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Algunos avances en proyectos, que fueron un verdadero viacrucis, por fin están llegando al fin de su odisea. | Foto: Archivo Semana

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Fin de la odisea en tres proyectos de infraestructura

El riesgo sobre este sector es que si Colombia no implementa las recomendaciones de la Comisión de Infraestructura, estará exponiendo la competitividad del país y el ritmo de crecimiento.

24 de enero de 2013

Los proyectos de infraestructura en Colombia no gozan de la mayor credibilidad, por esa razón Anif, aplaudió la eventual culminación de tres proyectos importantes para el país.

No obstante, el PIB de obras civiles se contrajo al 14.6% real a septiembre de 2012, siendo evidente que continúan serios problemas de gestión relacionados con pobre estructuración de los proyectos.

Indica la Asociación de Instituciones Financieras que se deben ventilar las lecciones aprendidas, para que las entidades responsables del sector, como los son el Ministerio de Transporte, la ANI e Invias, realicen los respectivos balances. “De esa manera se evitan repetir los errores del pasado”, estima en su más reciente informe.

Bucaramanga: Puentes Flandes (Antonia Santos): Dicha obra cobija una longitud de 58 km. (distribuidos en 9 tramos), que se habían adjudicado en 2006 por valor de $140.000 millones.

Posteriormente, se adicionaron los tramos Palenque-La Salle y los puentes Flandes. Si bien no son evidentes los sobre-costos (por adición de obras), los retrasos han sido mayúsculos, no necesariamente atribuibles a los contratistas, sino a la pobre estructuración del proyecto desde sus inicios.

En 2011-2012, la región ha logrado, por fin, pasar a disfrutar el uso de dos puentes vehiculares, reduciendo el tiempo de tránsito a cerca de la mitad. La primera etapa se culminó en octubre de 2011 y la segunda fue entregada en el segundo semestre de 2012.

Lo anterior debe dejar claro la importancia de: gestión a nivel del presupuesto nacional cuando ocurren desastres a nivel regional; y la estructuración apropiada, moderna y suficiente de los proyectos desde el inicio para evitar tropiezos, que en este proyecto representaron “tiempos perdidos” de hasta 18 meses.

Bogotá: Fase III de Transmilenio (Troncal calle 26 y carrera décima): La mayoría de los tramos de Transmilenio habían cumplido cronogramas y tenido sobrecostos razonables (inferiores al 10%).

Sin embargo, las troncales de la calle 26 (12.2 km) y carrera décima (7.7 km) han sido “el fiasco” del sistema, según Anif.

La obra tuvo sobrecostos superiores al 20%, detrimento patrimonial por $62.000 millones (según la Contraloría) y atraso de más de dos años.

A pesar de este calvario, durante el segundo semestre del 2012 se lograron entregar 13 estaciones de la calle 26 (faltando la de Universidades) y 8 de la carrera décima (faltando las de Bicentenario, Museo Nacional y San Victorino).

Infortunadamente, su conectividad todavía es parcial y queda pendiente la llegada al Aeropuerto el Dorado.

Barranquilla: Aeropuerto Ernesto Cortissoz: El tránsito hacia el aeropuerto internacional Ernesto Cortissoz, ubicado en el municipio de Soledad, a 7 km del centro de Barranquilla, se había convertido en un dolor de cabeza.

La buena noticia es que por fin fue dado al servicio en marzo de 2012, mejorando de forma importante la movilidad.

Todavía está pendiente la finalización de los puentes de Sao-Hipódromo, adicionados al contrato inicial, los cuales deberían culminarse durante el primer semestre de 2013.

Aquí las lecciones aprendidas han tenido que ver con la importancia de contar con los predios y las licencias ambientales, antes de iniciar las obras, tal como bien lo recomienda la Comisión de Infraestructura.