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Según la OMT, el año pasado hubo 1.500 millones de entradas de turistas extranjeros a los distintos destinos del planeta. Colombia recibió más de 4 millones. | Foto: fotografía_ iStock

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¿Colombia podrá llegar a los 6 millones de turistas extranjeros?

El turismo ya genera casi US$6.000 millones en divisas cada año. ¿Se está convirtiendo la industria sin chimeneas en la niña bonita de la economía colombiana?

23 de enero de 2020

En la última década, el turismo internacional ha venido creciendo a una tasa promedio de 5%, según lo reveló recientemente la Organización Mundial del Turismo (OMT). La actividad completó así diez años de crecimiento sostenido.

Este comportamiento es más que satisfactorio y muestra una industria fortalecida, luego de la crisis que enfrentó a comienzos del milenio, cuando el terrorismo y las crisis económicas impidieron que muchas personas buscaran destinos fuera de sus propios países.

Según la OMT, en 2019 se registraron 1.500 millones de llegadas de turistas internacionales a destinos en todo el planeta; si cada llegada fuera solo una persona, se podría decir que casi 20% de la población mundial se movió allende sus fronteras el año pasado. Para 2020 la perspectiva es que la actividad siga creciendo al 4%, lo que consolidará un estado de cosas más que positivo para esta industria.

Las noticias para Colombia en este frente son muy alentadoras, pues entre 2017 y 2018 se dio un incremento de 9,4% en la cantidad de extranjeros no residentes que estuvieron de visita en Colombia. La llegada de viajeros por crucero creció 9,7%. En total, en 2018 llegaron 4,2 millones de visitantes desde el exterior.

Las cifras del año pasado mostraban una tendencia interesante, pues a septiembre ya iban 3,2 millones de viajeros y lo mínimo que iba a pasar era que se igualaran las cifras de 2018.

A esto se le suma que, según los datos de balanza de pagos, los extranjeros no residentes realizaron compras en Colombia por US$5.574 millones en 2018 y, a septiembre del año pasado, esta cifra ya iba en US$4.000 millones.

Todo ello pone en evidencia que algo muy interesante está pasando con la industria turística, la cual ha venido registrando unos ritmos de crecimiento que inclusive superan lo ocurrido en el promedio mundial.

Y la evidencia muestra que esta tendencia se consolida. El país no solo está atrayendo a los turistas tradicionales de playa, sino que otros destinos y usos turísticos (como el de eventos y convenciones) también se están imponiendo.

El ministro de Comercio, Industria y Turismo, José Manuel Restrepo, ha señalado reiteradamente que la meta es lograr que en 2022 lleguen al país 6 millones de turistas internacionales. Tal vez en 2020 se dé un paso importante, cuando se logren los 5 millones.

¿Qué es lo que se necesita para alcanzar estos ambiciosos objetivos?

La tarea, aunque es viable, no es para nada fácil. Colombia tiene desafíos enormes, pues, como lo señala la directora de la Cámara de Comercio Colombo Americana (Amcham), María Claudia Lacouture, no basta con traer gente y ponerla en la playa. Aún se hace necesario cultivar habilidades para la atracción de turistas y lograr que tengan un experiencia especial por cuenta del tipo de servicio que se les ofrece, las ofertas a las que tienen acceso, la infraestructura que encuentran y, en general, la cultura de servicio al turista que puede ofrecer un destino.

Aquí es donde la tarea todavía está pendiente. Y para evidenciarlo hay varios ejemplos.

Se puede empezar por uno de los frentes más evidentes: la infraestructura. Colombia ha avanzado mucho en oferta hotelera y los beneficios tributarios que se ofrecieron desde hace más de una década, sembraron el terreno para un aumento del número de habitaciones y para que prácticamente las más importantes cadenas hoteleras del mundo llegaran a Colombia.

Sin embargo, en materia de servicios aeroportuarios todavía falta mucha tela por cortar. En la mayor parte de las terminales aéreas del país se han hecho importantes inversiones para mejorar los edificios en los que son atendidos los viajeros.

Falta tecnología

Pero aún hay terreno por avanzar en materia de tráfico aéreo, pues solo el aeropuerto más grande del país, el de Bogotá, sigue enfrentando enormes desafíos por la falta de la tecnología suficiente para que los radares ayuden en momentos de cambio en la dirección de vientos. Eso hace que muchos aviones se retrasen. A esto se suma que no ha sido posible, por ejemplo, organizar la aviación privada: cada vez que va a salir un jet privado con cuatro o cinco pasajeros, se llena el slot de despegue como si fuera un avión con 300 o 400 personas. Es claro que las autoridades tienen que encontrar una solución para que la aviación privada pueda operar desde otro aeropuerto alterno y no signifique un tropiezo para una mejor operación de las terminales nacionales.

En materia de profesionalización y bilingüismo todavía queda mucha tarea por hacer. Según Lacouture, el país tiene que ponerle el acelerador para que haya más personas capacitadas para atender las necesidades de turistas de cualquier parte del mundo, con idiomas diversos y costumbres diferentes, pues el objetivo es que cada individuo que llegue al país se vaya con la intención de volver.

Si Colombia logra cumplir su meta de llegar a 6 millones de turistas al año, habrá tenido un crecimiento importante en esta industria y eso representará un impulso para la economía nacional.

Sin embargo, todo indica que esta apenas es una meta volante, pues otros países iguales o más pequeños que Colombia, como Argentina y República Dominicana, tienen una industria turística que ofrece servicios y experiencias a más de 7 millones de viajeros internacionales.

Es claro que la meta es ambiciosa, pero lograrla representará el cumplimiento de un desafío. El país debe aspirar a llegar a 10 millones de visitantes. Sin embargo, a la par debe garantizar altos niveles de servicio para convertir a la industria sin chimenea en un sector sostenible que aporte a la economía nacional. Ese es el verdadero destino.