Lo que pasó y lo que viene

Esta semana habrá un escenario mixto, sin duda, pero con abundante y suficiente tema como para ensayar un proceso de formación de precios “made in Colombia”.

18 de septiembre de 2006

Tal como la habíamos previsto, la semana pasada fue en extremo aburridora con una volatilidad excesivamente baja y con un remate de semana muy poco dinámico debido al “ausentismo” que provocó el Congreso de Tesoreros de la Asobancaria en Cartagena.

Ni las ventas al por menor de Estados Unidos, ni el índice de importados, ni la producción industrial, ni la confianza de la Universidad de Michigan, ni el déficit comercial, ni la misma inflación al consumidor americano de agosto fueron capaces de imprimirle volatilidad al mercado.

En la esfera local, tampoco pudieron descongelar los precios la bochornosa aprobación del presupuesto de 2007, la solicitud de retiro de la reforma tributaria de parte de algunos ex ministros, ni su lenta pero progresiva degeneración.

La señal de mercado más clara que se presentó a lo largo de la semana fue la indiferencia de los agentes frente al máximo histórico al que llegó la inflación estructural de Estados Unidos en agosto (2.8%), muy lejos de la zona de confort del directorio del banco central y con un tono disonante desde la óptica de la pausa en la campaña alcista de la tasa de interés de intervención. Así, la curva de rendimientos de Estados Unidos no mostró grandes cambios como testimonio fehaciente de la credibilidad que tiene la política monetaria.

También nos llamó la atención que el dólar no se debilitara a lo largo de la semana no obstante que Estados Unidos registró récord histórico en su déficit comercial y que se pronunciaron discursos alcistas respecto a las tasas de interés de Europa y Japón.

En nuestra opinión, es evidente que el mercado cambiario y el de renta fija le han dado el beneficio de la duda al banco central, que va a ser muy paciente a la espera de ver tasas de inflación decrecientes a futuro y que no obstante su debilidad, la economía de Estados Unidos mantiene un tono que está lejos de ahuyentar a los inversionistas.

Se refirma así nuestra tesis de la política de “piloto automático” que augura varios meses de pasividad en la tasa repo de Estados Unidos sin que se esperen grandes sorpresas del lado de las tasas de interés de Europa y Japón.

En este escenario, los fundamentales colombianos deberían ganar ponderación en el proceso de formación de los precios con una volatilidad de origen “criollo” que le dé su valor justo a los activos. El binomio inflación-desempleo, la política monetaria venidera, el PIB de demanda, la variable fiscal y el comercio exterior deberían establecer el nivel de la TRM, las acciones y los TES en momentos en que los flujos externos no se perfilan como las variables dominantes.

Y esta semana
Pero de nuevo, esta semana la mirada de los agentes estará más por fuera que por dentro. El miércoles 20 se reúne el banco central de Estados Unidos (FED) y por lo tanto el mercado estará ávido por conocer las medidas de política monetaria y las palabras del discurso abstracto de los banqueros centrales.

Nosotros no creemos que haya sorpresas, pero sabemos que el mercado buscará allí motivos para especular. En nuestra opinión, el FED está jugado en el sentido en que culminó un ciclo alcista de la tasa repo y ahora sólo le resta esperar a que la desaceleración le haga el favorcito de bajar la inflación.

Se verá, por ejemplo, que la vivienda continúa su caída, que los indicadores adelantados de la actividad económica convalidan la desaceleración, que la inflación al productor no se sale de madre y que las entradas netas de capitales son suficientes para financiar el déficit comercial. Nada nuevo que justifique una alteración del valor del dólar en el mundo, una modificación en la curva de rendimientos o un cambio de percepción sobre el monto y la dirección de los flujos externos.

En cambio, por el lado local, el mercado debería avivarse con el análisis del indicador de confianza del consumidor de Fedesarrollo (muy correlacionado con el PIB), con el destino que el mercado le va a dar a los vencimientos de deuda pública, con el precio de la papa, con el probable movimiento de la tasa repo local al final del mes, con la cercanía de la revelación del PIB del segundo trimestre y con el espectáculo político-económico de las reformas económicas.

Un escenario mixto, sin duda, pero con abundante y suficiente tema como para ensayar un proceso de formación de precios “made in Colombia”. Si este fuere el caso creemos que esta semana la mayor liquidez del mercado va a apoyar un proceso de valorización anclado en la elevada confianza del consumidor criollo, en un PIB colombiano que mantiene su tono y en una política monetaria proactiva que con gran atino anticipó el brote inflacionario actual. Si este fuera el escenario de Estados Unidos las tasas de los tesoros tenderían a la baja y los índices accionarios repuntarían.

*Analista de Intervalores
Septiembre 15 de 2006
ricardoduran@intervalores.com.co