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NEGOCIOS

Los pedalazos de Spinning Center

Esta cadena quiere aprovechar que solo un 3% de la población colombiana asiste a gimnasios. Tiene 22.000 afiliados y aspira doblar esa cifra en dos años.

14 de octubre de 2016

Todo comenzó en el año 2000, cuando el país vivía una crisis generalizada, a la gente le dada miedo salir a la calle y el dueño de un local en la calle 94 arriba de la carrera 15 en el norte de Bogotá lo tenía desocupado y estaba buscando qué hacer con él.

Este fue el caldo de cultivo para la creación de Spning Center Gym, un negocio que comenzó como un estudio para ciclismo bajo techo y que hoy es una cadena que ofrece todos los servicios de un gimnasio en 14 locales de  seis ciudades del país.

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César Casallas, fundador y gerente de Spinning Center recuerda que se asociaron con el dueño del local y otras cinco personas más y arrancaron con el negocio –hoy quedan dos socios-. Les fue muy bien, porque la ventaja de esta actividad es que no se mueve con los ciclos económicos. “Cuando hay crisis es una de las pocas indulgencias que las personas mantienen y cuando las cosas van bien, es una herramienta para sentirse mejor, pues a ellos no solo se va a ejercitarse, sino también a socializar”, dice Casallas y subraya que en Estados Unidos durante la pasada crisis financiera no cerró ninguna cadena de gimnasios. Es más, cuando hay problemas la gente va a los gimnasios para distraerse.

Fue tan bueno el arranque de Spinning Center que, a los dos años de haber iniciado, ampliaron su oferta de servicios y la equipararon a las de un gimnasio, pues tienen claro que la gente se aburre de una sola disciplina y le gusta variar, además con eso aseguraban que los clientes se quedaran con ellos.

Casallas aclara que su modelo de negocio es apostarle al bajo costo, con un precio que califica como razonable si se compara con el de otras actividades de entretenimiento como salir a comer o ir a cine, y en su caso, la ventaja es que es un pago mensual. Ya completa 22.000 afiliados y a diferencia de otras empresas no aspira a crecer, por ahora, fuera del país, sino consolidarse en el mercado doméstico, que aún tienen mucho espacio para crecer. Esto si se tiene en cuenta que mientras en Brasil y Argentina entre 7% y 8% de la población asiste a gimnasios, acá apenas va el 3%. 

Su plan de expansión consiste en llegar a Cartagena, Villavicencio, Cúcuta, Bucaramanga y Montería. Hoy ya está en Barranquilla, Pereira, Ibagué, Neiva, Cali y Bogotá. Acá en la capital planean abrir gimnasios a los barrios Colina Campestre y Cedritos.

Hasta ahora no han tenido que cerrar ningún local y Casallas dice que la clave está en la preventa que realizan previo a las aperturas, lo que garantiza que siempre arranquen con clientes.  En promedio, el equipamiento de cada local vale $2.500 millones y obtienen punto de equilibro si consiguen tener un afiliado por metro cuadrado. Sus locales más grandes están en Ciudad Salitre en Bogotá y el más reciente que abrieron en Neiva.

Con respecto a lo que se considera el buen negocio del ‘modelo gimnasio’, donde la gente paga un año y por mucho va tres meses, Casallas dice que en su caso eso se presenta cada vez menos, porque la gente es más consciente de la inversión que están haciendo y porque cada vez hay más planes corporativos en los que empresas o fondos de empleados subsidian parte del pago, con lo que genera más compromiso de ir a ejercitarse.

Spinning Center Gym, que en 16 años se consolidó como la segunda cadena de gimnasios del país, emplea a 450 personas y espera facturar $22.000 millones este año, lo que implica un crecimiento anual de 22%. Así mismo, la meta es llegar a los 40.000 afiliados en 24 meses.

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