¿Vocación de servicio de los médicos?

Nada mejor para un paciente que encontrar un médico que viva su profesión con auténtico deseo de servir. Será exitoso y sus pacientes encontrarán alivio rápido a sus dolencias. Opinión de Luis Fernando Botero.

Dinero
4 de octubre de 2010

Recientemente una persona allegada a la familia amaneció con un cuadro de cansancio muy fuerte, sudoración y arritmia por lo que decidió ir a urgencias de una clínica cercana. Allí le diagnosticaron un problema cardiaco que obligó a su hospitalización inmediata. Después de unos días en sala de cuidados especiales decidieron los médicos operar para colocar un marcapasos.

 

El día de la cirugía aparece un médico muy famoso quien, sin mirarlo, empieza a hacerle una descripción cruda de su gravedad, de las dificultades que le acarrearía ello y de las severas limitaciones que tendría en adelante como producto de su problema cardíaco y el tamaño de su corazón.

 

Ningún diálogo previo con el paciente para evaluar su estado y condición anímica, eso no tenía importancia en ese momento, el médico era la figura central y no el paciente. A la pregunta del enfermo sobre su calidad de vida en el futuro, la respuesta igual de despiadada y cruda fue que, en adelante, no la tendría muy agradable ante lo cual el paciente solo pudo cerrar los ojos y llorar sin que al médico le importara en lo más mínimo.

 

Podría decir sin temor a equivocarme que en esta profesión, el servicio es el gran diferenciador y generador de la mayor posibilidad de construir experiencias de cliente memorables. Nada mejor que encontrar un médico cercano a su necesidad y problema, interesado en la búsqueda de solución a las inquietudes, temores, miedos y dudas de su paciente.

 

Desafortunadamente muchos de ellos cada día se distancian de sus pacientes para salir al encuentro de respuestas científicas a su diagnóstico, interesados en conseguir eficiencia en el uso de su tiempo y por lo tanto garantizar la maximización de sus ingresos. Distancia es lo que separa al médico de su paciente, la lectura de exámenes diagnósticos, la interpretación de ellos sin mirar al paciente, la ausencia de interés por su entorno que en última instancia es el ingrediente vital para el encuentro de las soluciones a muchas enfermedades, son la constante.

 

Los seres humanos y sus dolencias, el origen de las mismas a la luz de los efectos de su carácter, personalidad y entorno no tienen mucha cabida en las consultas ya que en ellas el tiempo es un factor crítico de éxito, el diagnóstico, que constituye el secreto de la profesión ha sido literalmente sustituido por los exámenes de laboratorio que solo expresan números comparados contra indicadores pero en ningún caso demuestran el origen de los desórdenes. Ese es el modelo de la atención médica de hoy y en él los pacientes no encuentran su propio espacio, no se sienten importantes y mucho menos apreciados como seres humanos.

 

Mención especial merece la comunicación con los médicos ya que en esta época de relaciones virtuales, facilidades tecnológicas y respuestas inmediatas, son muchos los médicos que convierten en selectivas las respuestas a las llamadas telefónicas de sus pacientes. No todas son respondidas y mucho menos si ellas son hechas en las noches o días de descanso. El paciente tiene que analizar muy bien el día y la hora para consultar sus inquietudes como si sus dolencias tuvieran hora.

 

Nada más agradable y curativo para un paciente que una sonrisa franca, una mirada cercana, la comprensión sincera de su estado, la percepción del reconocimiento como ser humano y la sorpresa de una palabra tranquilizadora dicha en el momento oportuno además de las citas médicas sin afanes que demuestren el genuino interés por su interlocutor.

 

Eso es lo que valora el enfermo, lo que le ayuda a superar muchas de sus enfermedades, porque lo que no se ha perdido es la sensación de que el médico es quien tiene la llave para curar. Encontrar esas personas siempre será motivo de comentarios con altavoz, de expresiones que magnifiquen las bondades del médico y lo lleven a un sitial preponderante para que muchos más pacientes los busquen en el futuro.

 

Igual sucede en cualquier actividad empresarial y por ello insistimos en el título de este artículo. Bienvenida la vocación de servicio en los médicos y éxitos permanentes para los que la tengan y la evidencien sin tacañerías entre sus pacientes.

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