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El dólar bajo presión

La incertidumbre ante el futuro de los intereses en Estados Unidos tiene al dólar en picada. ¿Cuánto más podría caer esta moneda?

12 de mayo de 2006

El testimonio del presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, ante el Congreso de ese país ha desatado una serie de especulaciones que han acelerado la caída del precio del dólar en los mercados financieros. Bernanke, en su intervención, de finales de abril, afirmó que la política de incrementos de 25 puntos básicos en los intereses de corto plazo aplicada en las últimas 15 reuniones de la Fed, que llevaron la tasa de 1% a 4,75%, había llegado a su fin.

Hacia adelante, según el presidente de la Fed, las decisiones del FOMC (Federal Open Market Committee), que es el comité encargado de la política, dependerán de la evolución de las perspectivas económicas de mediano plazo de acuerdo con la información disponible en cada momento. En particular, la política responderá a la información que pueda alterar el juicio del comité con respecto a los posibles riesgos sobre los objetivos de mediano plazo de la entidad.

Bernanke volvió a mencionar la preocupación que el comité había manifestado después de la reunión de marzo, respecto a posibles alzas en la inflación y no descartó, a la luz de la información recibida desde esa reunión, la posibilidad de futuras alzas de intereses con el fin de alinear los objetivos de crecimiento económico y estabilidad de precios.

Igualmente, informó que el comité continuará monitoreando la información de cerca para evaluar las perspectivas tanto de crecimiento como de inflación. También mencionó la posibilidad de que en algún momento en el futuro el comité decidiera no hacer nada en una o más reuniones con el fin de permitir que haya más tiempo para recibir información relevante. Sin embargo, añadió que esto no significa que en un futuro no se actúe, y el comité no vacilará para actuar cuando lo juzgue necesario para lograr sus objetivos.

Las palabras de Bernanke fueron interpretadas por los mercados como el final de las alzas de los intereses e inmediatamente, las acciones y bonos reaccionaron hacia el alza. Al día siguiente, sin embargo, la periodista de televisión María Bartiromo informó que el presidente de la Fed le había dicho que los mercados habían malinterpretado su testimonio ante el Congreso, como si él hubiera dicho que las alzas futuras en los intereses hubieran terminado. Las acciones volvieron a caer y los rendimientos de los bonos de largo plazo aumentaron a su nivel más alto de los últimos 4 años.



El dólar se mueve

Las aclaraciones a las declaraciones de Bernanke fueron mal recibidas por los mercados, lo que a su vez acentuó el debilitamiento del dólar frente a las principales monedas.

Para muchos, aquí hubo un problema de comunicación de la Fed en un momento de transición entre una administración y otra, y en medio de una gran incertidumbre frente a la evolución de la economía de Estados Unidos. Nadie sabe con certeza si esta economía va a tener un leve descenso, o va a continuar con la tendencia favorable reciente o va a tener una caída abrupta.

Para otros, el problema está en la interpretación que los mercados dieron a las palabras de Bernanke frente a la posibilidad de que el comité no hiciera nada en una o varias reuniones con el fin de tener más tiempo y recibir información relevante para las perspectivas de mediano plazo.

Los analistas de Credit Suisse consideran, por ejemplo, que con este tipo de actuación, la Fed podría no tomar medidas contra presiones inflacionarias aun si sus mejores pronósticos le indicaran que debería hacerlo. Lo ven como un temor del presidente de la Fed de excederse en el ajuste y como una evidencia de que no estaría siguiendo el enfoque antiinflacionario que llevó a los presidentes anteriores, Paul Volcker y Alan Greenspan, a ganar la batalla contra la inflación.

Si esta interpretación es correcta, es muy posible que la apetencia por el dólar disminuya, ya que pone en entredicho la fortaleza de esta moneda como depósito de valor. Esto lleva al mercado a pedir una prima de riesgo por invertir en esta moneda y ya no será suficiente el diferencial de tasas de interés, como sí lo fue en el primer trimestre del año.

Es posible que en el movimiento del dólar en los últimos días hayan influido la mala comunicación y la interpretación que los mercados dieron a las declaraciones de Bernanke. Sin embargo, todo parece indicar que ante el fortalecimiento de las economías de la zona euro y de Asia y la posibilidad de aumentos de intereses en estas regiones el dólar podría seguir perdiendo valor.

De hecho, el Banco Central Europeo acaba de informar que muy posiblemente subirá las tasas de interés en junio y que no descartaría un aumento de 50 puntos básicos. Este anuncio por parte del presidente Jean Claude Trichet llevó al euro a su nivel más alto frente al dólar de los últimos 12 meses.

El reto para Bernanke es grande. Si no sube los intereses, no podrá atraer los flujos de capital que el país necesita para financiar el creciente déficit de cuenta corriente. Por el otro lado, si los sube, corre el riesgo de afectar la economía en un momento en el que el mercado de finca raíz, que ha sido el principal motor del consumidor estadounidense, podría estar desacelerándose.

Los mercados lo están midiendo y un nuevo error en la comunicación podría costarle muy caro. La reunión del FOMC de mayo es determinante, para ver si el nuevo presidente logra la confianza de los mercados.