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Alberto Carrasquilla, ministro de Hacienda. | Foto: Ministerio de Hacienda

PRESUPUESTO

Carrasquilla: darle gusto a todos es imposible

El ministro de Hacienda calificó de “irresponsable” prometer a los partidos independientes y de oposición que añadiría sus proposiciones al proyecto de Presupuesto de 2019 antes de la segunda votación en Comisiones Económicas.

17 de octubre de 2018

Durante la sesión con la bancada de oposición y partidos independientes en la que los mismos presentaron nuevas peticiones para el Presupuesto General de la Nación 2019, e incluso todo un proyecto alternativo, el ministro de Hacienda reconoció la dificultad de aprobar un presupuesto que propuso otro gobierno y advirtió que no se podrán satisfacer todas las peticiones.

El ministro Carrasquilla recordó que el proyecto de presupuesto para el próximo año lo presentó en julio el gobierno de Juan Manuel Santos, representado por el entonces ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas y con base en el mismo, la nueva administración presentó modificaciones que se aprobaron ya en la primera votación de las Comisiones Económicas Conjuntas.

El ministro advirtió que al recibir el proyecto, muchos programas sociales y políticas de Estado estaban desfinanciados por lo que el primer movimiento fue buscar los recursos para inversión en los mismos, manteniendo el monto de $258,9 billones ya aprobado por las comisiones, con medidas como la disminución en $14 billones de la amortización a la deuda que calificó como inusualmente alta en el proyecto original.

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Sin embargo, Carrasquilla advirtió que no es posible “llenar” cada una de las expectativas de todos los sectores y tampoco sería responsable prometer dicha gestión en este momento pues al proyecto de presupuesto solo le falta una votación en las Comisiones Conjuntas y la aprobación en las plenarias de Senado y Cámara de Representantes.

Entre las peticiones que presentaron los congresistas durante el debate están la disminución de $2 billones en el presupuesto de Defensa, el incremento en $2,5 billón para Educación y aumentos entre $300.000 millones y $650.000 millones para sectores como Agricultura, Ambiente, Ciencia y Tecnología o Cultura.

De los $2,5 billones adicionales para Educación que pidió la oposición, y casi paralelo al debate en el Congreso, el presidente Iván Duque reveló que le pidió tanto al ministro Carrasquilla como a la directora del Departamento Nacional de Planeación (DNP), Gloria Alonso, que evalúen la posibilidad de reasignar $1 billón del Presupuesto Bianual de Regalías 2019-2020 para educación.

Carlos Alberto Carreño, del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria de Colombia advirtió que el problema del Presupuesto General empieza desde su monto y este a su vez es consecuencia de la “incapacidad de desarrollo industrial” del país por lo que se necesita mayor inversión en Educación y Ciencia y Tecnología.

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Otros congresistas advirtieron que la prioridad del presupuesto debería estar en la inclusión social por lo que se proponen reducciones en otros sectores como Minas y Energía, Comunicaciones y Defensa para mantener el monto actual del proyecto de presupuesto.

El ministro Carrasquilla reconoció que algunos presupuestos son “muy pequeños para las necesidades del país” pero pidió que se tenga en cuenta por ejemplo que el rubro más alto en gasto es para Educación con $41,4 billones que aunque son insuficientes, son el resultado de “años de esfuerzo para incrementarlo”.

Además, recordó que durante los últimos 5 años el presupuesto de Defensa se ha mantenido estable en cerca de $33 billones que recibirá también en 2019 y de los cuales $15,6 billones corresponden al pago de nómina, otros $10,5 billones al pago de pensiones, $1,3 billones a actividades comerciales y $4,3 billones a la adquisición de bienes y servicios como la salud de los empleados y pensionados del sector.

Por último, Carrasquilla advirtió que el sector Salud tiene “un problema serio” y destacó que su presupuesto pasó de $14 billones en 2013 hasta $32 billones en 2019, de los cuales $28 billones serán para aseguramiento y el pago del diferencial entre el aporte de cada afiliado al sistema y el costo real de sus medicamentos o tratamiento médico, pero no está seguro que el mismo sea suficiente para “cubrir todos los faltantes”.

Más adelante, el sistema de salud necesitará su propia reforma estructural.

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