Home

País

Artículo

El sistema Regiotram se estaría adjudicando el próximo 10 de diciembre. | Foto: iStock

TRANSPORTE

Por estos sitios pasará el tren eléctrico que saldrá de Faca

Entre octubre y diciembre próximos se definirá la suerte de dos proyectos esperados por los bogotanos por décadas.

25 de agosto de 2019

El último trimestre de este año será determinante para los dos proyectos férreos más esperados por los bogotanos en el último siglo.

La primera línea de metro para la ciudad, cuyo proceso de licitación ha enfrentado en el último año todo tipo de demandas y debates, entró en su etapa definitiva. Se espera que a finales de octubre o inicios de noviembre quede adjudicada. Se trata del proyecto de infraestructura más mencionado, tuiteado y debatido en la actual campaña por la Alcaldía de Bogotá.

El otro proyecto férreo, el Regiotram, goza del beneficio de no haber sido permeado por los intereses políticos, al menos por el lado de las campañas políticas de Bogotá. Y acaba de abrir su proceso de licitación al publicar los pliegos definitivos.

Además, no hay demanda en curso contra este tren que conectará Facatativá con Bogotá, pasando por municipios con gran desarrollo urbano como Madrid, Mosquera y Funza.

Se trata de dos proyectos muy diferentes en ingeniería, costos y trazado. Pero una vez entren en operación contribuirán a mejorar la movilidad de millones de personas.

Eso sin contar que estas dos obras de infraestructura acumulan inversiones cercanas a los $20 billones y funcionarán con electricidad. Eso evitará agravar la contaminación ambiental de la ciudad y la región.

Sin embargo, quedan varios asuntos por corregir. El primero de ellos, la integración tarifaria y física de los sistemas. Tal y como están planteados hoy los dos procesos, los ciudadanos tendrán que tener dos tarjetas de embarque, una situación que complicará la operación, teniendo en cuenta que se trata de sistemas que se complementan.

Tampoco está muy claro cómo se integrarán operativamente. Lo ideal es que en un mismo sitio –como en una gran estación central– el usuario pueda tomar el tren sabanero, metro urbano y TransMilenio.

Otro tema es la devaluación del peso presentada en las últimas semanas, que puede aumentar el monto del contrato. Tanto el material rodante como los equipos de catenaria y sistemas electrónicos de energía y comunicaciones vienen del extranjero.

Las coberturas de seguros y pólizas también podrían sufrir ajustes, no solo para el Regiotram sino para el metro de Bogotá y otros tranvías que están en fase de prefactibilidad y factibilidad.

El proyecto

Una de las principales ventajas de este proyecto es que utilizará un corredor férreo disponible desde el siglo XIX pero abandonado a su suerte en la segunda mitad del siglo XX. Según los planos previstos, el nuevo sistema de tren eléctrico tendrá una longitud de 40 kilómetros y dispondrá de 17 estaciones, 2 patios y un taller.

“En Bogotá tendría 9 estaciones (14,7 km), mientras que en el área suburbana otras 8 paradas (24,9 km)”, dijo Miguel Ricaurte, socio de Silk Banca de Inversión.

Todo el recorrido podría tomar unos 52 minutos, mucho menos de las casi 2 horas que algunos ciudadanos de estos municipios tienen que sufrir en los penosos accesos de Bogotá. La inversión incluye 4 intersecciones (puentes férreos) distribuidos así: Avenida Boyacá, Avenida 68, carrera 40 y NQS.

En cuanto a las tarifas, hay algunas cifras preliminares. Si viaja dentro de Bogotá costará $2.400, si toma el tren en Facatativá y el viaje termina en Bogotá valdría $6.300, mientras que si lo toma en Mosquera pagará $3.900 y en Funza $3.500.

Algunos expertos en temas de ingeniería han dicho que los estudios del Regiotram aún no están completos y que al proyecto le falta camino. Sin embargo, los estructuradores afirman que vienen trabajando el tema desde hace 8 años y que está casi todo listo para abrir la licitación en los próximos días.

Una vez adjudicado y firmado el contrato vendrá un periodo de 18 meses para estudios de mayor detalle para luego, en los siguientes 30 meses, adelantar las obras y la compra de los trenes, que tendrían un precio estimado de $700.000 millones. Posteriormente, como en todo proyecto de estas características, viene un periodo denominado ‘marcha blanca’ en donde se prueba cada detalle, vagón y sistema. El periodo de explotación del concesionario es de 21 años.

Así las cosas, lo que queda de año será determinante para dos de los proyectos de infraestructura de transporte más esperados por los bogotanos y cundinamarqueses en su historia.

Los dos sistemas de trenes eléctricos son atractivos para el sector privado internacional pero hay que definir las reglas de juego y alinear los intereses de la ciudad con el Departamento para hacer eficiente la operación de las dos obras, que son urgentes.