Reducción de costos, una tendencia a futuro en la construcción sostenible

El rol del sector será clave en el futuro en tanto que según el Banco Mundial "la construcción inmobiliaria da cuenta del 32% del consumo total de energía y del 19% de las emisiones de gases de efecto invernadero".

"En una región donde 8 de cada 10 habitantes vive en ciudades, los edificios consumen el 21% del agua tratada, el 42% de la electricidad y causan el 25% de las emisiones de CO2", advirtió en su momento.

En octubre de 2020 las ventas de vivienda en Colombia alcanzaron una nueva marca histórica, llegando a las 20.300 unidades vendidas y con una participación considerable del sector de Vivienda de Interés Social (VIS), según el Gobierno.

Los subsidios dispuestos por el Gobierno para los próximos dos años, que llegan a un total de 200.000 cupos, son el principal motivo de aceleración de las ventas de vivienda.

Sin embargo, los expertos aseguran que se debe pensar en el papel de la vivienda en el cumplimiento de los objetivos de crecimiento sostenible fijados para el 2030.

Ante esto, hay empresas que llevan años implementando modelos constructivos alternativos y basados en materiales que hacen de la vivienda a mediano plazo un sector más rentable, para la nación y para los propietarios. Uno de estos materiales es el PVC.

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Luis Felipe Ospina, director regional de Azembla, empresa colombiana dedicada la transformación de materiales termoplásticos, habló con Dinero sobre la implementación de este modelo en el país y sus beneficios en la sostenibilidad, el desarrollo social y económico.

"Estas tecnologías han caído bien en el país para condiciones de difícil acceso. La mayoría de proyectos nuestros llegan a regiones donde no llega el material convencional, pues la logística y el peso son determinantes para llegar a estos sitios. Nuestros elementos son livianos y de alta resistencia, por lo que se pueden transportar por río, por ejemplo", explicó Ospina.

Para que una construcción sea sostenible lo primero a garantizar es que la energía que se consume debe producirla la misma edificación, y según Azembla, a largo plazo estas comienzan a generar ahorros.

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Entre los factores que marcan el ahorro a largo plazo, según Ospina, se encuentran "el alto aislamiento térmico. Si hablamos de clima cálido el consumo de energía de aire acondicionado va a ser menor y en clima frío, menos energía para calefacción. El otro punto de ahorro es el mantenimiento, el mercado tiene productos que no requieren pintura".

Visto desde la construcción, el PVC tiene una alta resistencia a la humedad y a la salinidad, lo que llevaría a este tipo de edificaciones a estar "virtualmente libres de mantenimiento".

Semanas atrás, el jefe de Industria de Edificios y Ciudades Verdes del IFC del Banco Mundial, Prashant Kapoor, señaló a Dinero que para la construcción sostenible deberían existir mayores estímulos desde el Gobierno central, para que el sector tenga un papel protagónico.

El director regional de Azembla marcó su opinión en la misma línea, destacando que el país necesita "salir de la construcción tradicional y el cambio debe hacerse a corto plazo, por el impacto que tienen estas construcciones ambientalmente".

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La tendencia de reducción de costos en el sector también está marcada por la tecnología.

Una investigación de la consultora Trycore en Colombia destaca que la inclusión de la inteligencia artificial, automatización de procesos, robotización y análisis de datos, le permitiría a la construcción "incrementar su eficiencia en un 85% y contribuir a la recuperación de dicha actividad económica".

La empresa señala que la inclusión tecnológica en la construcción disminuye los errores por tareas realizadas manualmente, operaciones no digitalizadas y falta de trazabilidad del producto, lo que genera que el sector sea más costo eficiente a futuro.

La firma colombiana E-Containers desarrolla desde hace un tiempo viviendas con contenedores, “una interesante opción”, de acuerdo al director ejecutivo de la empresa, Andrés Valencia, “ya que permite construir rápidamente, a bajo precio y de forma ecológica.

“En la actualidad, las casas contenedores son cada vez más reconocidas como una buena alternativa a la construcción tradicional”, añade al explicar que este modelo ha tomado fuerza en ciudades como Bogotá, Medellín y Barranquilla.

“Por tratarse de una construcción en la que se reutiliza una estructura de acero para darle nueva vida, es un sistema que merece atención por su grado de respeto al medioambiente y la gran reducción en costos energéticos durante el proceso de construcción”.

La estructura metálica de los contenedores es “fuerte y duradera” dado que la composición está diseñada para resistir grandes cargas y las inclemencias del tiempo durante el transporte.