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SALUD

Alerta por reducido número de camas en cuidados intensivos

La Asociación Colombiana de Sociedades Científicas (ACSC alertó sobre la baja disponibilidad de Unidades de Cuidado Intensivo (UCI que permitan un verdadero aislamiento de los pacientes graves de Covid. Sugirió evitar programar cirugías que no sean necesarias y reforzar las medidas de protección del personal médico. ¿ Está preparado el sistema de salud?

17 de marzo de 2020

Un panorama bastante preocupante sobre la disponibilidad de Unidades de Cuidado Intensivo (UCI), que en verdad sirvan para atender y aislar a pacientes con coronavirus, denunció hoy la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas (ACSC).

Según esta asociación que reúne a todos los gremios de profesionales médicos, el país cuenta actualmente con una capacidad real de 5.300 camas de UCI. Sin embargo, solamente entre el 10 y el 15% tiene el aislamiento adecuado como para atender pacientes de COVID-19 severo. Esto significa, que en Colombia solo habría alrededor de 750 camas para manejar pacientes Covid-19 de verdad aislados como corresponde, para que estos pacientes no contagien a otros pacientes.

Por esto, la asociación recomendó que las UCI se dediquen solamente para pacientes covid-19 y que se aplacen cirugías no esenciales. Esto es, que solo se hagan cirugías de urgencia y las oncológicas. Además, afirmó que hay que revisar las zonas de expansión (quirófanos) y verificar con cuántos respiradores cuenta el país.

El panorama es preocupante. En Colombia existen alrededor de 12.000 camas entre Unidades de Cuidado Intensivo (UCI) y Unidades de Cuidado Intermedio. Pero son las 5.300 de UCI las que normalmente tienen respirador. Sin embargo, un 80% están siempre ocupadas y solo un 20% están “libres”, sin contar que no todas tienen el nivel de aislamiento adecuado para atender esta emergencia sanitaria, afirmó Lina Triana, vocera de la ACSC.  

Si llega a una UCI normal seguramente ese paciente va a contagiar a los demás, por lo que la Asociación recomendó que en Colombia debería hacerse lo que han hecho en otros países y es que las UCI se dediquen solamente para pacientes COVID-19.

Por tanto, afirmó que resultaría importante suspender las cirugías selectivas y que no son prioritarias en este momento, para poder dar acceso a esos espacios de UCI.  “Sería por un lapso de uno o dos meses, mientras se pasa la emergencia pues al suspender las cirugías selectivas se abre la posibilidad de tener elementos de dotación para cuidados intermedios que se expandan a unidades respiratorias donde haya soporte ventilatorio”, afirmó Triana.

Agregó que ante este panorama pone a consideración de clínicas, hospitales, aseguradoras, sociedades gremiales de la salud, talento humano en salud y especialidades quirúrgicas, la suspensión de todos los casos de cirugías selectivas en quirófanos y los procedimientos que requieran sedación y anestesia pues esta suspensión permitiría adecuar las áreas para pacientes de UCI y contribuiría a la mitigación de la emergencia sanitaria en el país

“Es necesario definir los subgrupos de cirugías selectivas que no se puedan diferir, como por ejemplo los pacientes oncológicos, pero que no ocupen camas en UCI en su posoperatorio, teniendo como objetivo primordial liberar áreas de cuidados intensivos donde haya soporte ventilatorio”, afirmó Triana, para generar potencialmente espacios que puedan ser transformados en áreas de expansión para el manejo de pacientes que requieren estar en cuidados intensivos y de esta forma poder manejar la emergencia.

Para la Asociación de los profesionales de la salud también es fundamental la protección de los prestadores de salud, del equipo de atención, para que no haya más contagios.

“Es imperativo que exista garantía, por parte del Estado, para que los prestadores de salud puedan atender a los pacientes minimizando riesgos, dado el caso de que, una vez contagiados, se convierten en agentes propagadores del virus y eso sería irresponsable: cuidar algunos y contagiar a muchos, expandiendo el virus”, afirmó la ASAC en un comunicado.     

Es importante la intensidad de las medidas de bioseguridad para el personal médico que trata pacientes con COVID-19, para evitar la propagación del virus a través de ellos.  Por eso se debe contar con los elementos de protección en número y calidad, que garanticen la protección de todas las superficies de contacto que se tengan con el paciente.

Concentrar la atención en unidades dedicadas a pacientes con sospecha o diagnóstico definitivo por COVID-19, es la estrategia más acertada para optimizar y racionalizar los recursos, además de la implementación del modelo de teleconsulta para los pacientes ambulatorios de medicina interna y sus especialidades, teniendo como único objetivo reducir el contacto entre paciente y médico para evitar la posible propagación.

Sin duda, un panorama que nos lleva a pensar en acelerar las medidas de confinamiento de la ciudadania para evitar un pico alto de casos graves, para el cual el sistema de salud parece no estar preparado.