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El coronel en su laberinto

Las luchas de poder al interior del partido del Presidente crecen, así como la preocupación por el futuro económico de Venezuela. ¿Habrá Chávez para rato?

6 de julio de 2011

Días de vértigo le esperan al presidente Hugo Chávez durante las próximas semanas. No solo por la convalecencia que le generó la extirpación de un tumor canceroso, el pasado 20 de junio en Cuba. También por las luchas que se han desatado al interior de su partido -y que podrían desencadenar en un revolcón ministerial-, y las crisis domésticas aún no resueltas en los temas carcelario, de seguridad, salud y energía que golpean hoy a Venezuela.

Tras una ausencia de casi 30 días que arrancó como una gira por países vecinos y terminó en un tratamiento médico de alta complejidad, el presidente Chávez regresó a su país el 4 de julio para enfrentar un escenario marcado por las pugnas internas de poder. La sorpresiva aparición de Chávez en Venezuela, antes de terminar su proceso de recuperación, es interpretada por analistas como Carlos Raúl Hernández, sociólogo y docente de la Universidad Central de Venezuela, como una salida urgente para conjurar la crisis intestina que se ha desatado entre sus más cercanos seguidores por el poder.

Este escenario habría llevado al Presidente a anticipar su regreso para restablecer la tranquilidad en su partido por las tensiones internas, que parecían desbocadas. Pero, ¿qué tan convulsionado está este laberinto económico, político y social para Chávez?

En una entrevista al diario El Universal, Hernández describe las tensiones en el partido de gobierno como "una tiburonera entre Maduro (el canciller), Rangel Silva (el general que suena para el Ministerio de Interior), Jaua (actual vicepresidente), Diosdado (anterior vicepresidente) y Adán (el hermano del presidente Chávez), que están matándose". Aunque hasta el cierre de esta edición -el martes 5 de julio- no se conocía la designación de un nuevo vicepresidente, todo apuntaba a que Elías Jaua, quien en los últimos meses ha desempeñado este cargo, sería reemplazado por el canciller Nicolás Maduro o por José Vicente Rangel -quien ya fue vicepresidente-, y que están en lados opuestos dentro del partido de Chávez.

Aunque los escenarios críticos se han vuelto la especialidad de Chávez desde que llegó al poder en 1999, la actual situación puede ser radicalmente diferente. Por un lado, las complicaciones mismas de su enfermedad lo obligan a mantenerse al margen del día a día y lo llevan a delegar funciones, un escenario hasta el momento desconocido para él, que en sus doce años de mandato ha concentrado, tanto el poder como el liderazgo en su gobierno.

Por el otro, la urgencia de darle continuidad a su mandato le exigirá tomar decisiones drásticas ante la inminencia de ceder espacios a la oposición.

Pero, además de los cambios en la Vicepresidencia, parece inminente un revolcón ministerial. El actual vicepresidente, Elías Jaua, se ha encargado de atizar los anuncios de nuevos funcionarios en las cerca de 30 carteras ministeriales que rodean a Chávez.

Kate Parker, analista de Economist Intelligence Unit, explica que la enfermedad de Chávez implica un riesgo fiscal alto para su país, teniendo en cuenta que su gobierno está totalmente centralizado y que sus Ministros, a los que cambia con frecuencia, no detentan la misma autoridad que en otros países, pues el poder y la toma de decisiones están en manos del primer mandatario. Además, sostiene que Venezuela es un país que tiene un sector público masivo, con muchos empleados públicos que dependen de sus decisiones.

Los mercados internacionales se han encargado de hacerle saber a Chávez cuál es su opinión frente a su estado de salud: el primero de julio, un día después de que el mandatario venezolano saliera públicamente a comentar su delicado estado de salud, los bonos de deuda venezolanos se volvieron 'apetitosos' para los inversionistas y tuvieron un alza que no registraban en semanas, pues volvió el optimismo por un posible relevo en el mando. Pero el martes 5 de julio, tras el regreso de Chávez a Caracas, cayeron con fuerza ante las señales de continuidad.

Internamente, la oposición ha criticado que problemas económicos y sociales se estén volviendo endémicos. Uno de ellos, la crisis en la cárcel El Rodeo, que comenzó el 12 de junio y ha cobrado la vida de por lo menos 30 reclusos. Aunque intervinieron cerca de 5.000 hombres de las fuerzas armadas, todavía no se ha logrado controlar la situación.

La creciente inflación y el desabastecimiento también tienen en jaque al país. En los primeros cinco meses del año, la inflación reportaba un acumulado de 10,3% y hay quienes pronostican que podría cerrar 2011 en 26%. El desabastecimiento de productos de la canasta básica es otro padecimiento: a comienzos del año era de 12% y hoy alcanza 21%, según Datanálisis. Y, por si fuera poco, la crisis energética está impactando no solo a las empresas, sino a los ciudadanos que deben padecer cortes en el servicio, debido a la falta de inversiones en infraestructura que han hecho obsoleto el sistema.

Vecinos preocupados

Pero la salud del presidente Chávez no solo preocupa a los venezolanos. En Cuba, cuyo gobierno recibe ayuda de Chávez desde hace más de una década, la preocupación es creciente. Aunque no son datos oficiales, se habla de que Venezuela le envía 100.000 barriles de petróleo diarios a Cuba, que son pagados con el trabajo de cerca de 50.000 cubanos que laboran en las misiones de salud, educación y deporte que desarrolla Chávez.

Por eso miles de cubanos, empezando por Fidel Castro y su hermano presidente, Raúl, expresaron su preocupación por la salud del mandatario venezolano ya que, en un escenario de sucesión, habría incertidumbre por el sostenimiento de esta ayuda.

También en Nicaragua crece la preocupación frente al estado de salud de Chávez pues, desde 2007, el presidente de ese país, Daniel Ortega, ha desarrollado una estrecha relación comercial con Venezuela que hoy algunos de sus opositores la califican de 'monodependencia'.

Según el Banco Central, en 2010 la cooperación de Venezuela con Nicaragua llegó a US$511 millones, de los cuales US$377 millones se atribuyen a la denominada 'factura petrolera' que hace parte del Acuerdo de Cooperación Energética Petrocaribe. Además, se habla de que el gobierno de Venezuela tiene unos US$600 millones depositados en los bancos de Nicaragua por cuenta de la Alianza Bolivariana de las Américas (Alba).

El nuevo escenario plantea para Chávez varios retos. No solo tendrá que mantener la unidad de su partido si quiere continuar en el poder y hacerse reelegir en diciembre de 2012. También tendrá que impulsar las reformas económicas y políticas que conjuren los crecientes problemas de su país que, como su salud, están convalecientes.