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En materia económica inquieta el déficit de cuenta corriente, que va en más de 4,5% del PIB. | Foto: Gráfico

EDITORIAL

Mejora el panorama económico, pero…

A pesar de las señales negativas, algunas cifras han servido de bálsamo para el país en materia económica.

23 de septiembre de 2019

Actualmente recibimos varias señales negativas: la polarización y las tensiones políticas internas en vísperas de las elecciones regionales de octubre, la incertidumbre internacional por el conflicto comercial entre Estados Unidos y China, y los temores por un eventual conflicto en Oriente Medio originados por los ataques contra Arabia Saudita. Pero aun así, algunas cifras han servido de bálsamo en materia económica.

Primero llegó el dato de crecimiento de 3%, registrado en el segundo trimestre. Si bien no es el mejor, ni el esperado por los analistas, sobresale en una región que en promedio va a crecer este año apenas 0,6%.

Después apareció el registro de la inversión extranjera directa, que para el primer semestre de este año llegó a US$7.273 millones y significó un incremento de 24,4% frente a igual periodo de 2018.

La otra noticia relevante tuvo que ver con el consumo. Según la consultora Raddar, el gasto en términos reales en agosto de 2019 alcanzó $58,1 billones, con un crecimiento del 6,3%, el más alto de los últimos 44 meses.

También se han destacado las cifras de las remesas: para el periodo enero-julio aumentaron 10,4% frente a los mismos meses de 2018. Y el recaudo tributario creció a doble dígito hasta llegar a $105,6 billones entre enero y agosto. Es decir, 10,5% más que en esos meses de 2018.

Sin embargo, permanecen las preocupaciones estructurales. Una, el desempleo, que desde hace cinco meses está en doble dígito. Como mencionamos en el editorial anterior, el remedio está en crecer por encima de 3%, cifra a partir de la cual surgen nuevos puestos de trabajo. Lo contrario destruye empleos, como sucedió el año pasado.

La seguridad también intranquiliza, no solo por la delincuencia en las ciudades sino también por los anuncios de algunos exdirectivos de las Farc de retomar el camino de las armas. Eso, sumado a los asesinatos de candidatos a alcaldes, de desmovilizados y de líderes sociales, crea un ambiente de incertidumbre y desasosiego.

En materia económica inquieta el déficit de cuenta corriente, que va en más de 4,5% del PIB. Sin embargo, gran parte de las importaciones corresponde a bienes de capital que en el mediano plazo se convierten en instrumentos de productividad para las empresas.

El país también está en vilo por los pronunciamientos de las Altas Cortes en temas clave. Ya el Consejo de Estado dejó para el año entrante su pronunciamiento de fondo sobre el futuro del fracking en Colombia, situación que generó incertidumbre en materia fiscal. Además, está pendiente el fallo de la Corte Constitucional sobre la exequibilidad de la Ley de Financiamiento. Su caída tendría un efecto profundo en la estrategia fiscal del Gobierno.

Vale la pena preguntarse cómo abordará el Gobierno sus proyectos y reformas estratégicas, como, por ejemplo, la reforma pensional, un eventual ajuste al Sistema General de Participaciones y los cambios en el mercado de valores. Las calificadoras están atentas a las estrategias para el crecimiento y para ajustar las finanzas públicas. De ello dependerá que el país conserve el grado de inversión.

El final de los periodos de las administraciones locales dinamizará el año, pues sus obras se verán reflejadas en el PIB. Sin embargo, 2020 arrancará lentamente por la transición a las nuevas alcaldías y gobernaciones.

Finalmente, el país sigue de cerca cómo evoluciona el caso de Venezuela. No solo por la migración y los retos que representa en materia de cobertura de servicios como salud, educación o trabajo. También, y particularmente, por las tensiones en la frontera y las posiciones beligerantes que han hecho carrera.

Este segundo semestre pinta mejor que el primero. Pero nadie sabe si tanto como para alcanzar el crecimiento de 3,6% que proyecta el Gobierno. Aunque hay un escenario favorable, también muchos retos por superar para no perder la dinámica.