Una tragedia griega

De dónde viene y cómo se moverá el problema financiero de Grecia. Una dura prueba para el euro. Opinión desde Washington, del jefe de la División Financiera del IIC, Juan Eduardo Zuluaga, nuevo columnista de Dinero.com.

Dinero
16 de abril de 2010

Tengo la suerte de tener un amigo griego con el cual me reúno de vez en cuando. En las conversaciones que tenemos, siempre que se habla sobre cualquier desarrollo científico, político o cultural de la humanidad, él encuentra la forma de mostrar que los griegos fueron los precursores de casi todas las cosas importantes que ha conseguido el género humano. Traigo a colación este tema porque de nuevo los griegos van a ser los primeros en algo muy importante para el mundo; van a poner a prueba los fundamentos del euro, la moneda única europea.

La creación del euro se remonta al año 1992. Es uno de los experimentos más interesantes del siglo XX al crear una moneda que trasciende las fronteras de un solo país. Los estados que adoptan el euro ceden parte de su soberanía a un organismo supranacional -el Banco Central Europeo- quien se encarga de fijar la política monetaria de los países miembros donde circula la moneda. En estos momentos, 16 países de Europa usan el euro en sus transacciones cotidianas.

La creación del euro requirió que los miembros coordinaran sus políticas fiscales fijando un techo máximo de déficit fiscal del 3% del PIB para cada estado miembro. La disciplina fiscal es clave para mantener una unidad monetaria ya que evita que se presenten crisis de deuda pública y permite que los países conserven flexibilidad fiscal, lo cual es necesario cuando se le cede la política monetaria a un ente supranacional.

En el caso de Grecia, el mal manejo de las finanzas públicas ha generado un déficit fiscal cercano al 13% del PIB en el 2009, cuatro veces el límite máximo previsto en las normas de funcionamiento establecidas por la unión monetaria. La financiación de este déficit puede llevar la deuda publica griega al 130% del PIB, lo que se constituye en un nivel inmanejable para una economía frágil.

Las calificadoras de riesgo han tomado acción de forma rápida bajando la calificación del país y manteniendo perspectivas negativas para su calificación futura. En el caso de Fitch, redujo la calificación de riesgo de A- a BBB+ con perspectiva negativa. De forma simultanea, el mercado pasó la cuenta de cobro desvalorizando los títulos de deuda publica del gobierno griego, lo que conlleva un aumento sustancial de los costos de financiación del déficit fiscal. En este momento, asegurar una deuda de un millón de dólares por un período de cinco años tiene un costo anual de US$43.000. Para efectos comparativos, el costo de asegurar la misma deuda de la República de Colombia cuesta US$13.000. Es decir que el mercado ve con mejores ojos el riesgo de muchos países emergentes en comparación con un país de la Unión Europea.

Las implicaciones para Grecia de lo que está sucediendo son amplias y apenas se están empezando a cuantificar. Por ejemplo, los bancos griegos han solicitado más de 40.000 millones de euros de cupos de liquidez al Banco Central Europeo con el objeto de capear el temporal que se ha generado con la crisis financiera.

En este momento, la banca griega ha entregado como garantía títulos cuya calificación es superior a BBB-, acogiéndose a una reglamentación de emergencia que vence en este año. Si se retorna a la reglamentación normal, los títulos aceptables en la ventanilla de redescuento del BCE deberán contar con una calificación superior a A- . Es decir que la deuda pública del gobierno griego no servirá como garantía para obtener liquidez en el Banco Central.

Por primera vez en muchos años el mercado empieza a considerar la posibilidad de que uno de los países que conforman la unión monetaria pueda llegar a tener una moratoria de deuda pública. Es importante tener en cuenta que el margen de maniobra de un gobierno que no cuenta con su propia moneda es mucho menor al no tener el expediente de acudir a su propio Banco Central para que le preste en momentos de emergencia, lo que aumenta la posibilidad de un incumplimiento en los pagos de la deuda pública.

Los retos que enfrenta el gobierno griego son múltiples. Por un lado, el escenario político doméstico donde las medidas de austeridad no son populares en medio de una crisis económica y por otro lado la falta de credibilidad del país en la comunidad financiera internacional como consecuencia de la manipulación de las cifras fiscales.

Las primeras reacciones de la Unión Europea fueron confusas y contradictorias debido a las fricciones entre los miembros mas fuertes de la unión que prefieren la disciplina y los mas débiles que ven en Grecia un preludio de lo que les podría suceder. Después de muchas idas y vueltas se esta llegando a un acuerdo en el cual a cambio de un plan de ajuste patrocinado por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional el gobierno griego recibe un crédito por valor de US$45.000 millones de euros.

Los interrogantes que se presentan hoy son muchos y variados. Por un lado la voluntad del gobierno griego de aceptar las condiciones de la ayuda que van mas allá de las medidas de austeridad que ya se han tomado y por otra, las probabilidades de éxito del plan de salvamento que el mercado percibe muy bajas dado el nivel de endeudamiento y la situación fiscal del gobierno.

¿Resistirá la unión monetaria la moratoria de uno o varios de sus países miembros? ¿Impactará esta coyuntura la cotización del euro? La respuesta a estos interrogantes habrá que esperarla. Por el momento otros países de la Unión que son percibidos por el mercado como potencialmente vulnerables -España, Irlanda y Portugal- están a la expectativa de lo que pueda suceder.

 

jefe de División de Finanzas y Administración de Riesgo, Inter-American Investment Corporation.