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| Foto: AFP

INFRAESTRUCTURA

El tortuoso camino de los trenes en Colombia

Las ciudades y países del vecindario sacan adelante proyectos férreos modernos. ¿Por qué en Colombia no rueda el tren?

30 de abril de 2019

Quito terminó su primera línea de metro, Lima va por la segunda, al igual que ciudad de Panamá. México planea terminar en los próximos años un trazado inconcluso entre ciudad de México y Toluca y el presidente de México, Andrés López Obrador viene trabajando en otro proyecto ambicioso: el Tren Maya, que unirá toda la zona turística de ese país, con una inversión que se acerca a los US$8.000 millones.

Aunque dichos proyectos no han estado ajenos a los problemas, retrasos y uno que otro sobrecosto, lograron salir adelante. Los limeños montan en metro hace años y los quiteños lo harán este año.

Ni hablar de otros países que tradicionalmente han sido reconocidos como amantes de los carros en detrimento de los trenes. Aunque Estados Unidos se desarrolló gracias al tren que iba de costa a costa, en la posguerra se dedicó buena parte de sus recursos de transporte en grandes autopistas. Una situación parece tomar un nuevo rumbo con grandes proyectos de trenes eléctricos en Texas, California y Florida.

En Texas avanza a buen ritmo un proyecto 100% del sector privado que busca unir con un tren de alta velocidad las ciudades de Houston y Dallas, justo en el corazón petrolero de la Unión Americana. Se inverirán US$10.000 millones.

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En contraste, Colombia no ha logrado mayores avances. El metro de Medellín, no estuvo exento de lío y sobrecostos pero ahí está (1995). Y en esa misma ciudad ya hay tranvía y se piensa en una segunda línea que iniciaría el año entrante.

En el resto del país las cosas son a otro nivel. El metro de Bogotá .- completa medio siglo de intentos fallidos. La actual administración ha logrado llegar a una fase avanzada de licitación, pero se anticipa que el proceso final de adjudicación estará llenos de controversias y posibles aplazamientos por cuenta de varias acciones legales, algunas de ellas impulsadas por la oposición política. Su adjudicación está prevista para el 20 de septiembre, un mes más tarde habrá elección de nuevos alcaldes y gobernadores (27 de octubre). Es claro que cuando se politiza un proyecto, pierde buena parte de sus opciones.

Sin embargo, no es el único proyecto férreo que está en proceso de estructuración en el país. Regiotram es un proyecto de tren eléctrico, del que se viene hablando también hace años, y que busca conectar los municipios de la Sabana de Occidente con Bogotá.

El actual gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey se ha estrellado con todo tipo de intereses y dificultades para sacar adelante esta iniciativa. Aunque se viene hablando del Regiotram desde hace más de dos décadas, llevarlo a cabo no ha sido fácil: el proyecto solo comenzó a tomar forma desde 2010, cuando Metros Ligeros de Colombia y Colconcretos presentaron una propuesta privada con estudios técnicos, jurídicos y financieros. Sin embargo, y a pesar de contar con el respaldo - al menos teórico-  de gobiernos como el de Juan Manuel Santos, nunca pasó de la fase de estudios y render.

El 29 de octubre de 2017 la Gobernación de Cundinamarca celebraba un acuerdo con el entonces presidente Juan Manuel Santos.

“Antes del 10 de noviembre y de entrar en Ley de Garantías debemos firmar el convenio de cofinanciación;  procederemos a la estructuración del proceso licitatorio, para que en el segundo semestre del 2018 podamos adjudicar esta obra y arrancar su ejecución en el 2019, se estima un tiempo de tres años para terminarlo, es decir, finalizando el 2021 o al inicio del 2022”, explicaba ese día el Gobernador.

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La iniciativa también se estrelló con los intereses y prioridades del Alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa que califica el proyecto como ‘juguete costoso’. El principal argumento del Alcalde Mayor es que sistemas como TransMilenio movilizan más pasajeros hora sentido que los sistema metro, aun así está a meses de adjudicar un metro de $16 billones.

A pesar de toda esa oposición y que los números no le cuadraron al sector privado, el gobernador Rey no se dá por vencido y espera dejar el proyecto sea adjudicado. 

En rueda de prensa llevada a cabo esta mañana el mandatario regional y el presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura, Juan Martín Caicedo Ferrer, anunciaron - una vez más- que el proyecto no tiene reversa y que va.

Contexto

En enero de 2017 se emitió el Conpes 3882, que esboza la política de movilidad de la Región Capital Bogotá- Cundinamarca y establece tres proyectos para realizarla. El primero conecta a Cundinamarca con el sur de Bogotá, al extender el TransMilenio a Soacha en sus fases dos y tres. El segundo proyecto es el Metro de Bogotá y, finalmente, el Regiotram de Occidente.

Ese mismo año, el Conpes 3902 declaró de importancia estratégica el proyecto del tren de cercanías, lo que permitió llegar al acuerdo de cofinanciación entre la Nación y el departamento para asegurar los $1,9 billones que costará todo el proyecto. Para cuando el tren se termine de pagar en 2028, el gobierno nacional y la Gobernación de Cundinamarca habrán invertido cerca de $2,49 billones. Este monto cubre los 44,7 kilómetros de vías férreas, electrificación, señalización, 20 estaciones, un depósito, un centro de control, 54 pasos regularizados y cinco pasos elevados.

En este evento el gobernador de Cundinamarcar, Jorge Rey, anunció que en noviembre próximo  se estaría adjudicando el contrato y en diciembre la firma del mismo.

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