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El más grave error de Colombia es que en la búsqueda del desarrollo agrícola no hubo interés en lograr un desarrollo rural alterno. | Foto: Archivo Semana

Proyecciones

Colombia debe aumentar la productividad

El país es uno de los siete países que puede ser la despensa alimenticia del mundo, pero también es uno de los tres países más propensos al cambio climático.

9 de mayo de 2014

En Colombia el sector informal y la pequeña agricultura siguen siendo la principal fuente de empleo y esto no va a cambiar en los próximos 20 o 30 años. En este sentido, el desafío de la política agraria es cómo aumentar la productividad. Así lo aseguró Albert Berry, candidato a Premio Nobel de Economía y doctor en Economía de la Universidad de Princeton, durante el foro Retos y perspectivas de la agricultura en Colombia, organizado por el Consejo Estudiantil de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario.

Jens Mesa, presidente ejecutivo de Fedepalma, y Álvaro Balcázar, exdirector de la Unidad Administrativa para la Consolidación Territorial, coincidieron en el llamado a que se disminuyan los subsidios que solo atienden la coyuntura. Piden que más bien se generen subsidios inteligentes que se orienten para desarrollo del sector. Estos dejan ver sus beneficios a mediano y largo plazo, por esta razón no dan tantos votos, pero es lo que necesita el agro.

Juan José Perfetti, investigador asociado de Fedesarrollo, dijo que en la política pública agraria se hace necesario avanzar en tecnología, innovación e investigación para crear institucionalidad, además de cambiar la política comercial donde ha predominado un modelo proteccionista que no ha diversificado las exportaciones agrícolas. También es urgente aumentar el gasto público para el sector, pues comparado con su participación en el PIB es muy bajo, y buscar cambiar el mercado de la tierra por uno que permita el acceso, agregó Perfetti. Otro aspecto que Colombia debe mirar, por la potencialidad del territorio, es aprovechar mejor el cultivo para biocombustibles. “Un espacio para todos siempre y cuando se maneje bien, en el cual ya se demostró que no se afecta la producción de alimentos sino que se diversifica el uso de los mismos”, afirmó Jens Mesa.

Rafael Zabala, representante para Colombia de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), hizo un llamado a ser conscientes de que “estamos en uno de los siete países que pueden ser la despensa alimenticia del mundo, pero también es uno de los tres países más propensos al cambio climático y si no se hacen bien las cosas se puede llegar a tener un impacto ambiental casi irreparable”.

El más grave error de Colombia es que en la búsqueda del desarrollo agrícola no hubo interés en lograr un desarrollo rural alterno. Es decir, “si no hay carreteras, si no hay inversión en capital humano, en educación y en salud, lo que normalmente sería una oportunidad de desarrollo se convierte en una amenaza para la gente”, resaltó Balcázar. Además de que las inversiones no llegan al campo, también son problemas que afectan a la agricultura que en el país haya producciones que no tienen mercado, que tanto la micro y la macroeconomía no están pensadas para la agricultura y que no se han potenciado los cultivos tropicales, dijo Mesa.

El representante de la FAO señaló que se debe reconocer que en el país hay zonas en las cuales la minería y los cultivos ilícitos son la única alternativa. Por ende “es necesario pensar en crear empleo formal. Dos sectores que pueden responder a esta necesidad son la agricultura y el turismo”, agregó. El secreto del uso adecuado de la minería radica en la política pública para el aprovechamiento óptimo de los recursos. Es en este punto donde hay que analizar qué tan importante es aumentar las divisas para el país, según Berry. Para él, Colombia está en la posibilidad de decidir y consideró que no es importante el aumento de la extracción minera durante los próximos 20 o 30 años.