Opinión On Line

Cuidar el patrimonio familiar, principal motivación de las mujeres

Una reciente investigación demostró que estamos ante una nueva generación de mujeres empresarias y accionistas que ven en la participación un derecho adquirido para ser ejercido en beneficio de su empresa. La opinión de Gonzalo Gómez.

Dinero
16 de abril de 2011


El rol de la mujer ha evolucionado a uno más activo y participativo que en tiempos pasados. Hoy en día se toman en cuenta mucho más las capacidades, cualidades y habilidades específicas de los profesionales, independiente del género, hecho que favorece a las mujeres en el momento de aportar a la empresa en general y específicamente a las empresas familiares.

Resultados arrojados por encuestas realizadas por Mass Mutual Financial and Raymond Institute (2002), indican que el 34% de los encuestados respondió que consideraban a una mujer entre sus opciones para ocupar el cargo del próximo CEO, comparado con el 25% cinco años atrás. El 35% de los encuestados piensan en tener un co-CEO y el 46 % de ese 35% piensan en elegir a una mujer. Las mujeres están tomando roles importantes en sectores en los que anteriormente eran de predominio masculino: construcción, automotriz, manufactura. (Dugan, et al; 2008). Independiente del sector, a través de los diferentes roles que puede asumir una mujer en su empresa familiar, las contribuciones pueden ser de índole empresarial y familiar, tanto en los órganos de gobierno como en los cargos directivos.

Las mujeres presentan cualidades particulares que pueden contribuir vitalmente a la supervivencia y éxito de las empresas familiares y a la unidad familiar (Salganicoff, 1990). A su vez, estas empresas pueden llegar a tener el potencial para brindar un ambiente productivo para ellas, pro del crecimiento del negocio. (Bukowitz &Hollander, 1990)

Sin embargo, cabe destacar que el rol de la mujer en la empresa familiar ha sido un tema poco estudiado (Bjursell & Bäckvall, 2009; Salganicoff, 1990), en especial en nuestro contexto latinoamericano, específicamente en Colombia. Nuestro país, sólo entre un 10% y 12% de los cargos directivos de las empresas son ocupados por mujeres, y las que logran llegar, tienen salarios entre un 10 y 15% por debajo del de los hombres (ACRIP, 2008), es un país en donde la tasa de actividad emprendedora femenina para el 2008 fue de 19,1% (Daza, C; Henríquez, M; Mosquera A; 2010) y en donde la fuerza laboral femenina representa el 43%. Sin embargo, hemos observado tendencias diferentes entre empresas familiares.

Factores que determinan la participación de las mujeres en el mundo empresarial

Encontramos Empresas Familiares en donde las mujeres accionistas participan muy activamente y otras en donde su participación es nula o muy poca. ¿Por qué ocurre esto?, ¿Por qué si son accionistas, no participan en órganos de gobierno o cargos directivos? Por este motivo, el grupo de investigación Empresa Familiar de INALDE, Business School, de la Universidad de La Sabana, realizó una investigación sobre los factores que influyen en la participación de las mujeres colombianas en los cargos directivos y / o en los órganos de gobierno (Junta Directiva) de sus empresas familiares. Se entrevistaron 14 mujeres accionistas de EFs de segunda y tercera generación, en cargos directivos y/o órganos de gobierno, en sectores automotriz, textil, manufactura y servicios, principalmente.

Como conclusiones principales de este estudio, se puede decir que nos encontramos ante una nueva generación de mujeres empresarias y accionistas que ven en la participación un derecho adquirido para ser ejercido en beneficio de su empresa familiar. En orden de importancia, las mujeres accionistas participan en sus empresas por cuidar el patrimonio familiar, por su desarrollo profesional y personal y por último, por conservar la unidad y armonía familiar. No significa que este último factor sea menos importante. Significa que hoy en día, la participación de las mujeres no se restringe exclusivamente al ámbito familiar; sus aportes también impactan los ámbitos empresariales y patrimoniales.

Para las mujeres siempre será importante la familia y el tiempo que le dediquen a ella, pero las nuevas generaciones buscan más la evolución personal por medio del trabajo que por el rol que desempeñan en sus hogares. Es importante anotar que las mujeres al sentirse motivadas a participar por cuidar el patrimonio, están pensando en que ese patrimonio perdure para sus hijos y las futuras generaciones, vinculando esta motivación al plano trascendental, ya que impacta en terceros.
Los factores externos juegan un papel importante en el momento de impulsar o no la participación de las mujeres en sus EFs. El análisis de los casos demostró que los factores que desincentivan su participación son netamente externos y están relacionados con los conflictos entre los miembros de la familia por trabajar en la empresa. Aunque las mujeres sobreponen el cuidar el patrimonio y conservar la unidad familiar a su plan de carrera; es necesario que tanto la evaluación y remuneración de sus cargos se realice acorde al valor de mercado, pues ellas también son profesionales y deben ser reconocidas como tal.

Las políticas familiarmente responsables son un factor externo que debe ser trabajado dentro de las empresas. Un adecuado uso de éstas, puede convertirse en un factor poderoso para impulsar la participación de las mujeres. El contar con el apoyo de la familia y el cónyuge para conciliar los espacios trabajo-familia, contar con horarios flexibles y evaluación por objetivos; no significa caer en la trampa familiar de confusión de lazos de afecto con lazos contractuales. No significa dejar de exigir profesionalmente a estas mujeres sólo por su género y por ser miembro de la familia. Significa brindar las condiciones necesarios para que puedan sentirse apoyadas y valoradas por su propia familia, con un balance entre su vida familiar y laboral.

Definitivamente, los tiempos han cambiado y es innegable la importancia que tiene el rol de la mujer en el desempeño de una empresa, no sólo por sus habilidades para conservar la unidad y armonía familiar sino también porque, al igual que muchos hombres, ha crecido dentro del entorno de la empresa que algún día fundó su padre y/o su madre, ha vivido y aprendido cada día de las experiencias que su familia ha adquirido debido a la labor diaria en su empresa. Es para la mujer, independientemente de su rol, una responsabilidad tanto familiar como social, trabajar y aportar para que la supervivencia de su empresa familiar se convierta en una realidad.

Director Area Family Business, INALDE, Business School, Universidad de La Sabana
gonzalo.gomez@inalde.edu.co