Sobre el Premio Nobel de Economía 2010

Las investigaciones de Diamond, Mortensen y Pissarides permiten evaluar el efecto de las políticas de empleo sobre la intensidad en la búsqueda de trabajo, sobre la creación de vacantes y sobre la calidad del balance entre empleados y vacantes. La opinión de Daniel Gómez G.

Dinero
13 de octubre de 2010

El premio Nobel de Economía 2010 fue otorgado el lunes pasado a la teoría de los mercados con fricciones de búsqueda y emparejamiento representado por los economistas Peter Diamond, de MIT, Dale Mortensen, de Northwestern, y Christopher Pissarides, de LSE. El premio de este año es a la vez un reconocimiento a las contribuciones fundamentales de estos tres economistas, sintetizadas en el modelo Diamond-Mortensen-Pissarides, y de particular relevancia al contexto de muchas economías donde el alto desempleo no parece ceder a pesar de una incipiente recuperación de la actividad económica.

 

El modelo básico que se enseña en cursos de microeconomía es el comúnmente llamado modelo de oferta y demanda. Este modelo muestra una curva de oferta para productores indicando cuánto están dispuestos a producir a cada precio y una curva de demanda indicando cuánto se quiere consumir a cada precio. El precio de mercado se ajusta hasta el punto donde la oferta satisface toda la demanda y desaparecen las fuerzas que mueven el precio. Este es el equilibrio de mercado.

 

La contribución fundamental de los Nobel de este año consiste en describir el proceso que conduce a este equilibrio. Un proceso que requiere de esfuerzo y recursos de parte de los oferentes y los demandantes para encontrarse mutuamente y realizar un intercambio.

 

Este tipo de modelos es particularmente relevante para el estudio de mercados laborales donde posibles empleadores crean puestos de trabajo y buscan el empleado ideal para ocupar el puesto y posibles empleados buscan puestos de trabajo que se ajusten a sus destrezas y expectativas. Este es un proceso costoso para ambas partes.

 

La descripción de este proceso fue primero elaborada por otro galardonado con el Nobel, George Stigler de la Universidad de Chicago, en su articulo “The Economics of Information”, donde la disyuntiva es entre el costo marginal de búsqueda y la ganancia marginal de esta búsqueda. El Nobel de este año también puede entenderse como un caso particular de costos de transacción que también ganó el Nobel con Ronald Coase, también de la Universidad de Chicago, y el año pasado con Oliver Williamson, de Berkeley.

 

En el contexto de mercados laborales, empleadores y empleados tienen información imperfecta sobre las características de los desempleados, en el caso de los empleadores y sobre las vacantes, en el caso de los desempleado buscando trabajo. El modelo de Diamond-Mortensen-Pissarides define el desempleo como un fenómeno de equilibrio producto de todos los flujos entre diferentes estados: el estudiante que sale a buscar su primer empleo, el trabajador que se aburre de su puesto actual y sale a buscar nuevas oportunidades, las empresas creciendo y ofreciendo nuevos puestos de trabajo, o reduciendo el número de puestos de trabajo en respuesta a un shock negativo de demanda.

 

Este modelo del mercado laboral permite entender las razones por las cuales observamos simultáneamente vacantes y desempleo. En uno de los artículos más citados de los últimos 30 años, “Job creation and job destruction in the theory of unemployment”, Mortensen y Pissarides describen el proceso de flujos de gente entre empleo y desempleo y establecen una relación negativa entre el número de vacantes y la tasa de desempleo conocida como la curva de Beveridge. El andamiaje construido por Diamond-Mortensen y Pissarides, además de ayudar a entender ciertas regularidades empíricas, es un modelo útil a la hora de pensar sobre políticas públicas y desempleo.

 

Por ejemplo, los seguros de desempleo en este modelo reducen el costo de estar desempleado y por tanto reducen la intensidad de búsqueda de gente desempleada. De igual manera, al aumentar el salario de reserva (el salario mínimo para que el desempleado acepte una oferta de empleo), reduce la rata de emparejamientos entre vacantes y empleados. El resultado es un aumento en la tasa de desempleo. Por otro lado, el seguro de desempleo al reducir la urgencia con la cual los desempleados buscan trabajo y aceptan ofertas, también contribuye a mejorar la calidad del emparejamiento al permitir que los periodos de búsqueda de empleo sean más largos.

 

En general, el modelo permite evaluar políticas de empleo en términos de su efecto sobre la intensidad de búsqueda de trabajo del lado del empleado, del lado del empleador, el efecto sobre la creación de vacantes, la calidad de los emparejamientos entre vacantes y empleados resultantes. Temas de actualidad en Colombia, como la alta y persistente informalidad y la ley de primer empleo, pueden ser mejor entendidos y evaluados al analizar el efecto sobre los flujos descritos por los galardonados de este año.

 

La síntesis de mucho de lo que escribieron Diamond, Mortensen y Pissarides se encuentra en un libro de texto escrito por Pissarides que ha sido desde su publicación lectura obligada para todo economista interesado en temas de mercados laborales: “Equilibrium unemployment theory.” El modelo básico ha sido extendido y elaborado por muchos otros investigadores, no sólo aplicándolo a temas laborales sino también al estudio de mercados inmobiliarios y otros donde el componente de búsqueda es importante. Excelente escogencia la del comité del premio Nobel.

El autor es condidato a PhD en Economía de Negocios de la Universidad de Chicago.