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Algo rueda mal en Colombia: la seguridad de los vehículos

Cuatro de los 10 carros nuevos más comprados en el país no son seguros. El país se la juega por ponerles dientes a los estándares del mercado, alcanzar el nivel internacional y reducir el número de siniestros viales.

28 de agosto de 2019

Colombia se enfrenta desde hace décadas a un enemigo invisible: en el último año 6.879 personas murieron en siniestros viales.

Como lo expone la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), 80% de los eventos ocurre por error humano. Sin embargo, ¿qué pasaría si los vehículos livianos como automóviles, camionetas y camperos involucrados en la tercera parte de estas muertes cumplieran los estándares de seguridad que exigen los países desarrollados?

Se estima que 4 de los 10 carros nuevos más comprados en Colombia no protegen adecuadamente a sus ocupantes y mucho menos a los peatones. Si bien la mayoría cumple las normas, un porcentaje importante apenas llena los estándares mínimos de seguridad. Reveló el dato Latin NCAP, un programa independiente de evaluación de vehículos nuevos para América Latina, tras revisar la protección que brinda la carrocería en caso de colisión. Varios vehículos probados recibieron 0 o 1 estrella, en una escala de 5.

La siniestralidad en las vías resulta de múltiples factores, pero también sería erróneo creer que dependen solo de la pericia de los conductores.

En los últimos cuatro años entraron en circulación miles de carros que cuentan con un sistema de frenos antibloqueo (ABS), airbags y cinturones de seguridad. Pero no tienen otros equipamientos recomendados por Naciones Unidas, como protección a colisión lateral y frontal, sistema de control de estabilidad y sistema para sujetar niños. De ahí el interés de varios sectores, incluido el automotor, por robustecer la calidad de los productos.

“Los vehículos cumplen unos requisitos que hacen parte de las normas de los mercados. Es posible que los europeos no sean iguales a los colombianos y esa precisamente es la tarea. No se debe confrontar a la industria, las organizaciones y el Gobierno, todos buscamos lo mismo: seguridad vial. Nosotros estamos de acuerdo con implementar normativas internacionales”, asegura Juliana Rico, directora de la Cámara Automotriz de la Andi.

De acuerdo con la última encuesta que realizó el Centro Nacional de Consultoría a propietarios y usuarios particulares de carros, 43% de los entrevistados está interesado en cambiar su vehículo en los próximos cinco años. El problema, sin embargo, es que solo a 16% le preocupa la seguridad que ofrece el auto. Por encima de ese factor, evalúan otras características como el bajo consumo de combustible, el precio, la comodidad y la facilidad para encontrar repuestos.

A diferencia de Colombia, en el mundo la seguridad vial es un asunto de salud pública. Una persona muere cada 23 segundos por un accidente de tránsito, de acuerdo con Global Health Advocacy Incubator (GHAI), una organización internacional que promueve políticas de salud pública. Por cada 100.000 habitantes en el mundo, 14 mueren al año en siniestros viales. La cifra preocupa si se tiene en cuenta que 6 fallecen por cáncer de seno, 7 de próstata y 1 de pulmón.

Las exigencias de seguridad en vehículos del país están desactualizadas 20 años, dicen algunos expertos.

Según el Global Status Report on Road Safety 2018 (Reporte del estatus global de seguridad vial) de la Organización Mundial de la Salud, Colombia está entre las 60 naciones de ingresos medios que no avanzaron en medidas para mejorar en este frente durante la última década. En 2018 el número de víctimas fatales aumentó 2,3% respecto a 2017. Esto sin contar que en 2018 Medicina Legal atendió 46.416 accidentes de transporte con 39.537 heridos. El costo social y económico de la falta de seguridad vial equivale a 3,6% del Producto Interno Bruto del país.

Este escenario sería menos dramático si “Colombia no fuera la despensa de vehículos que en otros países no pasarían ninguna norma técnica”, dijo Mary Bottagisio, directora de la Liga Contra La Violencia Vial, en el ‘Foro Seguridad Vial Vehicular, una tarea pendiente’. Y añade: “97% de las motos que se comercializan en el país tiene prohibida su venta en la Unión Europea e, incluso, India".

En el evento, llevado a cabo en la segunda semana de agosto, la Fundación Despacio con el apoyo de GHAI, sensibilizó sobre el tema a los consumidores y a quienes expiden las normas. “Los vehículos que circulan acá no tienen por qué ser más inseguros que los que circulan en el mundo”, dijo la ministra de Transporte, Ángela María Orozco. Aseguró que vienen trabajando en la problemática a nivel regional con un pacto de seguridad vial con cuatro instituciones. Y adelantó que en la próxima legislatura gestionará la normativa faltante para ponerles dientes a los estándares del mercado.

Los vehículos que venden en el país cumplen con las exigencias locales, y algunas internacionales. Pero el sector quiere acoger los requisitos de la norma WP.29 de la ONU que incluye 145 estándares que buscan garantizar la seguridad vial en el mundo.

A partir de octubre, será obligatorio en Colombia que las marcas incluyan las características de seguridad vial vehicular en su publicidad. De esta forma, los compradores sabrán qué les ofrecen y comenzarán a tener interés por un factor que permanecía relegado.

Darío Hidalgo, director de Fundación Despacio y uno de los principales promotores de la iniciativa, asegura que adoptar las normas básicas costaría entre US$200 y US$1.000 por vehículo. Claro que se necesita un conductor hábil que esté frente al volante en sus cinco sentidos, que la infraestructura y señalización estén bien hechas, pero también que los vehículos protejan a las personas dentro y fuera de ellos.

Volver realidad el proyecto Visión Cero que aplica Suecia, bajo el principio de que ninguna muerte es aceptable, es un camino largo y culebrero. Pero la seguridad vial no puede ser considerada un lujo. Es un derecho que trasciende las obligaciones del Ministerio de Transporte e involucra muchos más actores. Solo en los primeros cinco meses del año se han registrado 2.743 siniestros que ocasionaron la muerte a 420 personas y lesiones a 2.323 más.