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Presidente de Unifianza, Clemencia Parra.

Inmuebles

Crecerán los inquilinos en Bogotá

En la Capital el 41,6% de los hogares viven en condición de arrendamiento, mientras que en el país el porcentaje es de 38,8%.

15 de enero de 2014

En Bogotá, el arrendamiento sigue siendo una de las soluciones más satisfactorias a la necesidad habitacional debido a que la baja oferta de vivienda para la venta ha generado un incremento en los precios,  quitándole esa opción a la población.

Así lo destacó la presidente de Unifianza, Clemencia Parra, tras presentar el comportamiento del mercado de arrendamiento, señalando que en la ciudad hay hogares en los estratos bajos que no pueden acceder a un crédito y tampoco cuentan con una cuota inicial, lo que genera que la demanda sea más grande mientras que la oferta es escasa. “Esto hará que el precio del metro cuadrado para arrendamiento se vaya incrementando”.

Afirma que en Bogotá el 38,8% de los colombianos vive en arrendamiento, mientras que en Bogotá el porcentaje es de 41,6%, lo que implica que Bogotá tiene un índice mayor al del resto del país. “A pesar de las medidas que ha tomado el gobierno con subsidios a la tasa de interés hipotecaria, subsidios a viviendas de interés social o las casas gratuitas, en Bogotá los programas no han llegado a toda la población, dejando el arrendamiento como la mejor solución”.

La directiva le atribuye la situación a que la oferta de proyectos de vivienda en la ciudad ha venido afectándose por dos situaciones: “uno, no existe un suelo urbanizable a unos precios asequibles que permitan  a los constructores desarrollar proyectos de una forma eficiente. Dos, las modificaciones en el Plan de Ordenamiento Territorial  han generado una repercusión en el desarrollo de los proyectos”, explica.

Agrega que los servicios públicos como tal, específicamente acueducto y alcantarillado, han hecho que los proyectos también presenten dificultades.

A esto se suma la situación en la administración de la ciudad, con la destitución del alcalde Gustavo Petro, generando una situación de incertidumbre en el desarrollo de proyectos a mediano y largo plazo.

Como consecuencia a todo esto, Clemencia Parra dice que los constructores han migrado sus negocios a ciudades intermedias como es el caso de Villavicencio, Ibagué, Neiva, también han emprendido proyectos en Barranquilla, Medellín y Bucaramanga. “Esto ha hecho que el precio del metro cuadrado sea más asequible en esas ciudades”.

La presidente de Unifianza sostiene que el tema de la movilidad en la capital también es uno de los grandes problemas para el negocio inmobiliario, haciendo que proyectos, sobretodo del segmento industrial y comercial, sean localizados en otras ciudades, lo que se ha evidenciado, inclusive, con inversionistas extranjeros.

Advierte que la ciudad necesita soluciones urgentes que propendan a estimular el desarrollo de proyectos en vivienda, industria, comercio  y de oficinas.

Concluye, además, que en la medida en que la ciudad tenga un Plan de Ordenamiento Territorial que permita un desarrollo de proyectos asequibles a toda la población, todos los actores se verán beneficiados.