Opinión On Line

El invierno y la Reconstrucción: ¿ventana para una nueva política industrial?

En medio de la tragedia del invierno que azota al país y la respuesta tanto del sector privado y la sociedad civil como del gobierno, varios comentaristas sugirieren que la reconstrucción que vendrá, será una oportunidad para que el gobierno emprenda una gran transformación productiva. Opinión de Daniel Gómez Gaviria.

Dinero
29 de diciembre de 2010

Algunos han sugerido que la reconstrucción será una locomotora adicional de crecimiento. He leído comparaciones con el Plan Marshall, y con el New Deal y un llamado a lo que suena como una agresiva y centralizada política industrial.


Las crisis suelen ser utilizadas como pretexto para empujar grandes programas. Como bien lo dijo Milton Friedman, las decisiones que se toman durante las crisis dependen de las ideas disponibles. ¿Cuál es nuestro entendimiento de la política industrial y de los programas pro-industrialización gubernamentales? ¿Cuáles son las ideas detrás de los llamados a un Plan Marshall, o un New Deal criollo? ¿Cómo afectará la emergencia invernal las metas del Plan de Desarrollo y la estrategia ahí planteada?


El debate alrededor de la política industrial, entendida como las políticas que buscan promover ciertas industrias, incentivar la innovación, promover el sector exportador, y en general identificar sectores ganadores y acelerar el proceso de industrialización, no es nuevo. Pero el debate reciente es interesante ya que tenemos muchísimos más datos y nuevas herramientas para tratar de entender los mecanismos detrás de procesos de desarrollo.


El debate está dividido en dos grandes campos: aquellos que creen que la evidencia histórica demuestra que la política industrial es conducente al desarrollo, y aquellos que no creen que el record histórico apoye esta tesis. En el primer campo están académicos como Dani Rodrik y Ricardo Hausmann del Kennedy School de Harvard. En el segundo campo está William Easterly de la Universidad de Nueva York.


Lo primero que hay que notar sobre este debate es que aun aquellos que sugieren un rol fundamental para la política industrial en el proceso de desarrollo se han distanciado de las tesis de la política industrial de los 60 y los 70 célebremente impulsadas desde la Cepal por Raúl Prebisch. El rol de la política industrial no debe ser la selección de ganadores y la promoción de industrias y menos aun empresas particulares, sino más bien la provisión de bienes públicos complementarios a los esfuerzos privados a través de políticas transversales.


Los proponentes de la nueva política industrial son bastante más consientes de los problemas de economía política—lobby, intereses particulares, rentas, problemas de incentivos que impiden el desarrollo de sectores protegidos, y corrupción—que sus antecesores. Rodrik y Hausmann argumentan que cualquier política estatal va a tener necesariamente elementos de política industrial y que por lo tanto es importante que las políticas estatales estén encaminadas a resolver problemas de externalidades y la resolución de problemas de coordinación y otras trabas al desarrollo y a la formación de “clusters” de actividad económica.


Los críticos de la nueva política industrial, como Easterly, creen que las nuevas políticas industriales no son más que las antiguas en camuflaje y que el problema con las políticas de desarrollo son mucho más fundamentales. El principal problema con la evidencia histórica es que su interpretación es equivocada debido al problema de la definición e identificación de las probabilidades condicionales apropiadas.


Los proponentes de políticas industriales argumentan que los países que han tenido crecimiento sostenido durante los últimos 60 años son aquellos que han tenido políticas intervencionistas. Esta es una afirmación sobre la probabilidad de haber tenido políticas intervencionistas dado que hubo crecimiento alto durante las últimas seis décadas. Pero esta es la probabilidad condicional equivocada. La probabilidad relevante es aquella que nos dice cual es la probabilidad condicional de tener crecimiento alto dado que fuimos intervencionistas. Esta segunda probabilidad es mucho más baja ya que por cada ejemplo de políticas industriales exitosas existen muchos más ejemplos de fracasos.


La segunda serie de críticas a políticas de desarrollo activas vienen desde una perspectiva Hayekiana: ¿quién está en mejor posición para descubrir las ventajas comparativas de un país en desarrollo? ¿Quién tiene la ventaja comparativa en el proceso de descubrimiento inherente en el proceso de desarrollo? ¿El Estado, o el sector productivo? Dado que el gobierno central tiene información incompleta y limitada, recursos limitados, menos incentivos que el sector productivo para descubrir las ventajas comparativas latentes y adicionalmente está sujeto a múltiples problemas de captura estatal y corrupción, parecería que el empresario y los millones de emprendedores en potencia tienen la ventaja comparativa requerida para impulsar procesos de desarrollo sostenibles.


El énfasis que se le ha dado en el Plan de Desarrollo a políticas transversales y a la identificación de factores limitando el crecimiento de la productividad está alineado con las ideas de la nueva política industrial. Tal vez a Easterly le gustaría un poco más de Hayek en el Plan. No sé. Pero lo más importante es que la reacción instintiva de usar las crisis y los desastres naturales como justificación para alejarse de las ideas de un sector público en función de potenciar la iniciativa privada pero jamás reemplazarla y los llamados a usar esta crisis para justificar planes al estilo New Deal (que por cierto no fueron positivos sino bastante negativos para la recuperación económica Estadounidense según varios estudios recientes incluyendo uno por economistas de la Universidad de California), no son apropiados.


La atención a los damnificados debe ser el principal objetivo del gobierno y de la sociedad civil en su conjunto. La identificación de falencias en la gestión de riesgos debe ser el segundo gran objetivo, pero con un enfoque Hayekiano: el conocimiento necesario para identificar soluciones a los problemas del desarrollo, y en general a todos los problemas sociales y económicos en tiempos de calma y de crisis, está disperso; no centralizado. La mejor apuesta gubernamental son las políticas horizontales o transversales que potencialicen el emprendimiento y la creatividad de la sociedad civil. No una gran política industrial al estilo años 60 y 70.

 

* PhD(c) Business Economics, Universidad de Chicago.