embargo, cree que la incorporación a su campaña de expertos en estas materias le darían la fórmula ganadora.

El tema para Colombia es clave. Varias decenas de compañías se han instalado en ese mercado, entre ellas Manuelita, ISA, Ecopetrol, EEB, Carvajal, Prebel, Bancolombia, Colpatria y el Grupo Nutresa, para mencionar solo algunos, y, de otro lado, se teme que el eje Pacífico (Chile, Perú y Colombia) -que empezaba a tomar forma, con la integración de las bolsas- se frene.

Cuando faltan varias semanas para la segunda vuelta, los candidatos Humala y Fujimori han iniciado acercamientos con los partidos que quedaron por fuera de la contienda para buscar apoyos que les permitan ganar el favor popular. De estas nuevas 'alineaciones' dependerá, en buena medida, el triunfo.