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Sectores como el cacao, el café y el banano se ven beneficiados por el fin del conflicto armado | Foto: campesinos dinero

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Tres casos de éxito gracias al fin del conflicto en zonas rurales

Las zonas de cultivo antes azotadas por la violencia en Colombia gracias al despeje de grupos armados al margen de la ley, hoy cuentan con la posibilidad de ser productivas, trayendo desarrollo económico en las regiones e historias de paz y reconciliación.

6 de marzo de 2017

Las secuelas de la violencia producto del conflicto armado en Colombia, no solo han dejado la pérdida de muchas vidas en todo el territorio nacional, también han afectado considerablemente la producción del país al impedir el desarrollo de actividades rurales por la plantación de cultivos ilícitos, desplazamiento forzado, inseguridad, entre otros factores.

Con el fin de la violencia armada en Colombia en zonas antes ocupadas por las Farc, el EPL, entre otros grupos armados, la accesibilidad para su aprovechamiento en materia de producción por medio de cultivos, es una realidad para muchos campesinos en el país.

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Con relación al impacto que deja el despeje de estas zonas para su aprovechamiento en cultivos, Dinero dialogó con líderes de diferentes sectores productivos agrícolas del país como la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), Fedecacao y la Asociación de Bananeros de Colombia (Augura) entre otras.

Aquí tres casos de éxito gracias al impacto que deja el fin de la violencia armada en zonas cultivables:

Café

El director de asuntos gremiales de la FNC, Carlos Armando Uribe, dijo para este medio que zonas ubicadas en el Meta, Casanare, Caquetá, Tolima, Huila, Antioquia, Cauca, Nariño, entre otras, se encuentran en nivel alto y muy alto del índice de incidencia del conflicto armado en Colombia determinado por Planeación Nacional.

Estima que de los 187 municipios con índice alto y muy alto, 101 son cafeteros.

Entre Meta, Casanare y Caquetá hay más o menos unas 11 mil hectáreas de café y cerca de 8 mil productores, estas son zonas que producen café de buena calidad y son afectadas por el conflicto.” Manifestó Carlos Uribe.

Foto: Cafetal tecnificado. FNC

En términos de productividad, según lo explica, la Federación con o sin posconflicto tiene todo un esquema para aumentarla, pero se está analizando las posibilidades de ampliar la zona cafetera en lugares ya accesibles por el cese de la violencia.

El gerente general con toda su junta directiva está analizando estas potencialidades. Se está presentando al Gobierno unas propuestas que implican apoyo en créditos, incentivos a la capacitación rural en el servicio de extensión, en general a toda la institucionalidad en estas zonas porque la ampliación implica una serie de costos.” Explica el director de asuntos gremiales de la FNC con relación a la ampliación de la zona cafetera para ocupar lugares antes afectados por el conflicto armado.

La compañía Nespresso, en una intención por recalcar la importancia de la recuperación de zonas productoras de café de alta calidad como el Caquetá, lanzó recientemente una edición limitada en cápsula llamada Aurora de la Paz, elaborada gracias al trabajo de muchos campesinos caqueteños que hoy pueden disponer de estas tierras gracias al cese del conflicto armado.

Aurora de la Paz, café tipo exportación cultivado en el Caquetá

En el país existen cerca de 550 mil familias cafeteras distribuidas en 595 municipios que contienen 933 mil hectáreas de café, estas cifras pueden aumentar gracias a que, para Carlos Uribe, el café es sustituto de cultivos ilícitos. Lo anterior se ha venido presentando en el Cauca gracias a la seguridad, la participación y la rentabilidad que se presenta en este departamento.

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Hay un proyecto que ha sido muy visible para nosotros que se llama Colombia Cafetera Sostenible, donde 600 personas que no podían convivir y no veían futuro fruto de la violencia que se vivió en la Serranía del Perijá, donde muchas familias eran enemigas las unas con las otras, el café los volvió a unir. Hoy en día esas familias tienen cafetales y están en un proceso de convivencia.” Cita como ejemplo Carlos Uribe.

Kahai

Otro ejemplo a destacar es el emprendimiento, que cuenta con el apoyo de Procolombia, de los hermanos Alberto y Camilo Jaramillo, quienes han innovado al consolidar la primera empresa en industrializar una nuez amazónica llamada cacay.

Kahai, la empresa que al tratar esta nuez consigue productos derivados como aceite, leche y harina, utilizados con fines cosméticos, farmacéuticos y alimenticios, tiene además la característica de estar conformada por empleados que en alguna etapa de su vida estuvieron asociados al conflicto armado, además de cultivarse en zonas con pasado violento.

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Alberto Jaramillo expresó para este medio los retos que han atravesado con el cultivo de este producto en zonas que él denomina ‘rojas’ por la violencia: “Tuvimos que entrar en muchas zonas rojas, de difícil acceso, afortunadamente como estamos llevando una fuente de ingresos a las comunidades fuimos bien recibidos y no tuvimos problemas.

“Casi todos los trabajadores tuvieron que ver con el conflicto armado, por ejemplo, tenemos personas que fueron raspachines de coca que encontraron en la empresa su primer alternativa de trabajo legal y son empleados muy leales.” Agregó Alberto, quien además reconoció que en su empresa hay presencia de familias desplazadas, mujeres cabeza de familia y excombatientes.

Jaramillo recordó en su diálogo con Dinero la historia de su primer empleado, un raspachín de coca que llegó a su empresa luego de haber sido desplazado y que en Kahai obtuvo su primer empleo legal. Demostró ser una persona esforzada y leal quien gracias al ahorro que le fomentó la empresa progresó económicamente. Hoy en día maneja cultivos y tiene a su disposición un equipo conformado por 80 personas. 

Foto: Cacay explotado por la empresa Kahai

Banano

Si hay hoy una región que tenga autoridad y que pueda hablar de reconciliación es el Urabá Antioqueño.” Dijo en su diálogo con Dinero el presidente de la Asociación de Bananeros de Colombia (Augura) Juan Camilo Restrepo y lo digo porque en la década de los 90 se realizó un proceso de desmovilización con un grupo al margen de la ley conocido como el EPL. Más de 2.500 personas se desmovilizaron en dicha década, y gran parte no solamente se reincorporaron a la vida civil, sino que hoy por hoy hacen parte de nuestra agroindustria en un gran componente que es el sindicato. Añade Restrepo.

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El presidente de Augura hace un especial énfasis en el papel que tienen las empresas en el proceso del posconflicto de no estigmatizar a los reincorporados a la vida civil por su pasado violento. Estamos dispuestos, sin estigmatización, cualquiera sea la persona que cumpla los requisitos de generar empleo digno, estable y bien remunerado.” Afirma Restrepo.

Juan Camilo recuerda que las Farc fueron las causantes de muchos desplazamientos, y muertes en esa región, y reitera que están prestos para generar buenas noticias.

Foto: Bananos de Urabá. Dinero

Estos y muchos otros cultivos como el cacao, que alcanzó su cifra histórica de producción en 2016, se ven beneficiados ya que pueden sustituir cultivos ilícitos como la coca y generar oportunidades de crecimiento ecónomico en las regiones. Ejemplo de lo anterior son San Vicente de Chucurí y Yacopí que  acabaron con la presión de grupos armados, disminuyendo los conflictos y generando un clima de paz, tal y como lo reporta Fedecacao.

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Según el más reciente informe de personas que ingresaron al proceso de reintegración, brindado por la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR) actualmente 442 se encuentran en el sector agrícola, 2.822 en intermediación financiera y 1.088 en contrucción entre otros sectores que completan las 15.607 personas.