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CRECIMIENTO

La nueva Colombia exige menos asistencialismo y otros retos

El Subdirector seccional del Departamento Nacional de Planeación resaltó que Colombia es muy diferente a hace una década pues hoy la mayoría de su población es clase media, lo que trae nuevos retos.

22 de noviembre de 2018

Rafael Puyana, subdirector sectorial del Departamento Nacional de Planeación, inició su intervención en el Foro Económico del BBVA y Dinero recordando que, a diferencia de 2002 cuando el 48,7% estaba en la pobreza, hoy el 41% intenta consolidarse dentro de la clase media.

Hoy, el 26,7% de la población colombiana está por debajo de la línea de pobreza monetaria y el objetivo del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022 es disminuir dicha cantidad a 21% para el final del periodo, la pobreza extrema disminuiría desde 7,4% actualmente a 4,4% en 2022 y la pobreza multidimensional pasaría de 17% a 11,9%.

Dicho cambio en la población significa nuevos retos para la política pública pues la población clase media tiene exigencias más altas en la calidad de los servicios públicos y otras condiciones de calidad de vida, a la vez que puede desligarse de las ayudas “asistencialistas” del Estado, señaló Puyana.

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El subdirector agregó que esta realidad socioeconómica del país “exige pensar en otras condiciones, en aumentar la productividad para que el crecimiento no dependa de la inversión o los recursos petroleros”.

“Debemos pensar en una agenda contundente de formalización laboral y tenemos que pensar en que la educación y la salud de calidad sean pilares. No es pensar en un Estado ‘asistencialista’ sino en uno que trabaje en conjunto con la población para mejorar los beneficios que se les entregan”, agregó.

Y a su vez, la nueva agenda de gasto público trae nuevas exigencias de recursos para un Gobierno que se enfrenta a momentos de estrechez fiscal. Por esta razón, Puyana señaló que el país debe “pasar a una política pública moderna, que se complemente con las asistencias que entrega el Gobierno a quienes están en la pobreza para mejorar su calidad de vida”.

Por ejemplo, agregó Puyana, se pueden crear programas mixtos como el Semillero de Propietarios del Ministerio de Vivienda, que tiene un subsidio al arriendo para que una parte de la cuota se ahorre para la compra de vivienda, en lugar de subsidiar la compra de la casa.

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“Eso permite la consolidación en clase media y un gasto más inteligente del Gobierno”, afirmó.

En ese sentido, el subdirector agregó que, más allá del debate del actual proyecto de Ley de Financiamiento, “cuando Colombia decida hacer la devolución del IVA, ya tiene el mecanismo con la capacidad para hacerlo mediante Familias en Acción”.

Y aunque reconoció que dicho programa tiene todavía espacios muy puntuales como las familias que no tienen hijos y quedan excluidas, hoy ya está cubierto el 100% del territorio nacional.

Otro de los problemas del gasto público actual es que “el 20% de los subsidios se están yendo al 20% más rico de la población, parte de eso se explica por la mala focalización de los subsidios pensionales pero quitando eso, el 10% de ayudas le llega al 20% más rico”, advirtió Puyana.

Y agregó que la situación obliga a que se creen “mejores herramientas de focalización y un trabajo más cercano con las comunidades para asegurarnos que los subsidios le lleguen a quienes realmente lo necesitan”.

“No pueden existir por ejemplo los colados en el Sisbén que hoy funciona con una base de datos de hace 7 años, ahí seguro hay familias que ya salieron de la pobreza, por eso esperamos a 2020 el Sisbén IV con menos exclusiones y mejor focalización, es una apuesta fuerte que requiere decisión política pero debe quedar por lo menos planteado”, señaló.

En productividad, el país también tiene varios espacios por llenar. Puyana también insistió en la necesidad de
simplificar los trámites en el país, reducir la burocracia e impulsar la educación y la innovación.

“Hay otras apuestas como el impulso al emprendimiento, adopción de tecnología y mejora del aparato productivo”, dijo el subdirector.

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Dentro de las estimaciones del PND, si se cumplen los planes de la mejora regulatoria, transformación digital, estrategia de la infraestructura y eficiencia en gasto, se duplicaría el ritmo del crecimiento de la productividad hasta 1% o 1,1% anual y eso impactaría el PIB potencial, de modo que si todo el Plan Nacional de Desarrollo sale bien, dicho indicador podría llegar a 4%.