Los mercados: en manos de la FED

Ricardo Durán, analista de Corredores Asociados, explica los factores que serán protagonistas en el rumbo de los mercados financieros durante la semana.

5 de mayo de 2006

La semana pasada el mercado asimiló las cifras que publicó Estados Unidos el lunes festivo, todas ellas con fuerte aroma inflacionario. En medio de esta presión externa también asimiló el mercado la estabilidad en la inflación colombiana de abril (4.12%), al paso que digirió la decisión que tomó el Banco de la República en torno al ajuste de 25 puntos básicos en la tasa de intervención para llevarla al 6.25%.
 
A lo largo de la semana los datos externos más importantes fueron la decisión del Banco Central Europeo de no modificar las tasas de interés y la publicación de la tasa de desempleo de abril en Estados Unidos el viernes pasado. En particular, el dato de empleo jugó a favor de los activos emergentes en la medida en que el número de plazas de trabajo nuevas defraudó las expectativas de los agentes. Con ello, las tasas de interés de los Tesoros hicieron una pausa que puede ser pasajera a la luz de lo que le depara al mercado la próxima semana.
 
En síntesis, fue una semana con alta volatilidad sin tendencias definidas en los activos que conforman nuestro mercado, que continúa a la merced de las cifras externas sin que los fundamentos internas tengan mayor ingerencia en le proceso de formación de precios.
 
Esta semana está como para alquilar balcón. El miércoles se reúne el banco central de Estados Unidos con el objetivo de subir, quizás por última vez, la tasa de interés de intervención. El mercado da por descontado que la tasa de interés de los fondos federales llegará al 5% después de una cadena de 16 incrementos consecutivos que comenzó en junio de 2004.
 
Como siempre, más que el ajuste de las tasas, la atención del mercado se concentrará en el comunicado que acompaña la decisión porque de éste se podrá inferir si el incremento del 10 de mayo fue el último o si el directorio del banco central deja la puerta abierta para decretar incrementos adicionales.
 
La disyuntiva no es trivial. Si el banco central no culmina el ciclo ascendente, las tasas de interés de los Tesoros anticiparán la tasa futura de intervención y en consecuencia la deuda emergente puede sufrir desvalorizaciones que pueden ser incluso superiores a las que experimenten los títulos americanos.
 
Este es en nuestra opinión el escenario más probable a la luz de la evidencia reciente. El ingreso y el gasto personal crecen con el PIB, el índice del consumo personal (indicador estrechamente vigilado por la FED) pasó del 1.8% al 2.0%, el empleo se mantiene sólido a pesar de la última lectura, el índice de los costos salariales repuntó, la vivienda no da señales claras de desaceleración, la industria y los servicios crecen más rápido de lo esperado, el precio del barril de petróleo no da tregua y el precio de la onza de oro alcanza su máximo en un cuarto de siglo.
 
Si por el contrario el banco central de Estados Unidos decreta el final del ciclo alcista en la tasa de intervención, las tasas de interés de los Tesoros podrían entrar en un canal lateral y la deuda emergente entraría en una fase de transición con estabilidad en el corto plazo. Sin embargo, a la postre la estabilidad de la tasa tendría que combinarse con el precio del dólar a nivel mundial para prever la posible dirección futura de los flujos externos de capitales. Si el dólar mantiene su intensa devaluación actual frente a las monedas duras, no creemos que la estabilidad de la tasa de interés en Estados Unidos por sí sola induzca una salida de capitales en las economías emergentes.

Frente a semejantes niveles de incertidumbre, creemos que lo más aconsejable esta semana es mantener elevada la liquidez y postergar decisiones de inversión a la espera de obtener señales más claras sobre el curso futuro de la política monetaria de Estados Unidos. Al fin y al cabo se trata del movimiento del banco central más importante en la economía más grande del orbe.