ANDRÉS JIMÉNEZ

¿Y los que no pagan impuestos?

¿Acaso la última reforma no iba a ser la última?; ¿por qué no persiguen más bien a los que no pagan impuestos?

4 de octubre de 2020

Desde hace varias semanas se viene planteando desde diferentes orillas una reforma tributaria como parte de los mecanismos para continuar contrarrestando los efectos que ha dejado la crisis económica y social producto del Coronavirus.

Por un lado, están aquellos que plantean que hay que seguir gravando a las empresas como si no estuvieran suficientemente golpeadas ante 6 meses de inactividad y falta de ingresos. Y por otro, hay propuestas encaminadas a generar beneficios y rebajas a los impuestos existentes, pues ante la falta de ingresos pagar impuestos es cada vez más difícil y con ello la reactivación.

A su turno, está el Gobierno que mantiene una constante preocupación sobre la fuente de financiación para los próximos años con una economía golpeada, pero que frente a cada crisis debe ser el principal motor de reactivación económica, pero ante la dificultad siempre está en su caja de herramientas una nueva reforma tributaria.

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Ya el Ministro de Hacienda se anunció que Comisión de Expertos en Beneficios Tributarios que deberá entregar informe preliminar en febrero de 2021, con lo cual se comenzará una discusión para una reforma en la materia en el país.

Mientras tanto, las personas naturales que desde agosto se encuentran haciendo sus correspondientes declaraciones de renta,  se preguntan cómo es posible que se sigan planteando reformas al régimen de impuestos cuando cada vez cumplen con más dificultad financiera sus obligaciones tributarias. ¿Acaso la última reforma no iba a ser la última?; ¿por qué no persiguen más bien a los que no pagan impuestos?

Pues bien, desde antes de las épocas de crisis se empezaron a perseguir a aquellas personas que de una u otra manera buscaban evadir sus obligaciones tributarias y en el camino cometieron algunos delitos.

Hace exactamente 3 años, el país conoció como en el marco de los denominados “Panamá Papers”, empresas colombianas con la ayuda de la firma Mossack Fonseca, utilizaban empresas de papel en Panamá, Reino Unido, Costa Rica, España y otras jurisdicciones para generar facturas falsas y así pagar menos impuestos.

Esa misma modalidad de facturas falsas también fue evidenciada cuando fuera capturada la denominada “Patrona”, quien ofrecía los mismos “servicios” a más de mil empresas nacionales, que habrían defraudado al Estado en miles de millones de pesos.

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Las finanzas criminales no solamente provienen de hechos relacionados con el narcotráfico, el secuestro y la corrupción. Hacer fraudes al fisco, sin importar su modalidad, también genera rentas ilícitas que deben ser perseguidas por el Estado.

Este tema que en otras jurisdicciones llevo a la cárcel a celebridades como Martha Stewart en los Estados Unidos, al ex presidente del Bayern Munich, Uli Hoeness en Alemania, y muchas otras personas en economías avanzadas sin importar su papel en la sociedad, no debería perder el ritmo ni dejar de ser una prioridad en Colombia.

Perseguir la evasión de impuestos tal vez no sea un tema popular en Colombia, pero ahora más que nunca adquiere una importancia cardinal. Perseguir la evasión de impuestos es defender al empresario honesto y a la persona que a pesar de sus dificultades sigue cumpliendo sus obligaciones tributarias.  Perseguir la evasión de impuestos es tan importante como perseguir la corrupción pues son recursos fundamentales para el funcionamiento del Estado.

Pero para perseguir la evasión de impuestos no hace falta esperar una nueva reforma tributaria, pues desde última, la que fuera tumbada por la Corte Constitucional y que luego fuera nuevamente aprobada por el Congreso de la República, ha pasado desapercibida la creación de la Dirección contra Delitos Fiscales en la Fiscalía General de la Nación y que cuenta con 130 funcionarios cuya tarea es investigar y judicializar delitos fiscales o tributarios. Esperemos que pronto sus resultados también contribuyan desde su orilla a la recuperación.

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Son varias las iniciativas que han sido puestas en marcha desde el Gobierno Nacional para aumentar el recaudo y combatir la evasión, pero todavía falta camino por recorrer. Un país de 49 millones de habitantes no puede seguir sustentando sus finanzas públicas con el pago de impuestos de unos pocos. Es hora de perseguir la evasión.