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En la primera semana de mayo, de las cerca de 96.000 empresas de la manufactura que están habilitadas para retomar actividades, solo 21.000 solicitaron la autorización. | Foto: Juan Carlos Sierra

EMERGENCIA ECONÓMICA

¿Es tardío el subsido a las nóminas?

El gobierno Duque alista el segundo arsenal con el que busca evitar que la economía se siga deteriorando por cuenta de la crisis del coronavirus. ¿Cuáles serán las medidas?

18 de mayo de 2020

Recientemente se conoció cuál será la estrategia del Gobierno para conjurar la crisis que está atravesando el país. Varias de estas decisiones serán determinantes para evitar que la afectación económica se acentúe aún más y le darán gasolina al país para navegar de mejor manera las fuertes corrientes en contra que enfrenta, y que aún no es claro por cuánto tiempo se mantendrán. La incertidumbre es el común denominador.

El panorama no es el mejor. Tan solo en mes y medio de aislamiento social la última medición de la tasa de desempleo del Dane se ubicó en 12,6%. Se calcula que el número de desocupados en el país aumentó 1,6 millones, y las cifras podrían ser peores, pues lo más probable es que las estadísticas no estén recogiendo correctamente el comportamiento real. El ritmo de la caída es tan vertiginoso que los números pueden ser significativamente mayores a los del Dane.

La contracción económica será histórica. Según las estimaciones del más reciente estudio de política monetaria del Banco de la República, expuestas por el Gerente Juan José Echavarría, el crecimiento económico caerá este año entre 2% y 7%. El resultado final dependerá de varios factores, como la recuperación de los precios del petróleo y la velocidad de la reactivación económica. El propio ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, aseguró en varios escenarios que esta es una crisis inédita, y que lo más probable es que la economía se contraiga cerca de 5,5%.

Bajo el amparo de un nuevo Estado de Emergencia Económica, el Gobierno prepara una nueva ola de decretos. Si bien, al cierre de esta edición solo se conocen dos acciones concretas, los considerandos del decreto con el que se declaró la emergencia revelan en qué dirección podrían ir las próximas determinaciones.

En primera medida, el Ejecutivo confirmó que subsidiará las nóminas de las empresas. Al anunciar la medida, Carrasquilla aseguró que la Nación les dará a las empresas –sin importar si son grandes, medianas o pequeñas– el equivalente a 40% de un salario mínimo por cada trabajador.

Para acceder a este beneficio, que funcionará por tres meses y que le costará a la hacienda pública cerca de $6 billones, las empresas deberán demostrar que sus ingresos han decrecido a niveles iguales o superiores a 20% y, además, se deberán comprometer a no despedir empleados. También, para darles más oxígeno a las empresas, se hicieron cambios en el calendario tributario, por lo que ahora el segundo pago correspondiente al impuesto de renta, se correrá para final del año.

El subsidio a la nómina es una decisión que venían esperando los gremios desde hace varias semanas, incluso, muchos sectores consideran que es una medida que debió ser incluida en la primera Emergencia Económica.

Frente a las voces que aseguran que el Gobierno actuó tardíamente, el director del Departamento Nacional de Planeación, Luis Alberto Rodríguez, explicó que en la primera emergencia la prioridad era fortalecer el sistema de salud y asegurar las transferencias de los programas sociales, y que ahora en este ‘segundo tiempo’ el objetivo será el empleo y la subsistencia de las empresas. No obstante, en las razones que esgrime el Gobierno para la nueva declaratoria del Estado de Emergencia, y que serán analizadas por la Corte Constitucional, reconocen que no previeron que el calado de la crisis fuera a ser tan profundo y que las ayudas a las empresas vía créditos garantizados no tuvieron el efecto que esperaban.

Gremios como la Andi, Acopi y Fenalco celebraron la decisión del Gobierno de subsidiar parte de la nómina, esto teniendo en cuenta el esfuerzo fiscal que representa, pero advirtieron que para enfrentar la crisis son necesarias determinaciones adicionales. Estas podrían tomarse en los próximos días con la emisión de los nuevos decretos.

En la declaratoria de la emergencia, el Gobierno da algunas pistas sobre las próximas jugadas.

En primer lugar contempla más recursos para hacer nuevos giros de los programas sociales y la devolución del IVA.

En el aspecto laboral se prevén cambios tendientes hacia la flexibilización del horario y la implementación de “medidas que permitan contribuir al Estado en el financiamiento y pago de parte de las obligaciones laborales a cargo de los empleadores. Desde sectores políticos han visto este punto con suspicacia, y consideran que puede ser el abrebocas de una reforma laboral.

Así mismo, se anticipa que el subsidio a los salarios no será la única ayuda que recibirán las empresas golpeadas por la crisis.

El Gobierno ya ha puesto sobre la mesa temas como el rescate a las aerolíneas y alivios adicionales a industrias como la petrolera.

Adicionalmente, con miras a seguir facilitando recursos para enfrentar la crisis, se habla de cambios tributarios, mecanismos para enajenar la propiedad accionaria estatal, y cambios en la reglamentación de regalías.

Pero sin duda, la recuperación y la mitigación de la crisis van a depender en gran medida de la velocidad con que se retome la actividad económica. Según el Ministro de Industria y Comercio, José Manuel Restrepo, con la apertura de los nuevos sectores económicos, cerca de 1,2 millones de trabajadores reanudarán sus labores. No obstante, varias voces indican que la reactivación debe hacerse desde la demanda y no desde la producción, es decir, de nada servirá que las industrias entren en funcionamiento si no cuentan con el encadenamiento productivo necesario para llegar al consumidor final. La entrada en marcha del comercio será clave en el proceso.

Faltará ver si el arsenal será suficiente para esta segunda fase de la crisis, pues la incertidumbre aún es considerable y los próximos dos meses serán decisivos para determinar la velocidad del rebote.