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Sin duda los camiones son el principal medio para mover carga en Colombia. | Foto: Germán Enrique Núñez

El narcotráfico, la carga del transporte

Los capitales oscuros que lavaron dinero en la actividad del transporte son la verdadera causa del problema camionero, dice los transportadores.

Germán Enrique Núñez
4 de agosto de 2008

Los transportadores de carga por carretera denunciaron que el narcotráfico es el causante del problema de pérdida en la rentabilidad del transporte de carga y que, a la postre, es el factor que quiebra el valor de los fletes.

El directivo de la Asociación Colombiana de Camioneros (ACC), Henry Marroquín, afirmó que lamentablemente al sector transporte ingresaron y están ingresando capitales oscuros que se dedicaron a lavar dinero en perjuicio de los empresarios tradicionales que no pueden competir con semejante flagelo.

El transportador dijo que hay empresas o personas naturales que compran entre treinta y sesenta camiones, dejando en carretera el cincuenta por ciento del parque automotor adquirido, aspecto que se presta para ofrecer fletes de valores irrisorios y que condenan a la ruina a los transportadores honestos y formalmente constituidos.

“Todo esto hizo que la tabla de fletes se pasara por alto porque con los nuevos jugadores en el mercado se desarrollo toda una competencia desleal. El asunto llegó a tal punto que si uno pedía por un viaje dos millones y medio de Bogotá a Barranquilla, salía un transportador que los hacia por la mitad o menos”, Declaró Marroquín.

Agregó que al gobierno le corresponde meter en cintura a los transportadores con una regulación seria y expedita que les devuelva las utilidades, que se perdieron por los altos costos de los insumos para el transporte, los combustibles y los peajes entre otros factores.

Marroquín precisó que varios transportadores están mirando otras actividades económicas pues tal y como están trazadas las reglas de juego para el transporte, no vale la pena seguir en la puja por sobrevivir.

Anotó que varios hogares de empresarios y camioneros muestran un terrible deterioro en la calidad de vida de las familias pues se ha llegado al colmo de no tener para el pago de pensiones de los hijos, de no contar con recursos para atender necesidades básicas y de no tener dinero para la compra de alimentos y otros bienes de primera necesidad.

“Yo lo que quiero es que me den mis setenta millones de pesos, que es lo que cuesta la reposición y me voy a instalar otro negocio en donde yo vea la plata y no seguir en esta pesadilla que va desde sufrir para mantener en óptimas condiciones el equipo hasta la de recibir un pago miserable que no refleja en nada los costos de rodamiento, incluidos los impuestos.

Denunció también que hay empresas intermediarias de carga que exigen la firma por un viaje de $2,5 millones y pagan tan solo uno, lo anterior sin contar con los vejámenes a los que se somete el transportador para el pago de su servicio que termina en que algunos se ven forzados a pagar una comisión a las secretarias de los intermediarios de carga para que agilicen la entrega de cheques.

Finalmente afirmó que un paro camionero como tal no resuelve problemas pues la verdad, asegura, la problemática radica en líos estructurales y de fondo que van desde el lavado de activos hasta el incumplimiento por parte de la normatividad.

A lo anterior hay que sumarle que los costos de operación son muy altos frente al ingreso que produce el automotor pues el mantenimiento mensual de un tractocamión sobrepasa los $25 millones y estos actualmente no se facturan, salvo por una lotería de la vida.