La Virreina fea

Colombia tiene ventajas para la inversión extranjera, pero también problemas serios que debe superar. La opinión de Maryori Vivas.

Dinero
3 de marzo de 2011

Una misma sección muestra el cara y sello de nuestra realidad nacional. La última edición online de la Revista Semana la sección Confidenciales de Febrero 27 hace referencia al artículo de La Tribune donde, entre otros temas, se habla de Colombia como el segundo destino para inversión extranjera en América Latina, antecedido únicamente por Brasil. El artículo es concreto y directo, con fecha del 31 de enero señala los avances de la economía nacional con motivo de la visita del Presidente Juan Manuel Santos a París y su discurso sobre la cara amable para la inversión. Hace un balance discreto y diría real, de la imagen que se mantiene aún presente en el colectivo de muchos franceses.

 

Por otro lado señala: “Una encuesta realizada entre los grandes empresarios a nivel internacional concluye que Colombia es el menos atractivo de los seis países que conforman el grupo de los Civets.” Me gustaría tener la fuente, conocer el perfil de los grandes empresarios a los que se les hace referencia, y si se hizo antes o después de la actual crisis egipcia. En este concurso, quedamos en el último lugar entre los finalistas. Ser menos atractivo que Vietnam o Turquía, y él mismo Egipto llama la atención. Si logramos ser incluidos en la lista de economías emergentes por encima de Chile o México, en el selecto grupo de economías que siguen a los BRIC ¿qué hace que no logremos llamar la atención internacional?

 

Los esfuerzos para atraer inversión extranjera son cuando no menos titánicos. ¿Entonces qué nos falta para que la Colombia que se vende retenga la inversión que llega y pueda ser la anfitriona que todos esperan?

 

No hablo de grandes cambios, que también son necesarios, pero es regresar a lo básico y simple. ¿Somos una sociedad abierta a los nuevos inmigrantes, expatriados y nacionales de otros países que llegan por motivos diferentes a los turísticos a nuestro país? Definitivamente no. Las leyes inmigratorias son la primera muestra, y los argumentos de que las plazas que se cedan a otros son las que pueden aumentar el desempleo de los nuestros. Los que logran quedarse, y descubrir lo interesante de nuestra idiosincrasia deben enfrentarse luego a nuestro estilo de trabajo: tras impuntuales, incumplidos. Ah y ¿qué decir de la tramitomanía?, de las visitas recurrentes y desgastantes a la Dian, los pagos engorrosos, y que la tecnología existe pero no facilita la vida, que lo digan los usuarios que llaman a un call center y les responden al final: lo siento por ahora no podemos hacer más, el sistema no me lo permite, debe acercarse a su oficina más cercana.

 

Potencial y talento tenemos ¡por supuesto! Sólo que lo estamos desgastando en desatorarnos de tanto enredo para cumplir con leyes absurdas y sin visualizar lo que realmente nos hace competitivos como país.

 

La última perla es esa inseguridad que no para, mientras escribo esta nota RCN anuncia que Diego Molano de Acción Social, acaba de salir ileso de un atentado guerrillero al norte del país. Ayer me enteré de las amenazas a un empresario extranjero– también a su familia - quien lleva varios años en el país que da empleo a más de 50 personas todas colombianas.

 

Somos la virreina fea, la que tiene méritos para llegar al primer puesto. ¿Será que algún día lo lograremos? ¿Y ud. qué cambiaría?

 

mv@gugin.com, LinkedIn Maryori Vivas.