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Alto costo de impuestos bajan la competitividad de Colombia: Doing Business

Doing Business

Impuestos no ayudan a la competitividad

El costo y el trámite que se debe hacer para cumplir con las obligaciones tributarias en el país no ayudan a la competitividad.

30 de octubre de 2013

Uno de los aspectos que desestimuló la competitividad de Colombia, según el Banco Mundial (BM), consiste en el alto precio que deben pagar las empresas por cargas impositivas, a pesar de la reforma tributaria que entró en vigencia el primero de enero de este año.

En el Doing Business, el promedio de las 23 ciudades colombianas analizadas se sitúa en el puesto 105 de la clasificación global del indicador de pago de impuestos, ya que la tasa total de tributación (70,3%) continúa siendo una de las más altas de Latinoamérica, por encima de Chile (28,1%), México (52,5%) o Brasil (69,3%).

Sin embargo, en el análisis hecho por el Banco Mundial se reconoce que al tomar solamente las variables de número de pagos y  tiempo para construir el indicador, Colombia ascendería hasta el puesto 45 de la clasificación global.

Para el Banco Mundial es importante medir este indicador del esquema tributario porque a pesar de que los impuestos constituyen la principal fuente de ingresos para muchos gobiernos, son los mayores obstáculos identificados por los empresarios colombianos para el desarrollo de sus negocios por la elevada carga impositiva y, además, las prácticas de competidores del sector informal.

En países donde la carga fiscal y administrativa es elevada, los empresarios tienen más incentivos para operar en el sector informal. Diferentes estudios señalan una relación positiva entre informalidad empresarial y costos de declaración y pago de impuestos”, dice el análisis de BM.

En Colombia, según los datos registrados por el Banco Mundial, uno de cada dos ocupados y 6 de cada 10 microempresas operan en el sector informal. Por ello, expone que salarios más bajos, menores derechos laborales y difícil acceso al crédito son algunos de los ingredientes de la informalidad, que a su vez acentúan los niveles de desigualdad.

Por eso, la intención del gobierno con la reforma tributaria es estimular el empleo formal reduciendo los costos que asume el empresario al contratar a un trabajador. Al mismo tiempo, la tarifa del impuesto de renta pasa del 33% al 25% y se crea un nuevo impuesto sobre la utilidad de las empresas para compensar esta reducción en la recaudación. La reforma también aborda medidas contra la evasión fiscal y reduce el número de tarifas del impuesto al valor agregado (IVA) de 7 a 3.

Sin embargo, la investigación del BM señala que los principales impuestos nacionales -impuesto de renta, impuestos laborales (contribuciones a la seguridad social y aportes parafiscales) e impuesto a las transacciones financieras- todavía le suponen a una empresa mediana el 56,9% de su beneficio comercial y los de orden municipal -impuesto de industria y comercio (ICA), predial, delineación urbana, sobretasa bomberil y sobretasa medioambiental- el 13,0%.

Por otro lado, la sobretasa al aceite combustible para motor (ACPM) y el impuesto sobre vehículos se administran total o parcialmente a nivel departamental y suponen un 0,4% del beneficio comercial de la empresa.

A pesar de los costos, en el concepto del BM la declaración y pago de los principales impuestos nacionales se realiza en línea de manera sencilla y rápida lo que ayuda en el indicador del tiempo que las empresas utilizan para adelantar el trámite.

Por ejemplo, el impuesto de renta y el IVA se diligencian a través del sistema electrónico, Modelo Único de Ingresos y Servicios de Control Automatizado (MUISCA) desarrollado por la DIAN.

De igual manera, la declaración y pago de las contribuciones a la seguridad social y los aportes parafiscales se realizan de manera unificada y también en línea, a través de la Planilla Integrada de Liquidación de Aportes (PILA), un modelo gestionado por operadores privados.

Inclusive, a pesar de que en Colombia los impuestos laborales representan el 28,8% del beneficio comercial -la cuarta tasa más alta de la región, por detrás de Brasil (40,8%), Costa Rica (29,5%) y Argentina (29,4%)- el costo administrativo asociado a la declaración y el pago de este impuesto es uno de los más bajos de Latinoamérica gracias a que se declaran y pagan conjuntamente y en línea.